– Saludos, queridos compañeros editores de ELHDLT. ¿Sabe alguien por qué está saliendo música japonesa del edificio de baños termales del jardín? Suena como el opening de Thermae Romae Novae a través del equipo de sonido… Ah, que está Lamastelle inspirándose para una reseña. Pues nada, usaré la sauna del sexto piso, entonces.
Saludos, queridos lectores. Ah, ¡qué bien sienta un baño caliente en estos días aún fríos del inicio de la primavera! Aprovecharemos para hacer una de esas reseñas especiales que a veces os colamos entre las de tebeos.
Los lectores más fieles y con más memoria recordarán que allá por 2013 se publicó en ELHDLT una reseña de un tebeo japonés que ni siquiera estaba traducido. Para que veáis si nos gustaba la historia. Iba de un ingeniero y arquitecto de la Antigua Roma que viajaba en el tiempo y el espacio a través de baños termales hasta el Japón actual. Sin TARDIS ni nada.
La serie original fué un exitazo. Con serie en flash, dos películas de imagen real, cosas para coleccionar (merchardasing lo llaman en algunos sitios) por un tubo… Hasta tuvieron reseña quí, no os digo más :-).
Y de pronto, como la sorpresa de ver a un arquitecto romano saliendo de la piscina dedicada a los ancianos, llegó una serie nueva a Netflix. Por ahora, 11 episodios formando una temporada. Material original hay para al menos otra, pero por la forma en la que la han enfocado pienso que se quedará así.
Hablo tras pensar las cosas, no porque mis acciones de Netflix me permitan recibir los dosieres de futuros proyectos.
Hablemos de la adaptación. La obra de Mari Yamazaki tiene, simplificando bastante, dos tramas. La de los viajes y diseños de baño, y las de la vida familiar de Lucius. La serie animada se centra casi totalmente en la vida profesional de nuestro héroe, ignorando el resto.
¿Afecta esta decisión a la historia? En absoluto. Es más, creo que la mejora al ofrecernos solamente lo que queremos ver: Las diferencias, parecidos y semejanzas entre ambos mundos termales y civilizaciones. No hemos venido aquí buscando drama social a lo Yo, Claudio.
Profundizando en este tema, os voy a dar un consejo a priori extraño. No veáis el primer episodio hasta haber visto los otros diez.
¿Por qué? Porque tiene una estructura diferente al resto de la serie y puede engañaros y hacer que la abandonéis como Cesar las tierras de Britania…
Los guiones son muy fieles, para bien y para mal. Si te gustaron los tebeos, adorarás esta serie. Si buscas un tono diferente, un cambio de historias, un narrador alternativo; no lo encontrarás aquí.
La animación es tan clásica como la Antigua Roma. Y tan fiel a los trazos de la autora como las Legiones en la época antonina al Imperio.
Dejando de lado el opening, claro. Chillón y posiblemente muy del gusto japonés, pero que constrasta totalmente con lo que veremos después. Ignoradlo, por favor.
¿Y los extras, querido Dominus Lamastelle? Pues sí, esta serie tiene extras. Al final de cada capítulo hay un fragmento de un documental de imagen real con la autora visitando y disfrutando de diferentes casas termales del Japón de hoy en día. Esta parte está en japonés, así que activad la opción de subtítulos, por favor.
Dejando aparte las charlas, lo más interesante son esas vistas de casas de baños reales.
Por cierto, no sé si lo sabéis, pero Mari Yamazaki es Comandante de la Orden de la Estrella de Italia. Ahí es nada. Para que luego digan que con los tebeos no se llega a nada en la vida.
¿Por qué ver Thermae Romae Novae?
Te gustan los baños calientes, sean termales o en tu casita. Te gusta la historia de la época antonina. Te gusta la cultura termal japonesa actual (te encantaran esos extras) . Te gusta la serie original.
¿Por qué no ver Thermae Romae Novae?
Se elimina casi por completo la trama de la vida persona de Lucius, profundizando en la estructura episódica de viajes en el tiempo.