Es curioso cómo el género de Terror y el concepto de familia, aunque parezcan cosas diametralmente opuestas, muchas veces van cogidas de la mano. En el séptimo arte es una constante, por ejemplo en buena parte de la filmografía de Rob Zombie. También es la base de toda la franquicia de la Familia Adams o incluso de la serie de Supernatural, ficción que acaba de terminar tras quince años en antena y que molaba mucho más cuando era un procedimental de mercadillo con el monstruo de la semana que la especie de Ángeles de Charlie de Dios en la que se acabó convirtiendo.
Son precisamente las peripecias de Sam y Dean Winchester el precedente que me viene a la cabeza a la hora de hablar de The October Faction, una familia un tanto disfuncional, que aprende a estar más unida que nunca gracias a su vocación de cazar monstruos y seres de pesadilla. Lo cierto es que es un concepto con bastante potencial.
Con este tercer tomo de The October Faction la serie coge carrerilla. Que nadie me malinterprete. La serie me gusta desde el primer momento, pero es que Steve Niles siempre me ha parecido un guionista de ideas brutales pero para desarrollarlas en “corto”. Siempre que me he acercado a historias suyas como las secuelas de 30 Días de Oscuridad o Simon Dark no me ha terminado de funcionar. Sin embargo, aquí parece que tenía un plan que ha ido desarrollando hasta eclosionar.
En el volumen que nos ocupa, la familia Allen ya está plenamente metida en el negocio de cazar monstruos. El tomo abre con una escena corta, sutil, donde Fred Allen recibe un “encargo”. En pocas páginas, Niles ya se ha vuelto a meter al lector en el bolsillo. La capacidad del autor para crear suspense e intriga en dos golpes de teclado está intacta en The October Faction. Conoce los mecanismos del medio en el que se mueve, le gustan sus personajes y, sobre todo, tiene ganas de pasarlo bien. Algo que nos transmite sin duda.
¿Y qué podemos esperar de este puñado de episodios? Pues un buen cocktail de acción, dramas familiares, amores adolescentes, historias de amistad que trascienden el plano mortal y vampiros. Sí, por fin, los chupasangres se ponen en la órbita de Deloris, Fred, Viv y Geoff. Mi entusiasmo viene dado porque soy muy fan de las historias relacionadas con los amiguitos de Drácula, y en especial aquellas que se alejan del mito del vampiro romántico, taciturno y que parece que se ha vestido con lo que le sobra a Tim Burton en el armario. No, aquí, los vampiros que podremos ver son bestias sedientas de sangre, depravadas y con cero respeto por la vida humana. Como debe ser.
Como hemos dicho, en estos números ya tenemos a un Steve Niles que ha puesto la directa ofreciendo unos diálogos excelentes que bien podrían servir de base a una serie de la mencionada Familia Addams, pero dirigida a un público más adulto (más por la forma del lenguaje que por el fondo). No vamos a olvidar tampoco a la némesis de la familia Allen (referirme a ellos como The October Faction me parece que es restarles parte de su identidad) que aquí se muestra también en toda su dimensión.
Steve Niles escribe de tal manera que cada miembro del reparto tiene su propio momento de gloria. No se olvida de ninguno de los secundarios que ha ido diseminando por las páginas previamente. El guion se complementa a la perfección con el dibujo del español Damien Worm, que sigue mostrando un nivel altísimo. Su estilo es sencillamente perfecto para una colección como The October Faction, con ese gusto por las sombras difuminadas, los personajes pseudo caricaturescos y la anatomía deformada y alargada. Va muy en la línea de colaboradores habituales de Niles como Ben Templesmith.
Puede que Steve Niles no haya inventado nada con este cómic. Francamente, tampoco hace falta. En ocasiones solo es necesaria una buena idea, ganas de pasarlo bien y con estos elementos tirar para adelante para crear un perfecto cómic de evasión.
A modo de curiosidad, destacar que en este volumen ya no aparece en la portada la molesta etiqueta de “Netflix” que de un tiempo a esta parte figuraba en buena parte de los tebeos americanos que publica Norma Editorial. Como ya comentamos en la reseña del anterior volumen, la adaptación televisiva de The October Faction nació un poco maldita. Su estreno se retrasó múltiples veces, estaba hecha con las vueltas de ir a comprar tabaco y, como no podía ser de otra forma, metía con calzador todos los clichés políticamente correctos que rezuman en cada producción de la plataforma de streaming. Por lo que una vez más la churrería de Netflix se cargó una idea con potencial.