TIM BURTON. SIMIOS, MURCIÉLAGOS Y JINETES SIN CABEZA
DAVID G. PANADERO Y MIGUEL ÁNGEL PARRA
Diábolo Ediciones
288 páginas a color
Tapa Dura
23.95 €
La belleza de las imágenes soñadas por el eterno adolescente y excéntrico director Tim Burton ha sabido cautivar a críticos y espectadores por igual, desde Vincent a Big Eyes, pues ha ofrecido fotograma a fotograma una plástica y una forma de hacer cine arriesgada y personal. Su inocente, mágico universo de cuento de hadas, habitado por outsiders, monstruos, antihéroes, fantasmas socarrones, directores de cine aficionados al travestismo, marcianos invasores y chocolateros bizarros, no es más que un reflejo distorsionado de la sociedad estadounidense en su siniestro espejo roto.
Esta inconfundible imaginería y su particular visión del mundo, han hecho que el cineasta alcance una meta a la que pocos compañeros de generación han conseguido llegar: hacer cine de autor para los grandes estudios de Hollywood. Contra todo pronóstico, Tim Burton ha conseguido mantenerse en el candelero por razones obvias: prácticamente todas las obras, marcadas con su irrepetible sello, han resultado ser altamente rentables.
Dentro del género de libros de ensayo cinematográfico, no hay tema más seductor que el del director excéntrico. Mucho se ha escrito sobre los grandes clásicos del cine, sobre los más prestigiosos directores de todos los tiempos, pero sus biografías y los análisis de sus películas suelen ser, cuando no directamente aburridos, sí tremendamente pedantes y condescendientes. Eso no es algo que ocurra con Tim Burton, puesto que tanto la carrera cinematográfica como la vida personal del director están tan plagadas de locura y momentos brillantes, que un análisis pormenorizado de su vida y obra no puede sino levantar cejas de sorpresa y admiración.
El libro de David G. Panadero y Miguel Ángel Parra, publicado por Diábolo Ediciones, tras una breve introducción dedicada a hacer una primera aproximación a la trayectoria de Tim Burton desde sus inicios como animador Disney hasta sus últimas películas estrenadas, encara la encomiable labor de analizar una por una sus películas como director, contando anécdotas y desmenuzando el argumento y los elementos técnicos de cada película, todo aderezado con una buena cantidad de fotos y pósters originales (menos el de Charlie y la Fábrica de Chocolate, que inexplicablemente presenta el cartel catalán rompiendo con la homogeneidad de la obra).
Los distintos capítulos incluyen también presentaciones que nos ayudan a poner en contexto la obra analizada. Por ejemplo, en el caso de Sweeney Todd, los autores hacen un repaso del origen de esta obra teatral, desde su origen como serial folletinesco a mediados del siglo XIX, a sus primeras representaciones en el Grand Guignol, sus versiones musicales y sus revivals y revisiones a finales del siglo XX. Todo esto nos ayuda a entender mejor la pasión que esta obra desata entre determinados sectores del público aficionado a las piezas truculentas, entre los que no puede faltar el propio Burton.
Pese a la devoción que los autores sienten hacia Tim Burton, no crean que éste es un libro hecho por y para fans radicales. Panadero y Parra no dudan en cargar las tintas cuando hay que sacarle los colores al director por una película mal resuelta, o un uso del 3D mal enfocado. Como ellos mismos reconocen, Burton nos ha dado obras maestras como Bitelchús o Ed Wood, pero también películas insustanciales y carentes de personalidad como El Planeta de los Simios o Big Eyes, en las que apenas se reconoce el sello burtoniano.
El libro se completa con un capítulo dedicado al arte de Tim Burton en películas como Pesadilla Antes de Navidad, La Novia Cadáver y Frankenweenie. Cuando el stop-motion parecía una técnica destinada únicamente a dar movimiento a objetos inertes, y como simple efecto especial accesorio (y cada vez más en desuso gracias a la aparición del CGI), Burton volvió a ponerlo en boga con Pesadilla Antes de Navidad (de la que actuó como escritor y productor, y no como director), demostrando que el stop-motion podía ser una técnica cinematográfica perfectamente válida para rodar una película entera. Gracias a esto hemos podido disfrutar de estas joyas de la animación, capaces de hacerle competencia a la producción japonesa o de Pixar de mayor presupuesto.
Este libro es un viaje al corazón (y la mente) de uno los directores y creadores cinematográficos más imaginativos y visionarios de los últimos tiempos. Un compendio de datos y fotografías, pero también un sesudo análisis de los pormenores de su filmografía, imprescindible para los que, como yo, admiramos al director que creó al sensible Eduardo Manostijeras y al loco Bitelchús; que nos descubrió una nueva Gotham con Batman y Batman Vuelve; que nos presentó al peor director de todos los tiempos, Ed Wood, y al matrimonio de artistas peor avenido de Big Eyes; que nos llevó de viaje al Planeta de los Simios y al País de las Maravillas. Un creador cuya carrera artística ha sufrido altibajos (¿y la de quién no?), pero que nunca ha dejado indiferente a nadie.
Echo de menos un capítulo dedicado a Superman Lives, ese proyecto frustrado de llevar la muerte de Superman a la gran pantalla, o a la influencia del estilo “burtoniano” en la nueva generación de directores. También hubiera sido de agradecer un mayor esmero en la revisión y corrección de textos. No obstante, podemos encontrarnos aquí con lo más cercano al libro definitivo sobre Tim Burton en español.
