Que el mundo del cómic ha cambiado mucho en las últimas décadas es una generalidad que ha quedado patente con cada nuevo relanzamiento de Marvel Comics que hemos sufrido o disfrutado (dependiendo del caso) los lectores aficionados a este nuevo universo de ficción. En los últimos años hemos visto cómo la continuidad del Universo 616 se iba retorciendo y complicando hasta llegar a ser inaccesible para mucha gente. Este hecho parecía molestar a Kurt Busiek, que empezó a rumiar la idea de The Marvels.
Entonces llegó un punto en que parecía no importar nada, porque total, la línea editorial de la Casa de las Ideas no era más que el departamento de I+D de ese gigante llamado Marvel Studios, que ha dictado involuntariamente los caminos a seguir por los tebeos, y no olvidemos que si estamos aquí, es gracias a ellos.
Personalmente pensaba que a los grandes gerifaltes editoriales se las traía al pairo lo que sucediera en sus tebeos. No hay más que ver la constante huída hacía adelante de DC Comics con una Crisis tras otra. Por eso, proyectos como The Marvels me parecen todo un rara avis.
Concebida como una serie regular, que finalmente ha sido abortada convirtiéndose en maxiserie, The Marvels es la cruzada personal de Kurt Busiek para vertebrar la historia del Universo Marvel de forma coherente. Para hacerlo ha recurrido al conflicto ficticio de la nación de Siancong. Una guerra que sustituye a Vietnam, a Corea o al Golfo Pérsico en lo que se refiere a la participación de los diversos héroes del Universo Marvel en este tipo de acontecimientos históricos. Solo quedaría vigente la etapa del Capitán América en la Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, Busiek ha utilizado un plantel de personajes de lo más variopinto. Desde pilares como el mencionado Capitán América o Iron Man, pasando por otros populares como Tormenta o la Gata Negra, herencias del MCU como Melinda May, héroes de nuevo cuño como Aero y otros mucho más desconocidos para el gran público como Aarkus o Pájaro de Guerra.
Y luego tendríamos al personaje más importante: Kevin Schumer. Nuestro protagonista es un humano corriente, sin poderes, en la línea del reportero Phil Sheldon de Marvels. El bueno de Kevin se verá en medio de una guerra secreta que bien puede ser la clave para la salvación del Universo Marvel tal y como lo conocemos.
En los números que nos ocupan, nos encontramos a un Kurt Busiek que cierra todos los argumentos de manera más o menos satisfactoria con el oficio que se le presupone a un escritor de su talla. Ahora bien, quién sabe si conocedor del fin de la publicación de The Marvels o por pura coincidencia, Busiek convierte esta serie en un divertimento personal cargado de metalenguaje. De hecho, hay un número que transcurre casi por completo en una tienda de cómics cósmica que no tiene el más mínimo desperdicio.
Por lo demás, nos encontramos con una traca final no carente de sorpresas y emociones pero que peca de ser un poco apresurada. Algo lógico teniendo en cuenta que The Marvels era un proyecto realmente ambicioso. El problema es que es un proyecto que probablemente nadie ha pedido y ha llegado totalmente fuera de su momento ideal. Sea como fuere, Kurt Busiek ha demostrado una vez más que todavía hay escritores que abogan por un acercamiento meramente clásico a los superhéroes.
The Marvels no entrará en la historia pero nos ha regalado un viaje a lo largo y ancho del Universo Marvel algo desconcertante en sus primeros pasos pero emocionante en sus compases finales.
Yildiray Çinar es el encargado de dar vida a los guiones de Kurt Busiek. Cierto es que ha mejorado una barbaridad desde su etapa en Iron Man Superior, pero pese a ser un narrador eficaz le falta fuerza y espectacularidad. Eso sí, las portadas de Alex Ross se encargaron mes a mes de ponernos los dientes largos.
