Es la hora de las tortas!!!

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The Wicked + The Divine 1: El Acto Fáustico

Hace un par de años, Sean Murphy dijo que había perdido dinero editando Punk Rock Jesus en Vertigo. El modelo del sello adulto de DC había sido puntero en el trato a los autores durante dos décadas, pero ya está totalmente desfasado. Hoy en día, los autores con un cierto renombre llevan sus obras creator owned a Image. La editorial independiente, antaño símbolo del noventerismo más tóxico, se ha reconvertido y ha acabado siendo el lugar hacia el que tienes que mirar sí o sí cuando quieres encontrarte con obras interesantes y diferentes. El propio Mike Carey, uno de los autores icónicos de Vertigo, nos habló hace tres años de las diferencias entre trabajar en Image y trabajar en Vertigo y de por qué él no había cambiado de editorial para sus obras más personales. Pero la realidad es que, hoy en día, todas esas series rompedoras que hace una década habrían sido carne de Vertigo, hoy están saliendo en la editorial fundada por Jim Lee, Rob Liefeld, Todd McFarlane y compañía. Ciencia Oscura, Clase Mortal, Este del Oeste, Lazarus, Inyección… y, por supuesto, la que hoy nos ocupa, The Wicked + The Divine.

the wicked + the divine el acto faustico

Contiene: The Wicked + The Divine 1-5 USA
Guión: Kieron Gillen
Dibujo: Jamie McKelvie
Formato: Rústica, 176 páginas.
Precio: 18€

The Wicked + The Divine: El Acto Fáustico

Resumiendo el argumento de esta serie en menos de veinte palabras, cada noventa años, doce dioses se encarnan como humanos y dos años después, los doce están muertos. En su más reciente encarnación, el Panteón, que es como se conoce a los doce, se ha encarnado en estrellas del pop. En una época materialista y de espiritualidad superficial de tienda de regalos como la que vivimos hoy en día, la fe humana no rinde culto a las divinidades como antaño. Hoy, los objetos de adoración son más cercanos. Actores, artistas, músicos o personajes de la farándula más casposa son el centro de la fascinación del humano medio. Los dioses hoy en día ya no son entidades sobrenaturales que pueden cambiar la realidad a voluntad. Son todo aquello que nos pongan bajo la deslumbrante luz de los focos.

Y con este planteamiento, empieza la historia con un flashback, contándonos el final del ciclo anterior. Hace noventa años, sobreviveron cuatro de los doce. Y, llegado su tiempo murieron con un chasquido de dedos.

Y nos vamos al presente.

Laura es una adolescente común. Una chica que sigue todo lo que los medios y los influencers dicen que tiene que seguir, y que es fan del artista que toque en cada momento. Laura representa a los pies en la tierra que guian al lector a través de esta historia, que dificilmente puede identificarse con un dios. En un concierto de Amaterasu, una de los nuevos dioses-artistas surgidos de la nada, Laura pierde el conocimiento y al despertar tiene a su lado a Lucifer, otra de la familia, que la adopta como un sidekick/mascota y a través del cual se verá metida en una trama de política y manipulación divinas que la supera por completo.

¿Y quiénes son los doce? En este primer tomo aún no conocemos a todos.

Ananké. La guardiana del Panteón, diosa del Destino, es la madre de las Moiras de la mitología griega. Es también la personificación de la fatalidad, la compulsión y la necesidad.

Amaterasu. Diosa del sol del sintoísmo japonés y hermana de Susanoo, uno de los cuatro supervivientes hasta el final de sus dos años de vida de la anterior encarnación del Panteón.

Lucifer. El demonio cristiano de toda la vida. En palabras de Ananké, “El Señor de los Infiernos. Del Fuego Eterno. De la Inspiración. De la Rebelión. De la Condenación.”

Sakhmet. La diosa de la Guerra, la Venganza y la curación en la mitología egipcia. Se la representa como una mujer con cabeza de león, lo cual explica mucho de lo que ocurre en la entrevista tras el concierto de Amaterasu.

Baal Hadad. El Dios del trueno y la lluvia en la mitología asiria, equivalente a Zeus en el panteón griego. Hay rastros de él del año 2500 A.C.

Morrigan. Diosa celta de la muerte y la destrucción, aparecida en el Ciclo del Ulster, de en torno al S.I A.C.

Minerva. Después de Lucifer, quizás la referencia más clara. La diosa romana de la sabiduría y la guerra.

