Saludos, querido lector, bienvenido a mi Cripta… No, la oscuridad de mi morada no me ha nublado el juicio, y efectivamente esta reseña es del tomo Tales from the Crypt Vol. 1 , concretamente de la fabulosa edición que Diábolo está publicando. La primera edición tuvo tal éxito que los libros desaparecieron de las tiendas como por un hechizo de la Vieja Bruja, y es por eso que recientemente han publicado esta segunda edición. Como en la primera ocasión me pilló ocupado enterrando el cadáver de un despistado curioso, he visto oportuno aprovechar la ocasión para dedicarle unas líneas a una edición que podríamos catalogar como inmejorable.

Comentaban en la reseña del segundo volumen el origen de la revista, que no recibió su nombre definitivo hasta el número 20, pasando previamente por la denominación International Comics  (en los primeros cinco números), International Crime Patrol  (en el 6), y Crime Patrol  (del 7 al 16). La edición de Diábolo comienza en el número 17, y durante los tres primeros números la revisita pasó a llamarse The Crypt of Terror . Pero ya en estos números la serie estaba presentada por el Guardián de la Cripta, aunque todavía en solitario, y la fórmula de historias cortas de 7 páginas que se mantendría en adelante. Veremos aparecer a la Vieja Bruja en los dos últimos números del tomo, pero el Guardián de la Cripta no aparecerá hasta los números del segundo tomo, donde ya cada uno tiene una sección propia.

Es llamativo que los primeros números se perciben como una lenta transición hacia el terror, arrastrando un poco la inercia desde las historias de corte policíaco que poco a poco van derivando hacia un rumbo cada vez más cercano al terror y a lo sobrenatural. Las historias cortas se alternan con un relato escrito y con la sección de cartas al Guardián, mantenida fielmente de su edición original. Incluso se mantienen algunos anuncios de la época, bien sea de otras publicaciones de EC como de máscaras de broma o artículos similares.

El plantel de artistas no tiene desperdicio: Al Feldstein, Wally Wood, Gardner Fox, Harvey Kurtzman… aunque personalmente me gusta mucho Johnny Craig, con un dibujo de línea clara y limpia que con esta edición remasterizada brilla especialmente. Este primer tomo tiene historias fabulosas aunque, como suele suceder con las recopilaciones de historias cortas o antologías, es recomendable leerlo en varias sesiones, o puede llegar a cansar un poco la lectura. Son historias con una fórmula similar y la brevedad en cuanto a extensión obliga a hacer historias muy directas donde las infidelidades, los celos profesionales o la avaricia suelen ser motor común para su desarrollo.

De este tomo me gustan especialmente las historias «El hombre que era la muerte», «La mano del maestro», «El barco fantasma» y «¡Una muerte electrizante!» por transmitir especialmente bien ese espíritu de historia terrorífica que genera inquietud al leerlas y que además viene apoyada por una buena historia de fondo. El tomo además viene prologado por el guitarrista de jazz y experto en la editorial Grant Geissman, quien hace un repaso perfecto de la génesis de esta publicación, y que disfrutarán especialmente los que hayan leído la obra Gentlemind , por haber visto cómo funcionaban las revistas de mediados de siglo XX. También contiene una introducción a cargo del cineasta John Carpenter.

En definitiva, Tales from the Crypt Vol. 1  es la edición definitiva de estas historias de la mítica revista de historias de terror. Una edición remasterizada, recoloreada y rerotulada, que mejora incluso la edición que han llevado a cabo en EE.UU. Unas historias para leer entre lecturas de otro tipo y que pueden funcionar perfectamente como aperitivo entre ellas. Como siempre me gusta decir, hay que saber ubicar en el tiempo este tipo de historias y ser consciente de la narrativa y, en ocasiones, la inocencia de algunas de ellas. De este modo se pueden disfrutar mucho mejor.

Lo mejor: La edición de Diábolo, impecable. Ver en este primer tomo la dirección que fue tomando hasta lo que ya luego resultó más conocido, con un paso paulatino de lo policíaco al terror.

Lo peor: Si no te gustan las historias cortas o si lo lees sin ubicarlo en su época.