Voy a empezar mi reseña de The Weatherman (El hombre del tiempo) vol.2 con una analogía. No sé si habréis probado videojuegos como Vanquish o Bayonetta. O quizás habéis visto películas como Hardcore Henry o la reciente One Shot. Si la respuesta es afirmativa en algún caso, seguro que ya sabéis por dónde van los tiros: una experiencia loca y totalmente inmersiva que te atrapa de manera irremediable.

Y es que si tuviera que buscar algún adjetivo para The Weatherman sería sin duda el de locura. Pero no una locura a secas, no. Una locura a la que habría que añadir adjetivos como excesiva, explosiva o trepidante.

Lo cierto es que el guionista Jody LeHeup ha sabido cómo salir airoso de una propuesta un tanto peculiar. Si sois de los que os subís al carro en esta reseña (aquí podéis leer nuestra opinión sobre el primer volumen), simplemente comentar que The Weatherman es la historia de Nathan Bright, un hombre del tiempo que se ha convertido en todo un payaso mediático cuya retransmisión del parte meteorológico es todo un evento televisivo (imaginad a Roberto Brasero de A3 puesto de cocaína y sabréis por donde voy).

The Weatherman. Mucho más que un vulgar hombre del tiempo

Hasta aquí todo normal. Pensaréis ¿y cómo un hombre del tiempo puede dar lugar a una serie como esta? Pues muy sencillo. Porque Nathan Bright es en realidad, sin él saberlo, Ian Black, el mayor terrorista de su era, responsable de la muerte de miles de millones de personas. Y para ocultarse nada mejor que borrarse la memoria a sí mismo y crearse una nueva identidad.

Vale, sí, todos estáis pensando que esto se parece mucho a Desafío Total o, en menor medida, a Virtuosity. Pero es que, lejos de querer hacer un tebeo sesudo sobre la identidad, LeHeup se ha salido salido por la tangente al ofrecernos con The Weatherman una carta de amor a la ciencia ficción cyberpunk de finales de los ochenta y principios de los noventa que tan presente estaba en mangas como Dominion Tank Police o Ghost in the Shell de Masamune Shirow.

En este segundo volumen, Jody LeHeup va diseminando muy bien las respuestas en relación a los verdaderos motivos que llevaron a Ian Black a tomar esa decisión. Además, entre las secuencias de tiroteos desmadradas, la violencia extrema y el humor socarrón logra tocarnos la patata con un par de escenas más pausadas que nos permiten conocer mejor a Nathan.

Uy, ya he mencionado a Nathan. El chulesco, burlón, inútil pero con una pizca de decencia protagonista de The Weatherman no deja de ser una colección de tópicos del típico personaje “molón” del cine de los ochenta, un poco de Ford Fairlane, otro de Buckaroo Banzai…y el resultado es el hombre más perseguido del universo. Un héroe/villano involuntario que llegará a ganarse nuestra simpatía en los breves momentos en los que es consciente del peso que tiene que sostener.

No obstante, el ritmo de la obra juega también un poco en contra porque los autores quieren llevarlo todo tan al once que en ocasiones la inercia nos puede hacer pasar las páginas a tal velocidad que hará que nos perdamos algún que otro diálogo o viñeta decisivo.

Un detalle a destacar entre tanta muerte y destrucción es la mirada crítica y ácida que hace el escritor de la sociedad que aparece en este cómic futurista, y que puede aplicarse perfectamente a la cultura imperante de hoy en día con una sociedad capitalista de consumo que es víctima de la mass media.

La verdad es que leyendo The Weatherman me entran muchas ganas de echarle un ojo a la anterior obra de LeHeup. Se titula Shirtless Bear-Fighter. Con ese nombre ya queda claro que muy seria no es. Y ni falta que le hará.

El dibujo vuelve a ser obra de Nathan Fox, cuyo trazo dinámico e hiperbolizado le sienta de maravilla a la obra. Claramente influenciado por el manga y el anime, podríamos decir que Fox es un dibujante de la misma escuela que James Stokoe o Daniel Warren Johnson, gracias a su pasmosa habilidad narrativa o su obsesión por el detalle. Sí, soy consciente de que se trata de tres artistas totalmente diferentes pero me apetecía resaltar estos puntos en común. Además es mi reseña y me la fo*** como quiero XD

The Weatherman ha sido publicada originalmente por Image Comics. Debo añadir que me encanta que este tipo de propuestas alejadas de los grandes nombres (Ed Brubaker, Dony Cates, Robert Kirkman, Rick Remender) acaben publicadas en España. Es signo de que los tiempos han cambiado definitivamente y de que el mercado tiene un hambre insaciable por el cómic independiente.

Francamente, tengo muchas ganas de echarle el guante al tercer tomo. Sobre todo después de leer el giro y cliffhanger con los que acaba este segundo volumen de The Weatherman.