Todos tenemos personajes minoritarios que son debilidades personales. Alguno de esos de segunda fila que, por algún motivo, nos tocan la fibra y nos compramos todo lo que sale, pese a que suelen ser series de corta duración porque las ventas suelen ser, siendo generosos, escasitas. Uno de los míos es Spiderwoman, de la que me he ido comprando todos los títulos desde que Panini publica Marvel en España. Además, la anterior etapa, la que nos trajeron Karla Pacheco y Pere Pérez, nos dejó muy buen sabor de boca. Así que en cuanto ha salido el primer número del nuevo equipo creativo, Steve Foxe y Carola Borelli, no ha habido que pensárselo mucho. Vamos con Guerra de Bandas.
Y, nada más terminar de leer este primer tomo, la sensación que nos queda es de profunda decepción. Muchas de las críticas que se hacen al cómic superheroico en general y a Marvel en particular están aquí presentes. Teníamos muchas ganas de una nueva serie de Jessica Drew y lo que nos hemos encontrado es una serie hecha casi con plantilla. Nada bueno presagiaba el hecho de que el primer arco argumental de la serie es un tie in del no precisamente inspirado evento arácnido Guerra de Bandas. En otras ocasiones se podría decir que es difícil comprender por completo un tie in sin haber leído el evento principal… pero sólo con lo que podemos ver en estas páginas ya nos damos cuenta de que tampoco es que haya mucho que rascar en la parte central del evento. Varios villanos de la franquicia se están peleando para hacerse con el control de Nueva York «Tierra de nadie mal» ha sido el acertado resumen que ha hecho un compañero de la web hablando de esta historia.
Pero no sólo Guerra de Bandas es el problema. Esta nueva serie deriva de otro evento anterior, El fin de Universo Spiderman, la enésima entrega de una sucesión de crossovers que hace tiempo agotó el interés. Afortunadamente, el artículo introductorio de Lidia Castillo contextualiza lo que ha ocurrido en esa historia. En pocas palabras, Jessica fue separada de la mística Red de la vida y el destino, pero ya se encuentra mejor. El caso es que su hijo Gerry, del que vimos el embarazo y cómo pasó de bebé a niño pequeño en anteriores volúmenes de la serie, ha desaparecido y nadie se acuerda de él.
Y ese es otro de los grandes problemas que lleva teniendo Marvel desde hace tiempo. Parece que les incomoda la posibilidad de que sus personajes evolucionen. ¿Que Cíclope tiene un hijo? Lo mandamos al futuro. ¿Que la Bruja Escarlata tiene dos hijos? Cosas de Mefisto. ¿Que Jean Grey se ha convertido en una entidad cósmica? No era ella, sólo se le parecía. ¿Que Peter Parker se ha casado? Mefisto, calienta que sales otra vez. ¿Y que Jessica Drew es una madre soltera que tiene que hacer encaje de bolillos para compatibilizar su vida personal con la superheroica? Pues aquí tenemos este volumen para devolverla a la casilla de salida. Sí, con un añadido de trauma emocional, y con Hydra por medio, que a fin de cuentas tienen una importancia clave en la creación de esta Spiderwoman… pero lo que vemos en Guerra de Bandas es cargar una partida guardada para devolvernos a otra versión anterior del personaje. Más plana y simplona, por cierto. Ni siquiera la presencia de Carol Danvers o Julia Carpenter, habituales en las últimas series de Spiderwoman, consiguen hacer que nada nos importe.
El dibujo es de la debutante Carola Borelli, que tras foguearse en la línea digital Infinity Comic y una historia corta de Hulka en Women of Marvel, tiene aquí su primer trabajo en una serie mensual en papel dentro de la editorial. Hace un trabajo correcto, la historia se entiende y va razonablemente fluída, y se defiende muy bien retratando expresiones faciales, pero no tiene ningún momento de brillantez. Cumple, sin más. Pero también sin menos.
Dos años hacía del último tomo de la anterior serie del personaje, y ya había ganas de más. Pero la verdad es que el trabajo que ha hecho aquí Steve Foxe es tan ramplón, tan facilón y tan de deshacer la interesante evolución que había tenido Jessica Drew a lo largo de los últimos casi diez años, que se nos han quitado todas las ganas de seguir con esta etapa. El siguiente tomo de Spiderwoman será el primero de la era Panini que no me compre. Esperaremos a que llegue un autor con mejores ideas. O con injerencias editoriales no tan desafortunadas, que también puede ser. Quién sabe.