Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Tokyo Revengers 8-9

Tokyo Revengers 8-9
Guion
Ken Wakui.
Dibujo
Ken Wakui.
Formato
Rústica con sobrecubierta, 396 págs, B/N y color. 15x21 cm.
Precio
16€.
Editorial
Norma Editorial. 2022.
Edición original
Tokyo Revengers #15-18 (Kodansha Ltd).

Andaba yo un poco preocupado porque, a pesar de estar disfrutando bastante esta serie, empezaba a verle las costuras shonen que a algunos lectores más adultos nos acaban cansando en series de largo recorrido dirigida a adolescentes/adultos jóvenes. Suele pasarme con el shonen que lo disfruto, pero acabo viendo arcos argumentales casi clónicos en los que un big-boss da paso a un bigger-boss y acabo perdiendo un poco el interés. Total, que pensaba yo que la lectura a partir de ahora iba a ser cada vez más pesada… hasta que llegué al Tokyo Revengers 8. En los tomos 8 y 9 de la edición de Norma, volvemos a tener casi 800 páginas de pura acción trepidante sin dejar tregua al lector.


Y es que, poneos en mi lugar, el comienzo del primero de los dos tomos que hoy reseñamos es la presentación de la Tanjiku, una nueva banda dirigida por el misterioso Izana Kurokawa, una suerte de clon de tez morena de Mikey y cuyo objetivo es acabar con el líder de la Toman y asentar su banda de manera que acabe dirigiendo toda la actividad criminal de Yokohama. Es decir, lo mismo que vimos con la Walhalla o la Black Dragon, y con un nuevo jefe aparentemente imbatible. Que sí, que entiendo que a los adolescentes les pueda funcionar la fórmula una y otra vez como ya hiciera en su tiempo Dragon Ball o Saint Seiya, por citar un par de ejemplos de entre miles, y encantado de que lo pueda disfrutar mucha gente… pero a mí estas fórmulas acaban agotándome. Aaaamigos, no obstante Wakui es muy listo…

Mantiene las mismas fórmulas, efectivamente, pero en esta ocasión introduce dos giros muy inesperados entre ambos tomos: en primer lugar, Takemichi llega a la conclusión de que no puede ser el único que viaja en el tiempo, lo cual abre un nuevo puñado de posibilidades y aporta frescura a la trama, que ya no se limita a ser una banda tras otra; pero la segunda es la que menos me esperaba: sucede algo que va a impedir a Takemichi avanzar y retroceder esos 12 años en el tiempo, lo cual dificulta mucho más la tarea del protagonista a la hora de tener esos ensayo-error con los que ha estado actuando hasta el momento.


Otra cosa que no me esperaba es ver una faceta diferente de Taiju, ese villano de opereta que lideraba la Black Dragon que derrotaran Mikey y sus chicos. El que habían presentado como un personaje plano, con la mera motivación de la ambición y el poder, aquí en estos tomos gana mucho en tridimensionalidad, y se nos permite conocer más sus motivaciones y su verdadera manera de ser. Me alegra mucho ver que, a pesar de ser una serie para adolescentes que no tienen por qué necesitar creerse las motivaciones de los personajes tanto como lectores con más bagaje, Wakui da pie a que podamos disfrutar de la serie lectores de todo tipo.

El tomo 8 ha sido, probablemente mi tomo favorito de lo que llevamos de serie, y el 9 comienza una batalla que puede dar mucho de sí y que plantea enfrentamientos realmente atractivos e interesantes. La única pega es el tremendo cliffhanger con que acaba el tomo 9… y que en agosto hayamos tenido un parón de publicación que se retoma ahora en septiembre. Ese mes se ha hecho especialmente largo.


En definitiva, Tokyo Revengers 8-9 suponen un soplo de aire fresco a la serie, que apuesta por introducir nuevos parámetros y situaciones que impidan que esta sea una serie en la que se limiten a sucederse banda tras banda y que la única motivación de sus protagonistas sea ir acabando con unas y otras. Al tener nueva banda, sí tenemos otra nueva avalancha de nuevos personajes que pondrán a prueba, una vez más, la memoria de lectores sin la retentiva de un quinceañero, pero en esta ocasión están muy bien caracterizados y no cuesta demasiado familiarizarse con ellos.

Lo mejor: El tomo 8 y sus giros. El endiablado ritmo de lectura que tiene. Lo compleja que es su trama.

Lo peor: ¡¿Dónde está el siguiente tomoooooo?!