Andana Gráfica publica un título que se aleja de lo habitual. Se trata de un cómic didáctica y educativo, con el único propósito de hacer más asequible algo tan importante como el conocer los elementos de La tabla periódica. A través de 120 páginas, nos son presentados todos y cada uno de los elementos, a través de una personificación del propio protagonista, que nos habla de sus propiedades, así como algunas anécdotas, que van desde el origen de su nombre, hasta peculiaridades en sus propiedades que los hacen aptos para determinadas utilidades.
El proyecto comenzó en 2019 cuando Adela Muñoz Páez, coordinadora de esta obra, organizó entre sus alumnos un desfile en el que cada uno respresentaba un elemento, para conmemorar el Año Internacional de la tabla periódica en la Universidad de Sevilla. La Universidad encargó también a Raquel Gu un cómic basado en las 25 presentaciones, y ahí comenzó lo que acabaría siendo este proyecto que hoy tenemos ya publicado: Un trabajo colectivo de alumnos de institutos de enseñanza secundaria, universidades, profesores o profesionales de centros de investigación del CSIC, que son representados cada uno como el elemento del que nos hablan.
Tras tres páginas dedicadas a la biografía de Dmitri Mendeléyev, comienza el desfile de elementos, cada uno en una página, donde se presentan, nos hablan de sus propiedades, usos y curiosidades en unas cuantas viñetas. Solo los transactínidos o elementos superpesados son tratados de manera conjunta en las últimas cuatro páginas del cómic. Tras la presentación de los elementos, la obra concluye con un glosario de términos empleados a lo largo de ella, así como un listado de los responsables de cada una de las «biografías».
La obra resulta muy interesante como título de consulta, así como para ir leyéndolo de cuando en cuando para aprender sobre cada uno de los elementos, pero jamás como cualquier otro cómic, puesto que su estructura es inevitablemente repetitiva y una lectura continua sobre los 118 elementos va a agotar, sin ninguna duda. Pero como obre de complemento para los niños que están estudiándolo, o incluso como obra a la que acudir de vez en cuando a leer unas cuantas páginas, resulta una lectura original y muy didáctica, en la que además los lectores de cómic de superhéroes vamos a encontrar algún que otro referente, desde el esperable para el torio, como el inestable astato, el galio o el molibdeno…
La obra está dibujada por Raquel Gu, autora de la divertidísima tira ¡Estoy estupenda!, y otros títulos didácticos como ¡Qué buen rollo el desarrollo!, o Mati y sus matiaventuras junto a la profesora y divulgadora Clara Grima. También fue la responsable de adaptar los textos de las 91 personas que han participado en el proyecto, así como de elaborar esa minibiografía de Mendeléyev con la supervisión de Adela Muñoz. Muñoz, como hemos dicho, también se encargó de supervisar y coordinar todo el proyecto, así como de elaborar el glosario. El dibujo de Gu es muy directo y con un estilo amable, que lo hace perfecto para títulos didácticos de este corte, por lo que los lectores jóvenes que se acerquen a él van a conectar con suma facilidad.
En definitiva, La tabla periódica es un cómic divulgativo, que puede ser utilizado como complemento para estudiantes, que con estas personificaciones de los elementos puedan encontrar un recurso mnemotécnico para el aprendizaje, pero igualmente resulta apto para cualquier lector con curiosidad sobre los elementos químicos, especialmente hacia las tierras raras, que se recogen en la parte final de la obra, y que cuando los estudiamos reciben siempre un poco de menos atención por su menor relevancia (americio, einstenio, californio…). Con un dibujo muy agradable y una estructura ordenada e inteligente, este título perdurará mucho tiempo como obra de referencia académica.
Lo mejor: Las curiosidades que enseña. El dibujo de Gu, toda una experta en cómic divulgativo.
Lo peor: Su estructura no lo convierte en un título para leer de una sentada, como otros cómics.