Desde luego 2023 fue un buen año para Kimmo. Desde su modesta situación, la editorial continuó con su magnífica reedición de “Chicho Terremoto”, ofreció sus primeros BL’s y siguió rescatando clásicos que permanecían inéditos en nuestro país como “Twin” de Noburu Rokuda o, el manga que nos ocupa, “Stop!! Hibari-Kun!” de Hisashi Eguchi.
“Stop!! Hibari-Kun!” se publicó originalmente en la Shonen Jump entre 1981 y 1983 (a la vez que “Doctor Slump” de Akira Toriyama por citar un ejemplo), superando el medio centenar de capítulos. Por desgracia, el autor acabó bastante quemado del ritmo infernal que supone publicar un manga semanalmente y terminó abandonando ese campo casi por completo para dedicarse a la ilustración de videojuegos, calendarios o diseño de anime en cintas como “Roujin Z” o “Perfect Blue”. A día de hoy, es uno de los ilustradores de figuras femeninas más respetado de todo Japón. La edición de la que parte Kimmo es de la reedición de 2009 en formato Kanzenban por parte de la editorial Shogakukan.
“Stop!! Hibari-Kun!”, un manga adelantado a su tiempo
La premisa de la obra es muy sencilla. El pobre Kusaku Sakamoto queda huérfano y desamparado al fallecer su madre. Dicha circunstancia le obliga a tener que mudarse para vivir con Ibari Ozora, un jefe de un clan Yakuza con cuatro hijas guapísimas. Lo llamativo, y verdadero motor de la obra, es que Hibari, la más joven de sus descendientes, es en realidad un chico.
De esta forma nos encontramos con un manga pionero a la hora de mostrar un personaje transexual de manera totalmente natural. De hecho, otra de las joyas del género como «F.Compo» no debutaría hasta 1996, por lo que, durante mucho tiempo, fue uno de los máximos exponentes del género.
Eguchi abordó “Stop!! Hibari-Kun!” como si de una comedia romántica de situación se tratase, mostrando a Hibari con una naturalidad y delicadeza casi exquisitas. La coprotagonista de la obra es una adolescente decidida, convencida de su condición, que no se amedrenta ante nada. Aunque, como es lógico, y teniendo en cuenta cómo es la sociedad japonesa, por el momento prefiere que nadie sepa el sexo con el que nació.
“Stop!! Hibari-Kun!” presenta cuatro frentes abiertos en todo momento. El primero, el mencionado Kusaku tratando de asimilar que Hibari es una mujer. Segundo, Hibari tratando de vivir tranquila con su “secreto”. Tercero, dada la belleza innata de Hibari (Eguchi la muestra como una adolescente guapísima sin ningún rasgo masculino) tiene que evitar a los demás moscones de su escuela. Y cuarto, el padre de Hibari que no duda en llamarla pervertido y lamentarse de que su heredero legítimo (los cargos de jefes Yakuza solo los pueden heredar varones) sea de una forma que no entiende.
Sobre este conjunto de pilares nos encontramos con una comedia muy divertida cuyo humor ha aguantado perfectamente el paso del tiempo al basarse principalmente en gags visuales del tipo slapstick. Es más, lo único que me ha hecho torcer un poco el gesto es la representación sumamente racista de un personaje afroaméricano en la obra. Pero en todo lo concerniente a la temática LGTBI que aparece en “Stop!! Hibari-Kun!” se aprecian las ganas del autor por hacer las cosas bien y de manera respetuosa. No obstante, no debemos olvidar que se trata de un manga publicado hace más de cuarenta años, por lo que siempre podremos encontrar alguna escena totalmente inadecuada si la miramos por el prisma actual.
A nivel de dibujo, “Stop!! Hibari-Kun!” es una completa delicia. Eguchi hace gala de un gusto por representar la figura femenina de forma realista que es muy de agradecer. También destaca por una gran habilidad a la hora de deformar la anatomía, mostrando personajes en clave “Chibi” o “Super Deformed” en los momentos más cómicos, lo que recuerda a otros mangas de la época como el citado “Chicho Terremoto”.
En definitiva, “Stop!! Hibari-Kun!” nos ofrece un manga clásico muy agradable de leer que deja con ganas de más. Esperemos que la continuación no se demore demasiado.
La edición de Kimmo es como de costumbre excelente, con sobrecubierta, páginas a color e impresión en papel de calidad.