Es la hora de las tortas!!!

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Sunstone 7: Mercy

Sunstone 7: Mercy
Guion
Stjepan Šejić
Dibujo
Stjepan Šejić
Formato
Tapa blanda, 152 páginas a color. 17 x 26 cm
Precio
20 EUR
Editorial
Panini Comics. 2021
Edición original
Sunstone: Mercy vol. 7

Ally y Alan suben a su montaña rusa de exploración sexual. Mientras tanto, Anne y Laura disfrutan de su pequeña relación. Buenos tiempos para todos. Sería una pena que el comportamiento adictivo y los problemas de confianza arruinaran toda esa diversión. Sólo para adultos.

El autor croata Stjepan Šejić continua con su publicación periódica online de su serie Sunstone, que posteriormente recopila y publica en papel la editorial Image Comics. La obra que comenzó como una exploración de la relación de dominación / sumisión de Ally y Lisa, y su posterior enamoramiento y “comieron perdices”, ha perdido gran parte de su chispa inicial al dirigir ahora su atención hacia las relaciones que mantuvieron algunos de sus personajes con anterioridad. Así pues, este Mercy es una precuela que aprovecha el éxito de los volúmenes anteriores, pero con una considerable bajada de nivel.

mercy

Šejić nos cuenta aquí cómo se conocieron Ally (una de las dos protagonistas de la historia original) y Allan, su mejor amigo y proveedor de material BDSM. Ambos, en su etapa universitaria, comparten su pasión por los juegos sexuales más “atrevidos”, e inician una relación de amistad con derechos, durante la que exploran sus propios límites y van refinando sus gustos y sus técnicas amatorias. Afortunadamente, ambos son muy conscientes del tipo de relación en la que se embarcan, y deciden quedar como buenos amigos antes de que ninguno de los dos termine haciéndose daño (emocionalmente hablando). No tienen tanta suerte Marianne (a quien en Sunstone conocimos como Anne) y Laura, dos jóvenes metaleras cuyo enamoramiento no pasa por los juegos sexuales extremos, pero que no obstante conocerán las hieles de los celos cuando Laura empiece a mostrarse algo más posesiva de la cuenta con su novia.

En este volumen recién publicado por Panini da la impresión de que Šejić (Harleen, Aquaman: Inframundo) está trabajando con el piloto automático puesto. No es que el dibujo sea malo (al contrario, mantiene un maravilloso nivel de calidad, con algunos recursos gráficos muy acertados y un empleo de la paleta de color digital como pocas veces he visto). Donde Šejić está empezando a fallar es en el tratamiento de sus personajes. El problema no reside en que Ally y Allan sean básicamente bidimensionales: después de todo, su única función en esta historia consiste en aportar la dosis de imaginería BDSM que promete el título. El verdadero problema reside en lo estereotipado de la relación entre Marianne y Laura. Mientras que la primera sufre un enamoramiento estándar, propio de la juventud temprana de sus 20 años recién cumplidos, la segunda proyecta en Marianne todos los miedos de las heridas de relaciones anteriores, causadas por otras mujeres que la abandonaron por otra persona. Así pues, los celos empiezan a crecer en Laura y, tal como se ve en el final del tomo, sembrarán la cizaña de la desconfianza que mina todas las relaciones. Una actitud posesiva hasta lo enfermizo que, como decimos, no deja de ser un estereotipo introducido para crear un conflicto entre la pareja. No perdemos la esperanza de que el autor desarrolle más esta obsesión en el próximo volumen para dotar a su obra más popular de esa enjundia que sus fans echamos de menos.

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Este último (por ahora) volumen de Sunstone (el segundo bajo el título de Mercy) publicado por Panini se ha retrasado unos cuantos meses con respecto a su fecha de salida inicialmente prevista, y es por ello por lo que lo he estado esperando con más ganas de lo habitual. Lamentablemente, y aunque gráficamente sigue siendo espectacular, el resultado global no ha estado a la altura de mis expectativas, principalmente en lo referente al guion. Como en otras muchas historias, al ser un volumen intermedio, se asemeja a un remanso a la espera del ansiado desenlace, que esperamos recupere la chispa y la apoteosis sentimental a la Šejić nos tenía tan acostumbrados.