Quién más y quien menos ha leído cuentos de hadas durante su infancia. Bueno, quizás sería más exacto decir que le han leído cuentos cuando era pequeño. No obstante, este tipo de historias, muchas veces de tradición oral, nos han acompañado durante toda nuestra vida como lectores. La fantasía que hoy idolatramos de autores como George R. Martin o Tolkien es una evolución de los cuentos de hadas, cuya influencia se ha ido extendiendo a otros campos como el cómic, donde Neil Gaiman la ha trabajado mucho (si bien es cierto que muchas veces son adaptaciones de sus relatos literarios) o Bill Willingham en la célebre Fábulas. Hoy vamos a hablar de Tenebrosa, que directamente desde la BD nos coge de la mano para hacernos soñar un poquito.
Tenebrosa. Una fábula oscura de caballeros y princesas
Tenebrosa es la última obra publicada de manera póstuma del guionista francés Boulard Hubert, fallecido en febrero de 2020. Este autor nos ha ofrecido verdaderas joyas del noveno arte como Piel de hombre o Belleza. Aquí realiza un trabajo más modesto y sencillo, pero igualmente sugerente.
Publicada originalmente en dos álbumes, Norma Editorial nos trae ahora el integral de Tenebrosa en un volumen de gran tamaño, encuadernación en cartoné y papel de calidad para que podamos disfrutar de cuento de hadas, no carente de múltiples lecturas, con moraleja incluída.
Os pongo en situación. Arzhur es un caballero deshonrado que sobrevive como mercenario. Un buen día acepta el encargo de rescatar a la princesa Isle, que habita en el pérfido castillo negro custodiada por un puñado de monstruos de pesadilla. Lo que el bueno de Arzhur descubrirá pronto es que Isle no es precisamente la típica doncella que necesita ser salvada.
A golpe de un ritmo trepidante y de una buena dosificación de sorpresas, Hubert consigue meterse al lector en el bolsillo. Tenebrosa huye de los convencionalismos típicos del género para ofrecernos un cómic que se me antoja como un híbrido de los relatos originales de los Hermanos Grimm mezclado con el lado más Vértigo de la mencionada Fábulas, de Bill Willingham y Mark Buckingham.
Pese a que uno de los protagonistas es un caballero, en Tenebrosa no hay grandes hazañas que puedan transmitirse de padres a hijos por los siglos de los siglos. La obra prefiere centrarse en los sentimientos de los protagonistas, porque aunque sí cae en el tópico del romance entre héroe y princesa, aunque la historia de amor de ambos es tan imposible como la redención del caído en desgracia Arzhur.
Tenebrosa es una obra en la que se hace evidente aquello de “no todo es oro lo que reluce”. Todos los protagonistas tienen una doble cara que se nos pondrá en contexto gracias al hábil uso de los flashbacks, que ofrecen toda la información necesaria para saber cómo se ha llegado al punto de partida inicial y poder conocer de esta manera las dos caras de cada personaje.
Estamos por lo tanto ante un buen cómic autoconclusivo que ofrece una vibrante vuelta de hoja a un género bastante manido pero que, gracias al buen hacer de sus autores, consigue dejar un regusto amargo debido a la trágica historia de Arzhur o Isle.
De otra galaxia es también el soberbio dibujo de Vincent Mallié (ilustrador de El gran muerto), que se nota mucho que ha disfrutado de lo lindo diseñando armaduras, espadas o criaturas muy acorde con ese reverso oscuro que hemos mencionado que posee Tenebrosa. Para completar la parte artística nos encontramos al colorista Bruno Tatti, que alterna el uso de tonos pastel con otros más apagados que le sienta de miedo al tebeo.
En definitiva, estamos ante un tebeo que puede pasar desapercibido ante la enorme avalancha de novedades que asolan el mercado patrio cada mes. Pero si os gusta la fantasía, a buen seguro que disfrutaréis de Tenebrosa.