Woden. Uno de los nombres por los que se conoce a Odín, el dios supremo del panteón nórdico. Sus áreas de influencia son sabiduría, guerra, muerte, magia, profecía…

Baphomet. Quizás el más oscuro de todos los nombres que aparecen en este primer tomo. Baphomet es la deidad pagana a la que supuestamente adoraban los Templarios cuando fueron acusados de herejes a principios del S.XIV. Posteriormente, desde la segunda mitad del S.XIX, su nombre se ha asociado a la imagen del macho cabrío por la interpretación del ocultista Éliphas Lévi. También es la deidad a la que adoran las Razas de Noche en Cabal, la novela de Clive Barker.

Esta obra fue inspirada, según el propio Kieron Gillen, por el cáncer terminal de su padre, y trata principalmente sobre la vida y la muerte. Se supone que la duración de la misma estará en algún punto entre los 30 y los 60 números, de los cuales ya han visto la luz 28. Ganó el premio al mejor cómic de 2014 en los British Comic Awards, y los derechos para una hipotética adaptación televisiva fueron adquiridos por Universal Television menos de un año después de que el primer número se pusiera a la venta.

Los autores

Conocí a Kieron Gillen como el sustituto de Joe Michael Straczinski en Thor. Estuvo al frente de la serie durante once números, siete de los cuales estuvieron relacionados con dos eventos de infausto recuerdo, Reinado Oscuro y Asedio. No se puede decir que le diera mucho tiempo a desarrollar nada, con lo que su nombre pasó con más pena que gloria por mi cabeza. Volví  a verle en Generación Hope, aquella serie de breve duración protagonizada por Hope Summers, también dirigida por lo que estaba ocurriendo en las series mutantes de la época Cisma/Regénesis. Al igual que en la serie de Thor, tampoco hizo nada suficientemente llamativo como para que me fijara en él. Cuando sí que consiguió llamar mi atención fue con la tercera obra firmada por él que leí. Un relanzamiento de la cabecera Journey Into Mystery protagonizado por una versión infantil de Loki me pareció la obra más interesante que había salido en mucho tiempo del entorno del Dios del Trueno. Pero me convertí en fan absoluto suyo a raiz del tercer volumen de los Jóvenes Vengadores (cuarto, si contamos la miniserie Jóvenes Vengadores Presentan), primera obra en la que le encontré junto a Jamie McKelvie, con el que ya había trabajado previamente en la inédita en España Phonogram, siendo esta última su primer trabajo profesional. Desde entonces, su nombre despierta curiosidad, y toda obra firmada por este guionista desde entonces merece, como mínimo una oportunidad.

En los últimos tiempos anda metido en proyectos económicamente más rentables, y reparte su tiempo entre esta The Wicked + The Divine con series de la franquicia Star Wars como Darth Vader o Doctor Aphra.

Jamie McKelvie debutó en editoriales independientes como Cartoon Militia, Oni Press o Punch Throat, haciendo historias cortas en antologías. La primera obra dibujada por completo por él fue Phonogram, debut que marca la fructífera relación entre Gillen y McKelvie. Desde entonces, se le ha visto por Suburban Glamour, escrita y dibujada por él mismo, dio una lección de narrativa gráfica en Jóvenes Vengadores, siendo una de mis series preferidas cuando salía, y ahora se dedica a esta The Wicked + The Divine, dejándose caer ocasionalmente con portadas en alguna serie de Marvel.

En resumen…

La idea de dioses encarnados en vidas humanas no es precisamente original. Es una idea que ya hemos visto en múltiples ocasiones, y en particular podemos citar la obra de Neil Gaiman como un lugar donde es un argumento recurrente. En Vidas Breves, el séptimo volumen de Sandman, esta idea flota constantemente. En sus novelas American Gods y Los Hijos de Anansi también está presente. Es innegable la influencia de Neil Gaiman en esta obra (aunque no llegue a su altura en ningún momento, pero es que muy pocos lo consiguen), y también en alguna otra de Kieron Gillen. De hecho, de los dioses aquí presentados hemos visto en la obra de Neil Himself  a Odín (tanto en Sandman como en American Gods), a Susano-O-No-Mikoto, a Lucifer, y también a las hijas de Ananké, las Benévolas, que tienen una importancia capital en el desenlace de la colección del Señor de los Sueños. Pero el hecho de que no sea una obra innovadora no quiere decir que no sea tremendamente potente. Es una lectura que desde el primer momento engancha, pero que va creciendo número a número y deja con ganas de más.

Me consta que no es una lectura para todo el mundo. Pero si temas como la fe y la mitología te resultan interesantes, o si Neil Gaiman es para ti como Amaterasu es para Laura, este libro es para ti.

Bonus track

En una obra con una ambientación como ésta, la música es una parte tremendamente importante. Y el propio Gillen, consciente de ello, ha seleccionado las canciones que formarían la banda sonora de The Wicked + The Divine. Aquí la tenéis.