Hace unos meses arrancaba la nueva serie de los Titanes con Tom Taylor al frente, fruto de las consecuencias del evento Crisis oscura. Con apenas unos números publicados, los teníamos metidos en otro, Terrores nocturnos, y sin apenas haber salido, les toca ahora Mundo bestia. A priori, lo de meter dos eventos-crossover en menos de una decena de números, recién salidos de otro y con la serie arrancando no parece una idea excesivamente buena, pero ¿podría ser que hubiera un plan de Tom Taylor para sacar partido narrativo a todo este barullo de eventos?
En principio, Mundo Bestia se nos vendía como uno de esos eventos de familia, es decir, afectaba principalmente a los Titanes, con algún que otro tie-in aquí y allá, pero la historia que tenemos aquí es una amenaza de escala completamente global y el hecho de que los Titanes estén a la cabeza para detenerla podría ser al final el objetivo último de este evento.
Pero más tarde volveremos sobre esta idea. Ubiquémonos primero en la situación en que nos ponen Tom Taylor, Ivan Reis y compañía. La saga arranca retomando el hilo del Hermano Sangre sembrado en Titanes y pronto nos pondrá en primer plano un viejo horror primigenio que permanecía dormido en la luna de Titán (qué coincidencia, oye). Un quién es quién de los principales héroes del universo DC, encabezados por los Titanes, saldrán al escenario a detener la amenaza, pero entonces todo dará un giro que no pienso desvelar y la tierra sufrirá una plaga de hombres bestia, con varios y poderosos héroes entre ellos. Ahora está en manos de los Titanes acabar con este cataclismo, si es que no es más de lo que pueden morder.
Ya habíamos visto como Taylor hacía dar un paso adelante a los Titanes para cubrir el hueco dejado por la Liga de la Justicia, pero en algo que así que podríamos llamar sus quehaceres cotidianos, si es que hay algo que en la Liga pueda entrar en la acepción de cotidianeidad. Sin embargo, los Titanes no serán la vanguardia hasta que se enfrenten a una catástrofe global o, dicho con otras palabras, a un evento-crossover. Tom Taylor brinda aquí al super grupo estrella de ese universo personal que se está construyendo en DC su tour de force para consolidarse en su nueva condición. Necesitan una historia con el esquema de multitud-de-héroes-contra-amenaza-de-proporciones-cósmicas, pero esta vez con ellos llevando el estandarte en primera línea. Esto quiere decir que, por más que nos pueda molestar un evento tras otro, podríamos decir que en este caso era necesario para llevar a esos ya no tan Jóvenes Titanes a la casilla que les corresponde.
Aún así, no deja de ser el enésimo evento prácticamente seguido y además tienen pinta de ser parte de una deriva en la que todos están relacionados de un modo u otro. De Terrores nocturnos y Planeta Lázaro surgirá el Doctor Odio, el misterioso villano que termina liando las cosas en Mundo bestia. Un importante papel caerá del lado de Amanda Waller, que parece tener sus tentáculos extendidos por todo el universo DC actual y será la figura clave de Absolute Power, el evento en curso en los USA. Y es que da la sensación, de alguna manera, de estar volviendo a aquella DC de principio de siglo, donde todas las series estaban cohesionadas y con un rumbo común. Tal vez le queden unos cuantos colacaos para llegar a esos niveles — de lo que podría ser una de las mejores etapas de toda la historia de DC — e incluso puede ser un pequeño escollo para quien quiera subirse a series puntuales de manera aislada. Hay detalles de trama de Mundo bestia que tal vez puedan arquear alguna que otra ceja para quien llegue de nuevas. Sin embargo, se aprecia el esfuerzo por generar universo tras una temporada larga donde esto no parecía la tendencia a seguir de los cómics de superhéroes.
Y expuestos los parabienes y los porqués de la pertinencia de este evento, no deja de ser un evento, con todo su sistema de tie-ins y con toda la irregularidad y el relleno que eso puede acarrear. Por un lado, se agradece que ECC reúna todo lo necesario para seguir la historia en tan solo dos tomos, pero eso también implica que se ha hecho una selección y que se van a dejar inéditos gran parte de los tie-ins. En este primer tomo tenemos, además de la serie principal, Beast World – Waller Rising #1, un bajón considerable en guion y dibujo, que tiene sin embargo, detalles con cierta relevancia sobre los papeles del Dr. Odio y Waller, así como el origen de una especie de JLA de héroes y heroinas negros, que no deja de tener su aquel.
El segundo tie in que se incluye es Titans: Beast World Tour – Gotham, pero solo una de las seis historias que podían encontrarse en el one shot americano. Si bien es cierto que la historia elegida cierra directamente uno de los cliffhangers de las serie principal, termina dejando mucho más de relieve que hay historias que se han suprimido. Dejarán inéditos además otros títulos como Titans: Beast World Tour: Metropolis, Titans: Beast World Tour: Central City, Titans: Beast World Tour: Atlantis o Titans: Beast World Tour: Star City.
Con sus luces y sus sombras, al final Titanes: Mundo bestia es un evento con todo lo que debe tener un buen evento: acción a lo bestia, sensación de escala, cliffhangers abracadabrantes, giros inesperados, espectáculo puro en manos de los lápices de Ivan Reis… pero tiene además algo que no todos tienen: pertinencia, coherencia y un rumbo de construcción de universo. Y encima todo ello en sólo dos tomitos.