Es la hora de las tortas!!!

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Reseña: Imperio Destruido #1-4 y otras reflexiones sobre Star Wars

Cada uno a su trinchera, la lucha por Star Wars: El despertar de la Fuerza ha comenzado… Y mientras tanto, la ¿guerra? por los tebeos Marvel sigue muy fría.

Star wars: Imperio destruido
Autores: Greg Rucka y Marco Checchetto.
Editorial: Planeta Cómic.
Serie limitada de 4 tebeos de grapa.
Precio: 2’50 € cada uno.


Y por fin llegó tan esperado día. El pasado 18 de Diciembre del difunto año 2015 se estrenó la séptima entrega de la más sagrada de las sagas galácticas cinematográficas: Star Wars. El despertar de la Fuerza. Dos pases y medio (en el tercero eché una cabezada, lo reconozco) y casi 15 días después continúa la encarnizada batalla entre detractores y defensores de la nueva película de J. J. Abrams. Yo mismo me veo enfrascado en el mismo debate una y otra vez, casi sin quererlo, repitiendo los mismos argumentos como si fueran un mantra a los mismos interlocutores con los que no me voy a poner de acuerdo. Y es que ésta es en gran parte la grandeza del universo Star Wars. Los fans de la franquicia galáctica sabemos que no solamente importa el universo remoto y fascinante plagado de personajes carismáticos que una vez creara George Lucas; todo lo que se genera (espontáneamente o no, con fines comerciales o sin ellos) a partir de los planteamientos iniciales, en algunos casos cervezas mediante, tiene casi la misma importancia.

Personalmente pienso que tachar la peli de “basura” o de “mierda” es profundamente injusto y demuestra una carencia total de aprecio por el cine de naves espaciales -sic-. El despertar de la Fuerza tiene sus fallos y sus incoherencias, claro que sí, algunos son muy llamativos y fácilmente atacables, pero mucho menos importantes de lo que algunos quieren hacer ver, al menos si el espectador es capaz de introducirse en la historia con los ojos menos analíticos del niño que fue. El caso es que nunca se ha visto (porque no lo hay) un producto que se desarrolla en un mundo de fantasía y aventuras espaciales tan cuidado visualmente. Decir que es una “mierda”, o ponerle un 3 en Filmaffinity como algún ex-amigo mío (je) ha hecho, me parece ciertamente desproporcionado.

Star Wars: El despertar de la fuerza
No obstante, muy lejos de dicha batalla dialéctica encarnizada, en el mundillo de los tebeos parece que las reacciones a los nuevos productos Star Wars están siendo mucho más tibias. La nueva línea de cómics Marvel de la franquicia (publicada en España por la editorial Planeta) está siendo recibida con cierta frialdad por los aficionados, pero sin que la sangre llegué (aún) al río. Casi todos los que empezamos las colecciones con mucha ilusión seguimos ahora al pie del cañón, torciendo el morro en algunos casos, al borde del arrepentimiento, pero aceptando lo que Marvel nos ofrece sin dar mucha guerra. Bien es cierto que históricamente los tebeos de Star Wars nunca han destacado por su calidad. Los primeros años de Marvel eran lo que eran, y la larga trayectoria en Dark Horse ofreció algunos productos muy destacables, pero enterrados entre montañas de tebeos de segundo nivel. Siguiendo esa corriente, y al menos en mi caso, las expectativas para estos nuevos tebeos Marvel no eran demasiado elevadas, y eso ayuda. También es obvio que el perfil de aquellos que compramos estos cómics no se corresponde con el del espectador medio, más heterogéneo, y puede que nos baste con ver la cabecera de Star Wars impresionada sobre la portada de una grapa cualquiera para soltar las perras sin rechistar. En cualquier caso, hay que decirlo, los nuevos tebeos de Star Wars no están ni mucho menos sacando a la franquicia de ese lugar de cierta mediocridad que siempre había ocupado el Universo Expandido, a pesar del esfuerzo de Marvel por reunir en sus colecciones a algunos de los mejores autores del tebeo yanqui del momento.

