La reciente visita de Howard Chaykin a la Heroes Comic Con Valencia despertó recuerdos de ciertas obras suyas que llevaba tiempo sin leer. American Flagg, Black Kiss… coño, y La Sombra. Tenía que volver a leer La Sombra fuera como fuera.
La Sombra
Originalmente, La Sombra era el narrador de un serial radiofónico creado para potenciar las ventas de las revistas de Street & Smith Publications, y da el salto a protagonizar sus propios libros en 1931, de la mano de Walter B. Gibson, que escribió la friolera de 282 novelas pulp protagonizadas por el personaje entre 1931 y 1949, y una más en 1963.
La Sombra es un vengador disfrazado (no aún un superhéroe, pero sí un claro antecesor de Batman) que viste una capa, un sombrero y una bufanda que le cubre media cara, con poderes místicos obtenidos en sus viajes por el lejano oriente con los cuales podía alterar la percepción de otras personas para que no le vieran.
The Shadow: Blood And Judgement
En esta serie limitada, publicada originalmente por DC Comics, Howard Chaykin traslada al personaje desde la era pulp hasta los años 80. No hace una recreación, ni un reseteo de su continuidad, como acababa de ocurrir en la editorial tras Crisis en Tierras Infinitas. Lo que hace es justificar (un tanto de aquella manera) que no ha envejecido desde su desaparición varias décadas atrás y que ha reaparecido a mediados de los 80. Pero aunque él no haya envejecido, para el resto de personajes de su séquito, Margo Lane, Harry Vincent y demás, ha pasado el tiempo de forma natural. Así, la relación entre Lane y La Sombra pasa de ser el romance de su época clásica a un reproche constante, por la desaparición sin dar explicaciones del protagonismo, pero que realmente oculta el hecho de que Margo Lane toma de consciencia de golpe de que a estas alturas de su vida ya es una anciana. Tampoco ayuda el hecho de que Lane se entere de que ha estado engañada toda la vida y que el auténtico nombre de La Sombra no es Lamont Cranston, sino Kent Allard, lo cual es un interesante juego con dos de los nombres que La Sombra utilizó en su vida literaria.
La historia es… hija de su padre y de su época. A ver, no lo digo de forma negativa, en absoluto. Hija de su padre, porque todos los tics de Howard Chaykin están presentes, de ultraviolencia y sexualidad inusual. Tenemos un personaje que es un anciano con una novia joven que se ha fabricado un clon joven suyo, al que utiliza mediante control mental para mantener relaciones sexuales porque su cuerpo no está a la altura. Pero también tenemos a Chaykin haciendo gala de su tradicional humor negro y dando una lección de narrativa, dejando claro por qué es considerado uno de los grandes de esa época.
Con lo de hijo de su época hablamos de todas esas características de la sociedad de los años 80 que en su día lo molaban todo y hoy miramos con una sonrisa a medio camino entre irónica y nostálgica. Esas mallas de lycra de colores chillones, los calentadores en las piernas… o el miedo a un ataque nuclear (en cierto modo, este tema nunca pasa de moda) y la glorificación de la violencia, personificada aquí en las dos Uzis que lleva La Sombra, molando y masacrando simultáneamente. Y la referencia al atractivo físico de La Sombra, diciendo que es una mezcla entre Mel Gibson y Simon LeBon… En fin, ¿no?
Cada vez que se habla de que una obra debe ser contextualizada en su momento cronológico suele significar que su lectura en el momento presente no está a la altura de las obras actuales. No es el caso con La Sombra. Simplemente, tiene unas referencias culturales y estéticas muy ancladas a la época en la que se escribió, pero su lectura no es en ningún momento casposa ni aburrida. Ni remotamente.
Opiniones de otros autores
En la contraportada del TPB aparecen opiniones de varios autores que dan su opinión sobre esta obra. Entre otras, podemos mencionar:
Éste es mi cómic preferido de toda la carrera de Howard Chaykin. Es él al máximo y, sí, la mejor historia jamás publicada de La Sombra.
