Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Tokyo Revengers 4

Tokyo Revengers 4
Guion
Ken Wakui.
Dibujo
Ken Wakui.
Formato
Rústica con sobrecubierta, 396 págs B/N (6 a color), 15x21 cm.
Precio
16€.
Editorial
Norma Editorial. 2022.
Edición original
Tokyo Revengers #7-8 (Kodansha Ltd).

Cuando Ken Wakui comenzó a publicar Tokyo Revengers  en la Weekly Shônen Magazine  en marzo de 2017 dudo que se oliese el apabullante éxito que iba a tener. Cinco años después y con 23 tomos tankōbon publicados en Japón (hay dos tomos más programados para publicarse en 2022), acumula más de 40 millones de ejemplares vendidos, premios en diversos festivales, una adaptación al anime y una adaptación a película de acción real en su relativamente corta carrera de publicación. En nuestro país se pusieron a la venta los dos primeros tomos a finales de 2021 y la serie ha arrasado por completo, permitiendo ver colas en tiendas para asegurarse de ser los primeros en tener ejemplares y una absoluta fiebre por sus personajes. Tokyo Revengers 4  llegó a nuestras tiendas precisamente cuando pasaban cinco años del comienzo de publicación de la serie en Japón.

La edición que está publicando Norma Editorial cuenta ya con la anticipación de saber que era un éxito asegurado en ventas. Y por ello, y teniendo un margen muy amplio de material publicado, han optado por lanzar la serie directamente en tomos kanzenban conteniendo dos tankōbon originales cada uno de ellos, con unas sobrecubiertas reversibles que permiten elegir la portada que queramos de los dos tomos incluidos. 19 capítulos, 396 páginas, seis de ellas a color por un precio de 16€.


Pero, ¿qué tiene Tokyo Revengers  que ha revolucionado el mercado del manga en todo el mundo y ha tenido un éxito que no recordábamos en ninguna serie reciente? A decir verdad, reúne varios aspectos que permiten comprender su aceptación. Pero antes, comentemos un poco de qué trata: Acompañaremos en la serie a Takemichi Hanagaki, un joven sin demasiadas aspiraciones en la vida, que un día descubre que su novia del instituto, Hina, y su hermano Naoto han sido asesinados por la Toman (Tokyo Manjikai) una banda callejera formada durante sus años escolares que ha acabado convirtiéndose en toda una organización criminal. Estando esperando el metro, Takemichi es empujado a las vías del tren y despierta 12 años antes y acabará descubriendo que es capaz de viajar 12 años en el tiempo hacia delante y hacia atrás, teniendo así la oportunidad de cambiar las cosas y evitar la muerte de su exnovia. La serie juega mucho con esos saltos en el tiempo en una sola línea temporal, es decir, que si pasa dos semanas en 2005, cuando vuelva a 2017 no recordará nada de esas dos semanas en el presente, donde habrá pasado ese tiempo en estado cuasi-catatónico.

La premisa de saltos en el tiempo de por sí, a pesar de ser algo relativamente manido en la ficción, sigue siendo un recurso muy efectivo, y funciona. Pero posiblemente uno de los factores más atractivos para el público objetivo es esa organización de las bandas, con sus diversos niveles, una jerarquía y una imagen prácticamente militares. De hecho, el escudo de la Toman es el símbolo Manji, que tiene la forma de una esvástica en sentido invertido, algo que ha resultado muy polémico en Europa, pero que más que una aproximación al nazismo se apoya en un símbolo budista que representa la buena fortuna. Sea como sea, la serie cuenta con una imagen muy reconocible, y todo un filón para los amantes del cosplay.


Este cuarto tomo se centra en el famoso Halloween sangriento, la batalla entre la Toman y la Walhalla por el poder, con su dos líderes, Mikey y Hanma a la cabeza. Takemichi sabe que ese suceso fue decisivo en el futuro de Hina, porque se produjeron una serie de muertes que acabarían cambiando a sus compañeros de batalla. Pero interceder en un batalla campal entre 400 personas no es nada fácil, de ahí que prácticamente las 400 páginas que tiene este tomo estén centradas en dicha batalla.

La serie cuenta con numerosos giros de guión y unos cliffhangers que hacen muy difícil dejar de leerla, aunque sí aviso a aquellos lectores que, como yo, ya arrastren algunos años de más: la serie es un shonen, pensado para adolescentes. Y no lo digo porque el tono sea muy juvenil con el típico joven salido dando gritos y con sus ojos saltando desde las órbitas cuando ve pasar a una chica. De hecho, en ese aspecto es probablemente uno de los shonen menos shonen que he leído recientemente. Pero sí hay algo que se le va a dar mucho mejor a lectores que estén en edad de estudiar, y es que hay una cantidad ingente de personajes. Muchos, muchísimos, una barbaridad. Y eso hace que, a pesar de la publicación tan seguida que está llevando Norma, dificulte mucho recordar quién es cada personaje. Sí, Wakui se encarga de aportar un aspecto muy reconocible a cada personaje, pero a la cantidad de personajes se suma que vamos a ver las versiones juveniles y adultas de cada uno de ellos, por lo que el esfuerzo es doble, y encima, no son pocas las escenas contadas en flashback… del pasado, por lo que con algunos personajes vamos a tener tres versiones.


En definitiva, Tokyo Revengers 4  seguirá entusiasmando a los que hayan llegado hasta aquí, de hecho acaba con un cliffhanger que… madre mía. Un absoluto bombazo de ventas que se entiende con ese guión tan bien pensado, en el que cada situación se vive como algo definitivo, de vital importancia y que podría funcionar perfectamente como desenlace de cualquier gran serie o historia. Una gran edición por parte de Norma, que no deja lugar a quedarse mucho tiempo con ansias de material por una frecuencia de publicación mensual y con tomos dobles.

Lo mejor: Maneja muy bien el concepto de la tensión y aprovecha bien los viajes en el tiempo y los cambios en ambas líneas temporales.

Lo peor: La desbordante cantidad de nombres de personajes que a los más mayores se nos puede hacer bola.