La sinergia entre el mundo del cine y el cómic siempre ha estado muy presente. Rara es la película de un personaje sacado de las viñetas que no venga acompañado de un buen puñado de lanzamientos por parte de la editorial que tenga los derechos en ese momento. Por supuesto, Shazam no ha sido una excepción. El pasado mes de marzo se estrenó en España la divertida película protagonizada por Zachary Levi y desde entonces nos hemos encontrado con unas reediciones de lo más interesantes: El Shazam! de Geoff Johns, la novela gráfica de Jerry Ordway o esta Superman/Shazam: Primer trueno.
Lo curioso es que esta serie limitada de cuatro números de Judd Winick y Joshua Middleton fue publicada originalmente a caballo entre 2005 y 2006 y esta es la tercera vez que se edita en España. Anteriormente fue publicada por Planeta en 2008 y Salvat la incluyó en el número 12 de su colección Novelas Gráficas de DC Comics en 2016. Ahora ECC nos da la oportunidad de hacernos con ella en un cómodo tomo con encuadernación en cartoné. Por cierto, que para más detalles sobre la vida editorial del gran queso rojo de DC en España, os remito a los artículos que mi compañero Enrique Acebes le dedicó al mismo.
Superman/Shazam: Primer trueno es una historia que está fuera de continuidad. Narra el supuesto primer encuentro entre los dos héroes más poderosos de DC y está ambientada en lo que sería la Silver Age. El hijo de Krypton lleva poco más de un año ejerciendo como superhéroe y la humanidad todavía desconoce que se encuentra a punto de entrar en la era de los prodigios. La trama nos lleva Fawcett City (homenaje a la editorial que vio nacer al Capitán Marvel de DC) y a Metropolis. En ambas ciudades se están sucediendo una serie de robos de objetos místicos y el Doctor Sivana está detrás de los mismos. Shazam acabará tocándole las narices y el calvo enano recurrirá a Luthor. El encuentro entre los dos villanos dejará unas líneas de diálogo excelentes, marca de Judd Winick.
Estamos ante uno de los trabajos menores del genial autor de Pedro and me, pero es de los más disfrutables, tanto que el escritor de obras como Exiliados, Outsiders o Batman: Bajo la capucha deja de lado, hasta cierto punto, la trama general y se centra especialmente en retratar la relación entre los dos héroes. Billy Batson, que no olvidemos es un chaval huérfano que vive en la calle, siente verdadera pasión y reverencia por Superman, por sus habilidades y por como enfrenta el peligro. Lo toma como una especie de figura paterna y las conversaciones que mantienen en el Everest dejan con una sonrisa en la boca. Esta miniserie de cuatro números (ojalá hubieran sido más) es una lectura amable y Winick conduce al lector por donde quiere, aunque por el camino nos asesta alguno de sus puñetazos literarios en la boca del estómago. De esos que nos hace maldecirle por ser tan cruel, pero a la vez realista dentro de la lógica que ofrece un género como es el de los superhéroes. A Winick le bastan un para de páginas para hacer suyos a los personajes y que parezca que lleva trabajando con ellos toda la vida. El guionista volvió a trabajar con BB en la maxiserie Las pruebas de Shazam, un trabajo mucho más complaciente y olvidable.
Y bueno, luego está Joshua Middleton. El responsable completo de la parte gráfica de la historia fue uno de esos artistas que despuntaron o que eclosionaron en la desaparecida editorial Crossgen. Middleton se encargó de los seis primeros números de Meridian y posteriormente no se ha prodigado demasiado. Dibujó la primera limited de NYX y su último trabajo en interiores data de 2015 donde se encargó de la miniserie de Convergence: Wonder Woman. Su trabajo en cubiertas (que le dio una nominación a los premios Eisner) si que está más presente actualmente ya que se encarga de las portadas de Aquaman o de una de las muchas variantes del pasado Action Comics 1.000.000. Con una narrativa que quita el aliento y un acabado similar al de una cinta de animación. En las primeras páginas se marca una escena de acción de Shazam contra los robots gigantes de los extremistas que son descomunales y lo da todo tanto en las escenas más espectaculares, como en las más pausadas. Para que podamos apreciar un poco mejor su arte, la edición de ECC incluye 10 páginas con el proceso creativo llevado a cabo por Joshua Middleton.
Me han entrado unas ganas tremendas de volver a ver la peli y de releer las etapas de Judd Winick en DC.