Capablanca, de Joan Mundet.
Saludos, queridos lectores. Dejad que recargue las pistolas y estoy con vosotros. Malditos bandoleros…Menos mal que, como buenos criminales, son cobardes y supersticiosos. Unas cuantas balas disparadas sin apuntar han bastado para hacerles huir. Bueno, y mi escolta formada por un conejo y un rinoceronte samurais, claro. Hoy hablaremos...
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