El estatus actual de un autor como Jeff Lemire, triunfando como autor independiente mientras compagina su trabajo con trabajos para las grandes editoriales Marvel y DC, ha propiciado que sea un buen momento para recuperar algunas de las obras que aún no habían visto la luz en nuestro país. Si algo tiene Lemire es que es un autor muy prolífico, que raro es el mes que no tiene algún cómic suyo en tiendas, y todavía hay algunas de sus obras que permanecían inéditas, sobre todo las publicadas en sellos más pequeños como Simon & Schuster (Froggcatcher ) o Top Shelf (Lost dogs  o la obra que hoy nos ocupa). Una de esas obras era El soldador submarino , una historia publicada en 2012 para Top Shelf y que hoy recupera ECC Ediciones.

Jack Joseph trabaja en una pequeña localidad de la costa de Nueva Escocia como soldador submarino en una plataforma petrolífera. Su esposa está a punto de dar a luz, y ya está acostumbrada a la prioridad por el trabajo por encima de su familia. Jack arrastra la pérdida de su padre, que desapareció de la noche a la mañana, y encuentra en su trabajo una vía para escapar de esa paternidad que se acerca y del miedo a dar la talla. Un día, mientras se encuentra trabajando en el fondo del mar, tendrá una inesperada visión sobrenatural…

La lectura de esta obra en 2022 tiene un pequeño inconveniente, y es la propia obra de Lemire. Leer El soldador submarino  en 2012 debió ser algo novedoso y que sirviera para confirmar que ese autor canadiense que ya había publicado Essex Country  y Sweet Tooth  no parecía que fuera a quedar como un «one-hit-wonder», que había autor interesante para rato. Leído en 2022 se disfruta mucho, tiene esa sensibilidad que tienen las obras independientes del autor, y te sigue dejando con el corazón en un puño… aunque habiendo leído su Gideon Falls , pero sobre todo su Royal City , ese tratamiento de las relaciones familiares disfuncionales, la opresión de poblaciones pequeñas, y las heridas por cerrar que siguen dejando huella años después… no resulta igual de novedoso.

Ojo, vista con objetividad, es una obra maravillosa, con ese dibujo feote y a vuelapluma que aporta tanta atmósfera y que transmite a la perfección el dolor contenido y el peso del tiempo cuando se arrastran traumas de la infancia. Si no eres lector habitual de Lemire la vas a disfrutar muchísimo, es una obra con matices muy delicados y que funciona a la perfección. Si eres fiel seguidor de la obra del canadiense, la vas a disfrutrar también, porque hasta las obras malas de Lemire siguen siendo muy buenas, y encima esta no es de esas, solo que te ves venir mejor algunas cosas y ya sabes identificar sus tropos desde la primera página.

La edición de ECC está presentada en un libro en blanco y negro con encuadernación en cartoné, y con un papel offset de bajo gramaje que hace el tomo especialmente liviano y manejable. Se completa con una introducción de Damon Lindeloff y con numerosos bocetos y un pequeño artículo de despedida del autor.

En definitiva, El soldador submarino  es una muy buena obra de Jeff Lemire, que utiliza el elemento sobrenatural para tratar las relaciones familiares, los traumas por dar cosas por asumidas y el miedo a repetir la historia incluso cuando sabes identificar los errores. Una historia llena de silencios, de aislamientos voluntarios e involuntarios, contada como solo Lemire sabe hacerlo, transmitiendo la carga de sus personajes al propio lector, que vivirá esa atmósfera melancólica como si fuera el propio protagonista.

Lo mejor: Lo bien contada que está la historia. Transmite muy bien esa melancolía y sabe incluir los giros cuando menos te lo esperas, con sutileza.

Lo peor: Leída diez años después, sus obras posteriores pueden hacernos verla con peores ojos de los que merece.