Mi sobrino Pablo va a cumplir cuatro años dentro de unos días. Este año ha entrado, series de animación y muñecos mediante, en contacto con los superhéroes. Su preferido es Spider Fantasma, a la que ha conocido en la serie infantil
Tras una larga etapa en manos de sus creadores, Jason Latour y Robbi Rodríguez, Spider Gwen pasó una temporada con reseteos de numeración, renombrado de cabecera, y finalmente, encadenando miniseries de interés cuestionable, la última de las cuales (Spider-Gwen: Smash) ni siquiera llegó a ser publicada por Panini. Es de suponer que en la Casa de las Ideas se habrán dado cuenta que el camino por el que estaban llevando al personaje no gustaba a los lectores de cómic, y no por falta de interés: en el medio audiovisual sus fans son legión. Así que han enderezado el timón y le han dado una nueva serie regular con guionista estable -no así los dibujantes- que marque una dirección definida para el personaje. Una serie que Panini ha publicado en su nuevo formato trimestral.
La historia que se está planteando poco a poco en esta serie gira alrededor de un salto dimensional más o menos permanente para el personaje, un poco al estilo de lo que ocurrió hace años con Miles Morales, que pasó del Universo Ultimate a la Tierra-616. Gwen se ha mudado a esta misma Tierra, pero aún no sabemos por qué. Puede ser porque vienen en calidad de refugiada multiversal, porque su dimensión de origen ha sido destruida como la de Miles… o mil cosas más. Es un misterio que aún no se ha desvelado y es de suponer que será algún tipo de subtrama recurrente para los primeros meses de la serie. Lo único que sabemos es que ha llegado aquí de la mano de la Autoridad de Variación Temporal (la sombra del MCU es alargada), y que le están montando una identidad con otro nombre. ¿Podría ser que está en algún tipo de programa de protección de testigos? Iremos viendo. Por lo pronto, los héroes arácnidos ya la conocen, pero el resto de personajes de la franquicia -villanos mayormente- se van encontrando con ella poco a poco.
A la guionista, Stephanie Phillips, la conocemos principalmente de escribir historias cortas aquí y allá. Aunque es algo irregular (su Motorista Fantasma Cósmico es bastante olvidable), tiene buenos trabajos, como la serie de Harley Quinn durante Frontera Infinita o la serie limitada de Pícara y Gambito publicada por Panini este mismo año. En esta nueva serie de Spider Gwen hace un trabajo más que correcto, con buenos diálogos y caracterización de personajes y una trama a la que, aunque se le nota una cierta plantilla y alguna que otra imposición argumental de las altas esferas, consigue mantener interesado al lector. Los lápices son de la italiana Federica Mancin, una autora que se ha fogueado en la línea digital de Marvel y que consigue darle a la serie el dinamismo que necesita.
El formato trimestral de Panini en el que se publica esta serie es un viejo conocido para los lectores veteranos de la franquicia arácnida: es el legendario tomo mensual de Spiderman. Extras, los justos: una galería de portadas alternativas y el siempre agradable de leer Spot On de Julián Clemente. Lo que se busca con este formato es que sea económico, y no hay más contenido que el imprescindible. Por cierto, tenemos una oferta en este primer número a cinco euros.
Quizás -bueno, quizás no, seguro- esta nueva serie no esté a la altura de la memorable primera etapa de Latour y Morrison, pero se aprecia una dirección y un propósito para un personaje que llevaba una temporada dando bandazos sin más dirección que seguir modas y temas recurrentes marcados en cierto modo por la Saga del Multiverso del MCU. Es quizás lo más interesante que hemos podido leer de Spider Gwen desde hace más de tres años, cuando escribía su serie Seanan McGuire. Eso ya es motivo suficiente como para darle al menos una oportunidad al segundo número de la serie, que saldrá a la venta en enero. Esperemos que una periodicidad tan larga como la trimestral no haga que la gente pierda el interés.
