En 2011 los cimientos del Universo DC se tambaleraron una vez más por culpa de los acontecimientos de Flashpoint. Consecuencia de ello, el Universo DC volvió a romperse, reiniciandose en lo que se conoció como los Nuevos 52. El lanzamiento masivo de títulos incluyó algunas cosas tan interesantes como el Batman de Scott Snyder, la JL de Geoff Johns o la Wonder Woman de Brian Azzarello. No obstante, hubo una serie tapada que nunca será lo suficientemente reivindicada: Tierra 2, de James Robinson y Nicola Scott.
Tierra 2. Un nuevo comienzo de un concepto ya conocido
El concepto de Tierra 2 es uno de los más arraigados y característicos de DC Comics. Se supo de él por primera vez en el lejano Flash 123 (Flash de dos mundos) publicado en 1961, que supuso el encuentro entre Barry Allen (Edad de Plata) y Jay Garrick (Edad de Oro). Con este capítulo nació el concepto de Multiverso y, sobre todo, del legado, con los principales iconos de este cosmos de ficción sirviendo de referencia para la siguiente generación de héroes.
Por eso resulta curioso que, ante el maremagnum de nuevas series, surgiera una como Tierra 2. Es más, al igual que la mencionada Liga de la Justicia de Geoff Johns, el catalizador de la serie es una invasión por parte de Apokolips. Pero mientras que en la continuidad “oficial” la cosa sale bien, en la Tierra 2 el resultado es una victoria por los pelos que se cobra como víctimas a la Trinidad formada por Batman, Wonder Woman y Superman, que aquí no son llamados héroes, sino maravillas. Un título deliciosamente naif.
Como maestro de ceremonias nos encontramos a James Robinson. El guionista americano es uno de los autores que mejor ha sabido captar el sentido de la maravilla y legado de DC, con obras definitorias como La Edad de Oro, Starman o la JSA, que más tarde dejaría en manos de Johns. Pero ojo, esta Tierra 2, más que como un homenaje a la edad dorada de los cómics hay que verla más bien como una versión Ultimate de la Sociedad de la Justicia.
Por aquí veremos a nuevas versiones de Alan Scott (que levantó ampollas en el sector más retrógrado del fandom por su condición sexual), Jay Garrick, Hawkgirl, Atom, Sandman, Dr. Destino o Mr. Terrific, pero que mantienen solo alguno de los rasgos básicos de los personajes conocidos. Robinson ha hecho tabula rasa para mostrar un Universo donde los recursos heróicos están fuertemente militarizados a imagen y semejanza de los Ultimates de Marvel.
En Tierra 2 son Superman, Wonder Woman y Batman quienes sirven de inspiración a la siguiente generación de héroes que va saliendo al paso según pueden, siendo más torpes que otra cosa. James Robinson pone el pie en el acelerador imprimiendo un ritmo vertiginoso a los acontecimientos. En las casi quinientas páginas que tiene este primer integral no hay casi un momento de descanso. No paran de pasar cosas. De una amenaza se salta a otra.
Pero que nadie se piense que estamos ante un cómic de acción descerebrada, para nada. James Robinson va tejiendo poco a poco una red mediante la cual vamos conociendo a estas nuevas versiones de héroes clásicos: Sus miedos, sus personalidades, sus motivos para querer ser superhéroes, perdón, maravillas…Eso sí, leed con atención, porque Tierra 2 es un tebeo de esos que van soltando pistas, de los que te sorprenden y emocionan.
A nivel gráfico nos encontramos con Nicola Scott en el que fue su primer trabajo de importancia. La dibujante australiana bebe un poco de los fuegos de artificio puestos de moda por la escuela de Jim Lee, pero se acaba desmarcando con unas páginas la mar de espectaculares, cuya única pega sería su limitado catálogo de expresiones faciales. Algo que mejoraría, y mucho, en su serie Black Magick.
La edición de ECC se presenta en formato “jibarizado”. No tengo nada contra este tamaño. Considero que es más grave la ausencia total de textos o artículos o que todas las portadas sean reproducidas en bloque en la parte trasera del tomo junto a una galería de bocetos y páginas a lápiz.
Sea como fuere, tengo ganas de hacerme con el segundo volumen, que además vendrá firmado por mi adorado Tom Taylor.
