Escribo la reseña de “Step By Bloody Step” a finales de junio, a seis meses (o sea la mitad) de terminar el año. Pues bien, creo que la obra de Si Spurrier y Matias Bergara va a estar en mi top de lo mejor de este 2024, así de claro.
Publicada hace un par de años en Estados Unidos por Image Comics en formato de miniserie de cuatro números, nos llega de la mano de Planeta este trabajo previo del equipo creativo de “Coda”, obra que en España ha sido editada por Moztros en tres tomos en cartoné. Spurrier es un guionista del que he leído muchas cosas en los últimos tiempos: “Senda de X”, “Caballero Negro” o “Universo Sandman: Hellblazer”. De hecho, en esta última obra colabora con Matias Bergara, su ya habitual compañero de fatigas. Tanto que, como sigan así, acabarán apareciendo en un futuro segundo (o tercer) programa sobre equipos creativos recurrentes a tenor de la calidad de sus colaboraciones.
No obstante, mejor nos centramos en “Step By Bloody Step”. La premisa de la miniserie es sencilla: una niña despierta completamente amnésica en un mundo que le es desconocido. Su única compañía es un gigante acorazado, que la acompañará a lo largo de su periplo, con la principal particularidad de que nos encontramos ante una historia muda.
Bueno, relativamente muda. A modo de separación de los capítulos hay pequeños textos introductorios, y a lo largo de la aventura habrá seres que se comunicarán con un lenguaje que para nosotros, los lectores, es poco menos que un galimatías. Por lo tanto, toca abrir la mente y leer, mirar, observar cada página de “Step By Bloody Step” con sumo detenimiento. Tanto que terminar el volumen nos llevará casi lo mismo que un tebeo al uso.
Debo reconocer que no soy un gran fan de los tebeos mudos. Recuerdo con infausto recuerdo el mes “Nuff Said” de Marvel (aunque mayormente fue por los mediocres resultados, salvo excepciones como Grant Morrison o Paul Jenkins). Por otro lado, el manga “Gon” de Masashi Tanaka. Por lo tanto, creo que la habilidad de los autores para manejar un relato con este formato es fundamental. Pues amigos, Spurrier y Bergara se salen por los cuatro costados.
Spurrier imagina una historia en la que el lector está al mismo nivel que la protagonista, pues su estado amnésico hace que todos descubramos este rico nuevo mundo al mismo tiempo. El escritor juega muy bien con el misterio y el tempo narrativo, alternando escenas más contemplativas con otras en las que el gigantesco guardián deberá defender a su protegida de los más variopintos peligros y amenazas.
Pero más allá del maravilloso worldbuilding, a la altura de universos fílmicos como “Willow”, “Cristal Oscuro” o “Dentro del Laberinto”, lo que me ha tocado la fibra de “Step By Bloody Step” es la forma en la que el tándem creativo nos cuela una historia llena de matices que funciona a muchos niveles.
Además de la evidente metáfora sobre el ciclo de la vida, la madurez y la transición de la infancia a etapas posteriores, “Step By Bloody Step” va aumentando su carga emotiva de manera exponencial a medida que se acerca el desenlace definitivo. Nos ofrece así una interesante reflexión sobre la amistad y cómo, partiendo de la misma, se pueden forjar lazos familiares sin necesidad de conexión sanguínea. Un tema que, por motivos personales, me toca mucho la patata.
De todas formas, la verdadera estrella de “Step By Bloody Step” es el dibujante Matias Bergara. Su desbordante imaginación con la que crea un mundo nuevo de la nada lleno de seres vivos, geografía y vegetación es determinante para entrar en la historia. Cada página de la miniserie es una pequeña obra de arte en la que quedarte ensimismado observando los detalles que inundan las viñetas. Sensación que se transforma en asombro cuando el dibujante consigue que entendamos muchos de los diálogos en otro idioma gracias al lenguaje corporal de sus personajes, o cuando nos regala algún plano general para que admiremos los paisajes que atraviesan la niña y su guardián.
En definitiva, “Step By Bloody Step” es un cómic de aventuras y fantasía diferente, pero que gustará a todos aquellos que quieran disfrutar de una historia contada de una forma peculiar.