Como ya pudimos leer en la nota de prensa publicada hace unos días, ya tenemos por aquí los primeros títulos de Karras, la nueva editorial española que publicará en castellano, entre otros títulos, el catálogo de Amigo, la editorial del Torres, y a lo largo de los próximos días iremos dando cuenta de ellos. Arrancamos hoy con Titán, madre de monstruos, un volumen de 106 páginas que recoge íntegra la serie limitada de cuatro números publicada originalmente entre mayo y agosto de 2018.
Titán es un cóctel de géneros que nos resulta familar: la ciencia ficción y el terror. La saga de Alien, sin duda, es el primer nombre que nos viene a la cabeza. Pero tenemos cientos de ejemplos: los Body Snatchers en sus múltiples versiones, Resident Evil… yo qué sé, hasta Plan 9 del Espacio Exterior podría entrar en este saco. Es lo bueno de la ciencia ficción: al ser más un entorno en el que contar una historia que un tipo de historia en sí misma, puedes hacer casi cualquier cosa que se te ocurra, desde crítica social o historias de fantasía hasta el terror que hoy nos ocupa. En particular, el terror que vemos en Titán, madre de monstruos es horror cósmico lovecraftiano.
Titán es la piloto de una nave espacial minera que se juega el pellejo día a día extrayendo materia oscura de agujeros negros para la corporación Genosis. Tras un incidente en una de sus misiones, tiene que tomar tierra en un planeta desconocido y allí es poseída por una entidad cósmica conocida como la Madre de Monstruos… Sí, una nave de carga , una heroína femenina, una corporación turbia y un planeta en el que se recoge un pasajero indeseado es una combinación que nos suena familiar. Si en lugar de los personajes que tenemos en esta historia pensamos en la U.S.C.S.S. Nostromo, en Ellen Ripley y en Weyland-Yutani, la inspiración en Alien: El Octavo Pasajero es más que obvia. Pero en ningún momento lo oculta, Titán está plagada aquí y allá de guiños y homenajes a las historias que la inspiran.
La parte de horror cósmico tiene una clara inspiración también: los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft, creador del género del terror a lo incognoscible, en el que el ser humano es una mota de polvo en el universo. En Titán, madre de monstruos tenemos una lucha de poder entre los primigenios de los mitos como historia de fondo, centrada en la rivalidad de la Madre de Monstruos (que podría ser una personificación de Shub-Niggurath, la cabra negra de los bosques con un millar de retoños) y Nayartolep (que es, evidentemente, Nyarlathotep, el caos reptante). Y aquí y allá iremos viendo nombres que nos llevan al núcleo y la periferia de los Mitos, como Azathoth, Celeno, Aserah Vashi o Ubbo-Sathla. Incluso la mención al horizonte de eventos del agujero negro al principio de la historia puede, en este contexto, ser un guiño a la película Event Horizon, conocida en España como Horizonte Final, otra de esas historias de ciencia ficción con una cierta inspiración lovecraftiana.
Los autores de Titán, madre de monstruos son ilustres desconocidos ambos. Es la primera obra publicada como guionista de Colleen Douglas, cuya relación con el mundo del cómic comienza en 2018, como editora de varios títulos de Amigo, la editorial en la que ve la luz originalmente vio la luz esta serie limitada. El dibujo es obra del ilustrador brasileño André Stahlschmidt, que tampoco tiene una carrera mucho más amplia en el mercado norteamericano: además de una cierta actividad online y de varios títulos en su país de origen, en Estados Unidos sólo tiene publicados un par de números de la serie que Boom Studios publicó de Hellraiser en 2012.
En resumen, Titán, madre de monstruos, es una historia que sonará familiar a los seguidores de las historias de ciencia ficción terrorífica con un cierto regustillo a serie B. No viene a revolucionar el género, pero tampoco es su objetivo. Lo que pretende es hacer pasar un buen rato a los aficionados al género, dándoles algún que otro guiño de complicidad, y en ese plano funciona a la perfección.