Imperio Destruido es una serie limitada compuesta por cuatro cómics de 24 páginas. Pertenece a esa mezcolanza de productos (videojuegos, cómics, novelas, etc.) que efectivamente una vez se dio a llamar Universo Expandido. En su día ajustado al canon pero no canon en sí mismo, canon puro y duro desde que Disney compró Lucasfilm. Un lío. La serie se publicita como un puente que conecta los acontecimientos narrados en El retorno del Jedi con los del recién estrenado Episodio VII. O al menos esa es la idea que me hice yo, porque luego la oferta se aleja bastante de esa pretensión. En Imperio Destruido asistimos a las peripecias de la piloto rebelde Shara Bey y a las de su marido, el comando Kes Dameron. Ambos lucharon en la Batalla de Endor, ella en el espacio a los mandos de un Ala-A, él en tierra apoyado por los entrañables Ewoks. Y ya está, esa es la conexión con El despertar de la Fuerza, el apellido Dameron.

Star Wars: Imperio destruido

La historia comienza en el mismo instante en el que la Alianza Rebelde destruye la segunda Estrella de la Muerte, celebración en la Luna de Endor incluida. Una vez más comprobamos que nuestra galaxia lejana favorita tiene las hechuras del pueblo, el barrio o el instituto en el que todo el mundo se conoce. A lo largo de los números la Princesa Leia, Han SoloChewbacca e incluso Luke Skywalker comparten intrascendentes aventuras con nuestra pareja protagonista. Vemos cómo, después de la fiesta, los combates en Endor continúan. Después Shara y Leia plantan cara en Naboo y casi en solitario a la interesante Operación Cenizas, en lo que parece vaya a ser el tronco argumental de la historia, pero que se cierra en el número 3#, dejando la última entrega de esta miniserie para contar una historia suelta en la que Shara ayuda a Luke a recuperar un par de árboles fuertes en la fuerza, saqueados por los imperiales del destruido templo Jedi de Corruscant. Ya lo sabéis, los padres de Poe Dameron lucharon codo con codo (literalmente) con los héroes de la galaxia, qué casualidad.

Visto lo visto, parece que este Imperio Destruido funciona más bien como vehículo para rescatar algunos lugares comunes de las precuelas, olvidadas y menospreciadas por los nuevos tiempos, intentado así otorgar una mayor consistencia a lo que, no olvidemos, es una saga asentada en nueve películas.

Como decíamos, en la línea de prácticamente todos los nuevos tebeos de Star Wars en Marvel, contamos con un equipo creativo de nivel contrastado. A los mandos del guion (o encargado de conectar el piloto automático más bien, como por otro lado está ocurriendo en muchas de estas series) está Greg Rucka, uno de los autores más populares de la actualidad, responsable, por ejemplo, de la indispensable Lazarus. Rucka mantiene el pulso de la narración con diálogos ágiles, pero construye una historia irregular, a parchazos, plagada de ideas que no acaban de encajarme en el universo Star Wars: como esa matriz de perturbación climática, las extrañas bombas magnéticas o las sondas para interferir comunicaciones.

En cuanto al arte, en mi opinión, lo más destacable son las cuatro portadas de la miniserie, con un tono pictórico muy interesante. El dibujo que encontramos en el interior sólo cumple sin alardes. Marco Checchetto, apoyado en algunos números por otros dibujantes, no destaca como un gran narrador, de hecho las batallas resultan ciertamente confusas, pero sí aprueba en la representación de los vehículos y las máquinas de guerra que conocemos de las famosas películas.

Star Wars

Un pequeño toque de atención merece la traducción al castellano de la edición española. Como siempre pasa en el universo Star Wars, no se respeta la coherencia en las traducciones (por ejemplo con los andadores o los medpacs), algo a lo que desgraciadamente los fans de Star Wars estamos acostumbrados. Y lo que es peor, hay algunas frases por ahí que suenan verdaderamente raro en nuestro idioma. Un aspecto a mejorar en próximas publicaciones.

En conclusión, Imperio Destruido es una serie que sólo convencerá al fan incondicional de Star Wars, a aquellos que nos tragamos casi cualquier cosa que lleve el sello de Lucasfilm, pero que definitivamente no ofrece lo que promete y tampoco divierte como debería.

* Algo más sobre Star Wars y El despertar de la Fuerza en nuestro último podcast.