A día de hoy, después de más de treinta años coleccionando cómics, el argumento principal para acercarme a un cómic es el equipo creativo. Cuando un autor me ha dado buenas lecturas en el pasado es más probable que me decida a leer sus nuevas obras. También, por supuesto, hay un hueco para las franquicias palomiteras que llevamos toda la vida siguiendo. Y quizás no tan habitual, pero no precisamente inusual, están esos tebeos de los que no sabes absolutamente nada, de cuyos autores no has oído hablar nunca, pero que por algún tipo de intuición que dan los años leyendo narrativa gráfica, llaman la atención de forma poderosa. Somos Probetus, de César Verdúguez, entra en esta última categoría.
Somos Probetus es una historia de ciencia ficción protagonizada por Sirbino Probetus, un investigador especializado en viajes en el tiempo con síndrome de Down que no ha dejado que esta característica le defina y se ha convertido en uno de los científicos más importantes de la historia de la humanidad, siguiendo el camino marcado por su desaparecido padre: ha conseguido crear un portal estable con el que viajar a través del tiempo. Y a través de él visitará el lejano oeste, la antigua Roma, Toledo a principios del Siglo de Oro o el Cretácico de los dinosaurios. A lo largo de esta historia iremos encontrando reflexiones sobre la familia, la rivalidad o la superación personal, todo ello mientras avanzamos con la trama de los viajes espacio-temporales y se va descubriendo poco a poco a quién pertenece la misteriosa voz que Sirbino escucha en cada uno de los saltos.
Antes de ninguna otra consideración, lo primero que hay que señalar de Somos Probetus es que es una obra que te atrapa desde la primera página. Que el autor tenga formación en storyboard por ESDIP auyda, sin duda, a que el ritmo narrativo sea impecable -y decir que no se le puede poner ningún pero en este campo a un autor novel es algo muy a tener en cuenta-, pero no es la única virtud que tiene esta obra. El diseño y la caracterización de los personajes son fantásticos, comprendiendo las motivaciones de cada uno de ellos desde prácticamente el primer momento, y siendo todos visualmente identificables a primer vistazo. Y los diálogos tienen un nivel muy alto también, aunque quizás sea el punto menos inspirado de la obra.
El formato apaisado, la temática de viajes en el tiempo y el dibujo, limpio, amable y eficaz, nos hacen pensar inevitablemente en la magistral ¡Universo! de Albert Monteys. No llega al nivel de complejidad argumental de la obra del autor barcelonés, aunque tampoco lo pretende. Mientras que el foco de ¡Universo! es la ciencia ficción en sí misma, Somos Probetus es más una historia de personajes en un entorno cifi. La trama de esta obra está vista en una buena cantidad de ocasiones previas, e incluso tiene algún que otro giro de guion que peca de predecible. El tono de esta historia es más el de una de aventuras orientada a un público juvenil que a cifi dura. Más cercano a Regreso al Futuro -película con la que tiene algún punto en común y a la que hace algún homenaje visual- que a Matadero 5, vamos.
Somos Probetus es la primera obra larga de César Verdúguez, un joven autor del que previamente sólo habíamos podido ver trabajos puntuales online o en el especial PAZ / МИР de Serendipia Editorial. Su trabajo habitual se desarrolla en el campo del diseño y la ilustración, trabajando actualmente para RTVE.
La edición de Cartem Comics tiene el nivel de excelencia habitual de los productos de la editorial. La encuadernación es impecable, el papel es perfecto, sin transparencias, ni molestias por exceso o defecto de gramaje, y los extras, sin ser excesivos, resultan muy interesantes. Tenemos una colección de bocetos y diseños de personajes, la evolución del logo de la obra, y varios diseños previos de la portada. Además, hay una página con curiosidades que el autor cuenta sobre la inspiración de objetos y personajes vistos a lo largo de la obra.
Esta obra pertenece a la colección Spanish Bombs, en la que la editorial salmantina publica obras de producción propia con autores españoles. En esta línea han aparecido ya Destrozados, de Isabel Ferrando y Jorge Castro y File Number. Las sombras de Board Hills, de Frankman Román.
Cuando te sumerges en la lectura de un cómic del que no sabes nada de una forma tan profunda como me ha ocurrido con Somos Probetus es que está innegablemente bien hecho. Ciertamente, la historia no es original ni innovadora, pero está contada de una forma tan amena, y con un tono tan dulce y con unos personajes tan carismáticos, que la lectura de una sentada es inevitable. El impecable apartado gráfico ayuda, desde luego.
Siendo sinceros, Somos Probetus es una obra muy, muy buena, pese a tener algún punto mejorable. Pero teniendo en cuenta que es la obra de debut de su autor, lo que nos ha dejado totalmente claro es que hay que seguir con atención el nombre de César Verdúguez en el futuro.
