Llega el cuarto y último tomo de las aventuras de Spider-Gwen, posiblemente la más interesante de las series aparecidas en el último puñado de años en la periferia de la franquicia arácnida. Bueno, posiblemente no, seguro. Y de la misma forma que ha hecho Panini con el último tomo de Masacre-Gwen (ninguna coincidencia más allá del nombre de pila y de estar basados ambos personajes en la Gwen Stacy original), este último tomo incluye los dos arcos argumentales que quedaban inéditos de la serie americana, ya cerrada por Marvel en su edición original. Vamos con ello.

Gweneno

La segunda juventud que ha estado experimentando Veneno en los últimos meses, entre el 30 aniversario de la creación del personaje y el estreno de la película, ha hecho que su presencia se haya disparado por todas partes. Un cruce con Spiderman (Veneno, Inc.), un par de mini eventos (Universo Veneno, y su secuela Venenizados), un cruce con los X-Men… y Donny Cates, el último escritor estrella de la editorial, como guionista de su serie mensual. Así que no es una sorpresa que justo en estos momentos aparezca por Tierra 65.

Como ya vimos en el tomo anterior, el simbionte (bueno, un simbionte) había hecho acto de presencia en la dimensión de Spider-Gwen, y en este tomo vemos qué ha ocurrido tras la unión con el arácnido principal, al igual que ocurrió décadas atrás en el planeta de las Secret Wars originales. Y aquí, Spiderwoman también se vuelve una versión más oscura de sí misma. En esta historia, en contraposición al tema habitual de Spiderman del poder y la responsabilidad, se explora la idea de si el fin justifica los medios.

El guion de esta historia mantiene su nivel habitual -lejos quedan ya los tiempos en los que un tebeo escrito por Jason Latour no era precisamente recomendable-, pero la auténtica estrella aquí es el dibujante Robbi Rodríguez. La versión expresionista del traje de Veneno que nos ha presentado aquí es sencillamente espectacular.  Si miramos el personaje, Spider Gwen es bastante reconocible, pero también se percibe la imagen icónica de Veneno sin estar en absoluto presente. No hay dientes, pero esas manchas blancas que hay en la capucha y en el traje dan una impresión muy parecida. No hay lengua, pero ese indefinido tentáculo rojo cumple una función aterradora muy parecida.

Tierra-65, por mucho que tenga un aspecto visual de versión para un público teen de la Marvel clásica, se ha ido convirtiendo en una de las versiones alternativas más interesantes del Multiverso Marvel. Una versión con un giro inesperadamente oscuro, por cierto. Ya conocemos el planteamiento de esta serie: aquí la araña picó a Gwen y no a Peter, que además es el que ha acabado cadáver. Aquí, Frank Castle es un policía al que le gusta el uso excesivo de la fuerza, Matt Murdock es Kingpin, Cindy Moon es una criminal… Pero no todos los personajes son el negativo de su contrapartida clásica. En este arco argumental veremos los orígenes matizados de varios de los personajes, respetuosos con los originales pero con un pequeño giro que justifica la evolución diferente que han tenido en esta dimensión. Por ejemplo, Matt Murdock quedó ciego tras el accidente del camión con resíduos radiactivos, igual que su versión clásica, pero no fue exactamente intentando salvar a un paseante anónimo.

La vida de Gwen Stacy

La despedida de Jason Latour y Robbi Rodríguez del personaje sirve, en cierto modo, como resumen de toda su trayectoria y repaso a los temas que esta serie ha ido tratando desde el principio. Con un interesante punto de partida, esta historia que podría haberse llamado Gwenverse en el estilo de Spiderverse y Venomverse, junta a varias versiones alternativas de la protagonista, una de ellas bastante similar a la clásica que John Romita Sr. nos hizo querer. Pero también se da una vuelta a la relación con Matt Murdock, a la relación con su padre, el Capitán Stacy, al simbionte… es, en definitiva, un arco argumental que sirve para definir un poquito más a un personaje que ya conocíamos bastante bien y que ha acabado siendo mucho más que una excusa para Universo Spiderman y el mejor diseño de personaje nuevo del S. XXI.

El futuro de la serie

Como ya hemos comentado, esta colección de Spider-Gwen ya ha cerrado al otro lado del charco. No quiere esto decir que el personaje pase al limbo de los olvidados, limitándose a unos pocos cameos aquí y allá. La serie sigue adelante, renumerada, con nuevo equipo creativo y renombrada. Hasta siempre, Spider-Gwen. Bienvenida, Ghost Spider.

En resumen…

Un final fantástico para una etapa de dos autores que han evolucionado de una forma espectacular a lo largo de la serie. Echando la vista atrás, la primera serie limitada de Spider Gwen era uno de esos complementos indeseados del tomo mensual de Spiderman que me solía dejar sin leer echando pestes. Poco a poco, el dibujo de Rodríguez se ha acabado convirtiendo en algo tremendamente interesante, y el guion de Latour ha pasado de ser una excusa para dejar de comprar una serie (como me pasó con Winter Soldier o Lobezno y los X-Men) a ser un tipo a seguir con interés en el futuro. Y, por supuesto, le daremos una oportunidad al nuevo equipo creativo del personaje, unos desconocidos Seanan McGuire y Rosi Kämpe. Seguro que con la forma que ha tenido de comerse la pantalla en Spiderman: Un nuevo universo, la popularidad del personaje no va hacer sino crecer.