No creo que quepa duda de que Alan Moore es una figura clave para entender la historia del cómic. Sin embargo la mayoría de los textos que pueden leerse sobre este escritor hablan sobre sus méritos en los años ochenta: Watchmen, V de Vendetta, Miracleman… Probablemente sean estas obras por las que forma parte de la historia de este medio, pero en un vistazo más concreto como es esta sección que repasa los comics de la última década, sería injusto no hablar de America’s Best Comics.
Es curioso como tras el 89, Moore parece desaparecer del mainstream recluido en proyectos independientes como Brought to light o From Hell. Tras haber matado al superhéroe como una especie de Nietzsche del mundillo freak, parecía que nunca volvería al género. Pero allá por el 92 recibiría una llamada de Todd MacFarlane ofreciendo una suma desorbitante por escribir un número de Spawn. Por muy místico y excéntrico que sea Moore, también come y tiene vicios, así que terminó aceptando. A partir de ahí llegarían una serie de trabajos alimenticios de menos calado, algunos de ellos con un nivel de calidad bastante aceptable como Wild C.A.T.s, pero lejos de ser lo que había demostrado ser.
De alguna forma el haber matado al superhéroe parecía colocarle fuera de lugar para volver a escribir sobre el género. No podía escribir superhéroes si había acabado con ellos. Sin embargo, pese a más de una declaración un tanto cascarrabias acerca de el cómic de superhéroes, no hay duda de que Alan Moore los ama y tenía que encontrar una nueva manera de escribirlos. Así llegaron 1963, primero, y Supreme y Judgement Day, más tarde. Si después de Watchmen no podía haber superhéroes habría que volver a una era previa y así se plantó el germen de lo que sería ABC.
America Best Comics nació como sello editorial bajo la dirección de Alan Moore y bajo el manto de la Wildstorm de Jim Lee, que por aquella época aún formaba parte de Image Comics. Marzo de 1999 fue la fecha de salida de The League of Extraordinary Gentlemen nº1 y con él la presentación en sociedad del sello ABC. Cada serie era una propuesta de cómo encaminar las historias de superhéroes sin superhéroes.
The League of Extraordinary Gentlemen junto con Kevin O’Neil juntaba varios personajes clásicos de la literatura de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en nuevas aventuras tan fieles al espíritu clásico de los personajes como a los clichés de las modernas historias de aventuras (casi como si fuesen superhéroes), Aderezados por un toque de humor y una buena dosis de mala baba, esta serie abrió el fuego que convertirá ABC en un éxito.
Tom Strong retomaba con los dibujos de Chris Sprouse el concepto del héroe previo a Superman y le daba nueva vida a lo que encarnaban héroes Pulp como Doc Savage, Tarzán, John Carter o Flash Gordon. Lo insólito, la ciencia imposible, la ingenuidad convertida en ingenio, la nostalgia y el entretenimiento en estado puro fueron sus marcas de fábrica.
Promethea revisaba el héroe más primigenio, el héroe de los mitos, la literatura y la misma imaginación. Además de servirnos de descubrimiento de su dibujante JH Williams, Promethea fue el patio de recreo de un Alan Moore cada vez más interesado por la magia. Se sirve de de este mítico concepto para hablarnos del poder de la imaginación como herramienta que incide en la realidad, a la vez que parece inventarse un nuevo tipo de héroe que en realidad siempre ah estado allí. Toda una lección de cómo escribir un ensayo con forma de historieta y de paso dejarnos algunos de los hallazgos visuales y narrativos más trabajados de la década.
Si el resto de las ideas se centraban en distintos tipos de pasado, Top Ten nos traía el futuro en una mezcla de ciencia ficción, género policíaco y humor. Con Zander Cannon y Gene Ha en el apartado gráfico desmitificaban al superhéroe en una ciudad ficticia donde todo el mundo era un ser superpoderosos disfrazado. Lo mejor de esto es que le permite a Moore desatarse con guiños y referencias. Sin duda haría falta un larguísimo artículo para explicarlas todas, pero baste decir que Moore se explaya sobre el mundo de los superhéroes y la cultura pop en general, en ocasiones con una marcada intencionalidad y, en otras tan sólo como un juego.
Además de las cabeceras principales, otras como Tomorrow Stories o Greyshirt siguieron esa estela plagada de homenajes, guiños, humor e ingenio en unas historias que , si bien son mucho más ligeras que el resto de las obras a las que nos tienen acostumbrados el barbudo de Northampton, no por ello tienen un ápice menos de calidad.
Durante 6 años y hasta el final de Promethea, donde cierra todo su universo haciéndolo confluir en un solo punto, Moore, deja su sello en la última década. ABC aun continúa con autores como Leah Moore, hija del creador del sello, o su colegas Peter Hogan y Steve Moore. Aunque mantienen el espíritu, el nivel de calidad no se le acerca y los títulos como Terra Obscura o Albion no pasan de ser tebeos medios.
Sería demasiado extenso analizar cada aportación pero no sería descabellado que la recuperación de viejos héroes Pulp como Doc Savage, la aparición de títulos como el Planetary de Warren Ellis y John Cassaday se deben al sello de Moore. Desde ABC y su dos precedentes (Supreme y 1963) las revisitaciones al pasado se han visto multiplicadas ¿sería decabellado pensar que incluso ha sido el involuntario impulsor del fenómeno RETCON??