La sinergia entre la literatura y el cómic existe desde hace décadas. Colecciones como “Joyas ilustradas juveniles” de Bruguera o “Clásicos Ilustrados” de Marvel Comics son dos buenos ejemplos de ellos. Hay novelas que han sido adaptadas muchas veces, como “Drácula” o “Frankenstein”. Igualmente, clásicos de la ciencia ficción como “Un mundo feliz” o “La isla del Doctor Moreau” han contado con su adaptación en viñetas. Una tendencia que en los últimos años ha tenido un gran reflejo en la industria española, con editoriales como Planeta o Salamandra, apostando por la producción propia. En este último grupo estaría “Taxi”, de Carlos Zanón.
En primer lugar os haré una confesión: no he leído “Taxi”. El motivo por el que me he acercado a esta novela gráfica es por Pep Brocal, autor al descubrí gracias a la obra “Inframundo” y del que me declaro fan absoluto. Dicho esto, no puedo valorar el grado de fidelidad de la obra. Lo que sí puedo es admirar este cómic con entidad propia y aquí es donde os digo que estamos ante una joya.
Taxi lo apuesta todo a su protagonista
El protagonista del libro es Sandino, un taxista de Barcelona que coge su apodo del disco “Sandinista” de The Clash, siendo esta una de las muchas referencias culturales que veremos en “Taxi”. Sandino es un currante taciturno y melancólico, que se encuentra completamente hastiado de la vida. Además, es un mujeriego canalla que se la pega a su mujer con múltiples amantes. Ignorante de su propio nihilismo, Sandino nos hará testigos de sus peripecias como si fuéramos un viajero más de su vehículo.
La personalidad y caracterización del protagonista de “Taxi” está cuidada con el más absoluto mimo y detalle. El autor se encarga de que entendamos su motivaciones, su desganada visión del mundo, pero en ningún momento busca que empaticemos con tantas luces como sombras.
La trama de “Taxi” se desarrolla a lo largo de siete días y seis noches, mostrando a Sandino aceptando un encargo tras otro con tal de evitar tener una trascendental conversación con Lola, su mujer. Por el camino se verá envuelto en una trama que incluye mafia, dinero, drogas y gente con la que es mejor no buscarse problemas. Todo ello por ayudar a una amiga, haciendo de Sandino el héroe involuntario de su propia aventura.
El guion tiene ritmo, engancha desde el primer momento gracias a la perfecta combinación de noir y drama humano, que se apoya en los continuos pensamientos y reflexiones introspectivas de Sandino, tiñendo la obra de un aire poético muy interesante con el corazón y la cabeza del actor principal de la función yendo cada uno en direcciones opuestas fruto de un conflicto que parece no tener fin.
Sería injusto no mencionar que la propia ciudad de Barcelona es un personaje más en esta road movie intimista. Brocal representa los ambientes más lúgubres de la urbe con absoluta maestría, lo que contribuye a crear una ambientación enrarecida e incómoda que no permite al lector relajarse ni apartar la vista del relato.
Y bueno, ¿qué decir del estilo de Pep Brocal? El autor realiza un trabajo maravilloso de principio a fin. Su trazo limpio, sencillo, su estupenda narrativa consiguen que nos metamos de lleno en la historia. Por su parte, el color es estupendo que esa predominancia de tonos negros y amarillos que busca evocar las tonalidades clásicas de los taxis.
En definitiva, “Taxi” abraza muchos géneros para regalar una historia que no dejará indiferente a nadie. La suma de su parte más psicológica, junto con todo el argumento del tráfico de drogas, dan como resultado un todo de lo más satisfactorio. Sin duda, uno de los títulos más destacables de lo que llevamos de año.
Por último, destacar la estupenda edición de Salamandra Graphic, con papel poroso de alto gramaje y encuadernación en cartoné. Realmente bonita, en serio.