Que penita, oigan. Con este quinto volumen las peripecias de la familia Octubre (The October Faction en el original) llegan a su inmerecido final. Y digo que me da pena, porque ha sido todo un placer reencontrarse con Steve Niles un buen montón de años después de que lo petase con 30 Días de Oscuridad y descubrir a ese talentazo que es Damien Worm.
Este último volumen de la edición de Norma Editorial recoge la miniserie The October Faction: Supernatural Dreams, que fue originalmente publicada entre marzo y julio de 2018. Es hasta la fecha la última aparición de esta particular familia, con la excepción de un reedición especial del primer número para que coincidiera con el lanzamiento de la adaptación de Netflix. Pero quisieron los astros que la serie del gigante de streaming fuera tal desastre que, de manera indirecta, también ha conllevado que ni IDW, ni los autores hayan tenido interés en rescatar a estos personajes.
La cabalgada final de The October Faction
Esta suerte de familia disfuncional formada por los ex cazadores de monstruos Fred y Deloris, sus hijos súper poderosos Dev y Geoff, o el amigo hombre lobo llamado Lucas se han enfrentado hasta ahora a todo tipo de males como zombis, monstruos o una horda de vampiros.
Estos enfrentamientos contra diferentes criaturas de pesadilla han sido el hilo conductor que usó Steve Niles para contarnos una historia que por tono y resultados está quizás más cerca de las clásicas familias Addams o Monster que de Los Muertos Vivientes de Robert Kirkman. Esto en lo que se refiere a la dinámica de personajes y tono de humor (que en muchas ocasiones es más negro que el betún), ya que los resultados han sido más parecidos a la clásica cinta The Monster Squad.
The October Faction. Enredos de familia
Más arriba hablaba de dinámicas familiares. Este tono ligero y divertido se refuerza con el propósito buscado por nuestros protagonistas en estas páginas: Ganar dinero. Y es que el casoplón de la familia Octubre no se puede mantener solo con el sueldo de profesor de Fred, por lo que será necesario ganar clientes de los que pagan para salir adelante. Steve Niles plantea con gracia e inteligencia el contraste generacional que estalla a la hora de ponerse de acuerdo sobre las vías para darse a conocer. Una suerte de alivio cómico que le sienta a la serie como anillo al dedo.
Para esta última escaramuza contra las criaturas del más allá, Steve Niles y Damien Worm han echado toda la leña en el asador para que el particular tour de force de la familia Octubre sea más espectacular y salvaje que nunca, pues deben enfrentarse a un demonio con aspecto bafometo.
Y lo cierto es que la apuesta les ha salido bien, ya que por muy manida que sea la idea de un villano diabólico (nunca mejor dicho), en este caso está bien ejecutada, ya que al igual que las anteriores reinvenciones de criaturas clásicas, Steve Niles tira por hacer algo dinámico y divertido saliéndose por la tangente de los convencionalismos establecidos. Para Niles solo hay una limitación: Su imaginación.
La escena en la que hace aparición el último antagonista en The October Faction es brutal, cafre, quita el aliento y nos hace reír a carcajadas. La particular sinfonía de destrucción que entona su paso por el nuestro está salpicada de ese humor negro del que hablaba antes, que le sienta de maravilla a una serie de este tipo.
La conclusión de The October Faction que supone esta miniserie deja con cierto regusto agridulce al saber que difícilmente volveremos a saber de esta particular familia de cazadores de monstruos. Han quedado algunas cosas en el aire, además de que tengo la sensación de que Steve Niles apenas había empezado a arañar las posibilidades concernientes a los poderes crecientes de los hijos Viv y Geoff.
Lo dicho, una verdadera lástima. No obstante, en el lado positivo hay que destacar que el viaje ha merecido la pena, igual que descubrir a ese titán de los lápices que es Damien Worm. Todo un deudor de los estilos de Ben Templesmith y Bill Sienkiewicz que ha logrado una ambientación excepcional y un diseño de personajes para quitarse el sombrero.
Sobre estas líneas encontramos las portadas de las otras dos colaboraciones, hasta la fecha, de Steve Niles y Daniel Worm
Ojalá las ventas hayan sido los suficientemente buenas para que Norma se plantee la publicación de Monster & Madman o The Grievling, las otras dos series de los autores.