– Brian Michael Bendis
ES LA HORA DE OFENDERSE DE NUEVO. Bienvenido otra vez, Mr. Cranston. Bienvenido otra vez, Mr. Chaykin. Les necesitamos ahora más que nunca. ¿Quién sabía que debajo de toda esa cocaína y rayón los 80 tenían un corazón pulp? Como siempre, Chaykin -y la Sombra- lo sabe.
-Matt Fraction
Chaykin con más pelotas y más dinámico que nunca. Así es como debería hacerse La Sombra.
– Jason Aaron
Howard Chaykin fue uno de los pocos que se atrevieron a hacer cosas diferentes en el cómic mainstream en los 80; fueron tipos como él, Alan Moore y Frank Miller los que se aseguraron de que no habría vuelta atrás. El trabajo de Howard en La Sombra está entre lo mejor de su carrera: un agudo diseño de personajes, diálogos provocadores y un insuperable sentido del diseño gráfico.
– Garth Ennis
Una reinvención del abuelo de los superhéroes cómicamente insolente y gráficamente innovadora.
-Warren Ellis
Hay muchos motivos para considerar a Howard Chaykin un visionario del cómic. Éste es uno de ellos.
– Brian Azzarello
Ediciones en castellano
Con todo lo dicho, debería ser uno de esos tebeos omnipresentes en las estanterías de las librerías especializadas, a lo Watchmen y Born Again ¿verdad? Pues no. Hubo una edición en grapa de Zinco allá por 1987, hace ya más de treinta años… y ya. Los sobrantes de la edición aparecieron en un retapado y no se ha vuelto a ver por el mercado español. Es por ello que, a menos que alguna editorial española se anime -y haciendo ya seis años de la edición de este TPB de Dynamite no parece que ninguna esté por la labor- la única forma de conseguirlo es recurrir al mercado de importación. Una lástima.
El tema de los derechos
Aunque esta serie fuera publicada por DC en su día, la propiedad intelectual del personaje pertenece a Condé Nast, la editorial de, entre otras publicaciones, Vogue, Vanity Fair o The New Yorker. Así, los derechos de publicación de los cómics del personaje son negociados con esta empresa, y han pasado por tiras de prensa sindicadas en los años 40 escritas por Walter Gibson, creador del personaje, por la editorial Street & Smith, que publicó más de cien ejemplares de The Shadow Comics entre 1940 y 1949 (por cierto, Street & Smith acabaría siendo adquirida por Condé Nast en 1959), por Archie Comics, entre 1964 y 1965, por DC entre 1973 y 1992, publicando diversas series por autores de la talla de Howard Chaykin, Dennis O’Neil, Michael Wm. Kaluta, Andrew Helfer, Bill Sienkiewicz o Kyle Baker, por Marvel con una novela gráfica en 1988, 1941: La astróloga de Hitler, por Dark Horse, a mediados de los 90, y por Dynamite Entertainment desde 2011, editorial que además de reeditar el material de los 80 de DC está produciendo obras nuevas con autores como Garth Ennis o Matt Wagner. Esta complejidad burocrática es la culpable de que una obra de esta talla sólo haya sido reeditada en dos ocasiones en el mercado americano (un TPB de DC unos meses después de acabar la edición en grapa y el de Dynamite de 2012) y ninguna en el español.
En resumen…
Quizás sea un poco exagerado decir que La Sombra sea la obra cumbre de Howard Chaykin, pero desde luego que sí está, junto con American Flagg, Black Kiss y Crepúsculo, esta última ilustrada por José Luis García López, entre las mejores que ha producido a lo largo de su dilatada carrera. Aún no teniendo nada que envidiar a muchas de otras de sus obras coetáneas más recordadas, no ha adquirido tanta relavancia por su prolongada ausencia de las estanterías y por no ser un producto para todos los públicos como sí lo eran, por ejemplo, el Superman de John Byrne o la Wonder Woman de George Pérez. Pero La Sombra siempre será una obra a recordar, por muy adelantada a su tiempo que fuera en su tono.
Bonus track
Nunca viene mal recordar la entrevista que hicimos al autor durante su visita a la Heroes Comic Con de Valencia. Dentro vídeo.