Es la hora de las tortas!!!

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Subnormal. Una historia de acoso escolar

Subnormal. Una historia de acoso escolar
Guion
Fernando Llor, basado en la historia de Iñaki Zubizarreta.
Dibujo
Miguel Porto.
Formato
Cartoné, 152 págs, color.
Precio
18€.
Editorial
Panini Cómics - eVolution. 2020.

Iñaki Zubizarreta es conocido por todos los amantes del baloncesto español por su carrera en la ACB durante los años 1988 a 2002, consiguiendo logros como el subcampeonato de la Copa del Rey en la temporada 94-95 con el Zaragoza y el campeonato en la 97-98 con el Pamesa Valencia. Pero desde que se retiró del basket ha dedicado todos sus esfuerzos a la lucha contra el acoso escolar. Subnormal supone una biografía supervisada por el propio Zubizarreta y que corre a cargo de Fernando Llor y Miguel Porto. Ha sido editada por Panini Cómics dentro de su sello eVolution cómics.


Cualquiera que vea a Zubizarreta en la actualidad quedará sorprendido por saber que sufrió acoso escolar, con la corpulencia que tiene. Pero fue precisamente ese el motivo por el que sus compañeros se reían de él. Además, era una época en la que el profesorado tampoco estaba demasiado al tanto del problema del bullying, y no contribuía en exceso a la protección de estos niños. La historia sigue a Iñaki en primera persona, y muestra cómo lo vive tanto el niño como su familia, que no consigue enterarse bien de lo que le está pasando.

El guión de Fernando Llor para esta historia es muy incómodo. Busca desagradar al lector y meterle en la piel del protagonista, de hacernos ver que su tamaño no le defendía contra el acoso de sus compañeros y profesores. Llega a ser repetitivo, contando una y otra vez situaciones de acoso de sus compañeros, y lo hace de manera premeditada, con la intención de dar al lector esa misma sensación de callejón sin salida en el que la historia se repetía día tras día, sin que pudiera hacer mucho el acosado, ni los acosadores le dieran tregua o llegaran a aburrirse de hacerselo pasar mal. Llor actualiza la historia, mostrandonos recursos actuales como el uso del móvil en esta historia a pesar de estar ambientada a principios de los ochenta. Y creo que es un recurso fundamental, puesto que el acoso escolar no es algo del pasado, sino que sigue muy en boga y precisamente hoy en día el móvil es uno de los principales canales para poder hacer la vida imposible a más de uno.


La obra muestra momentos muy duros y sin ningún escrúpulo a la hora de plasmar las vejaciones a las que tuvo que verse expuesto Zubizarreta. Como digo, lo hace para incomodar al lector, sin pretender en ningún caso suavizar la historia ni blanquearla. El acoso escolar es un problema muy serio y puede llegar a acabar con la vida de adolescentes que no ven salida a sus problemas. Es uno de los mensajes y moralejas de la historia, y la motivación para una persona que ha conseguido salir de esa situación para dedicar su esfuerzo a ayudar a chicos que han pasado o estén pasando por esa dura situación. La importancia de que todos debemos reaccionar ante este problema se focaliza en la figura de esa profesora que, sin darse cuenta, está contribuyendo al pesar del niño. Con comentarios despectivos, casi insultantes, mina la moral del chico y da alas a aquellos que se ríen de él.

El dibujo de Porto es sencillo y discreto, dando protagonismo a la historia y manteniendo un tono muy sobrio. Tan solo se permite algunos recursos visualmente más llamativo en las situaciones de más carga psicológica para el protagonista, con esas risas que parecen llenar la habitación o esa secuencia onírica hacia el final con la que representa la ruptura de las cadenas que han tenido paralizado al joven Iñaki durante años.

El libro está complementado por una introducción de José Luis Córdoba y un epílogo del propio Zubizarreta, que va acompañado de una serie de fotografías de su juventud, de su carrera deportiva, así como de su más reciente faceta dando charlas motivacionales.


En definitiva, una obra que busca ser lo que es, una llamada de atención hacia el acoso escolar, en la que ninguno de los dos autores de la obra busca el lucimiento con recursos narrativos que resten el más mínimo protagonismo a lo que de verdad importa: la seriedad de un problema que, en muchos casos, queda como «cosas de niños» y que puede llevar a consecuencias funestas.

Lo mejor: Se centra en lo verdaderamente importante y no pretende restar atención al mensaje con florituras ni en guión ni en dibujo.

Lo peor: Que no se entiendan esos recursos de repetición y sobriedad gráfica en demérito de los autores.