Ediciones La Cúpula sigue recuperando trabajos de una de las artistas independientes que mejor lleva funcionando en los últimos años, Tillie Walden. Sola en el espacio es una recopilación de los primeros trabajos de la autora de Texas, que recopila tanto sus primeros acercamiento al mundo del cómic como algunos de los trabajos que fue realizando durante su formación en el Center for Cartoon Studies en Vermont. Aquí podemos ver cómo fue evolucionando su dibujo, algunos de los temas que le interesaban, influencias de otros medios y sus primeros trabajos de coloreado digital.

La extensión de los diversos relatos es muy variada, desde una sola página a relatos de 64 páginas como el Me encanta esta parte con el que abre esta recopilación, y que fue su segundo trabajo publicado después de El final del verano. En Sola en el espacio vamos a poder conocer mejor a la autora. La soledad, el ánimo triste y la sensación de no encajar son temas recurrentes, y lo vamos a ver reflejado además en recursos que se repiten, como la representación de la figura protagonista como una gigante que no termina de encajar en la ciudad, o esa expresión corporal que tan bien sabe transmitir con su dibujo Walden en esos personajes tirados en el suelo sin asomo de energía.

Pasados los dos primeros relatos, de mayor extensión, pasamos a un capítulo con los primeros trabajos de clase. Cada uno de ellos viene precedido de una página con el título y un pequeño comentario que nos pone en situación de cómo y cuándo los fue preparando. Esto resulta de especial interés para comprender la evolución de su propio dibujo, permitiendo ver cómo fue descubriendo diversas técnicas de coloreado digital o de utilizar constructos abstractos para rellenar espacios en blanco… y resulta muy interesante ver a la propia autora explicarnos este viaje como artista que va formandose y evolucionando. También parecen evidentes las influencias y los gustos de Walden: Winsor McCay y su Little Nemo se repite, pero también vemos cómo influyeron en su formación las obras de Hideo Miyazaki, Hergé o Tove Jansson.

De entre todas las historias que se incluye, destacaría Me encanta esta parte, una historia que muestra un amor entre adolescentes narrado en páginas completas, y que aporta al relato un tempo muy adecuado, y esa sensación de estar contada a través de fotografías o momentos muy concretos de lo que ha sucedido entre ambas chicas. Otro de los relatos que más me ha gustado es Fogonazo, una historia que hizo con apenas 16 años y muestra una época muy siniestra en su obra, pero que sorprende por la técnica a lápiz, incluido el sombreado. Me cuesta comprender por qué no ha usado más en su carrera, porque consigue un efecto muy interesante, intimista y con un empaque rotundo.

En estos primeros experimentos artísticos vamos también a reconocer futuras obras de la autora, como esos tones violáceos que tanto le gustan y que veríamos después en Piruetas, la temática espacial y la paleta de rojos, azules y amarillos de En un rayo de sol o esos juegos de luz y la distribución de viñetas de ¿Me estás escuchando?.

En definitiva, Sola en el espacio es una obra que gustará especialmente a los que ya conozcan bien la obra de su autora, y que quieran conocer un poco más sobre cómo fue evolucionando desde su juventud hasta ser la artista que es hoy día. Siendo una obra más antológica y contenedora de relatos cortos, algunos de ellos ejercicios sencillos para su formación, me ha gustado mucho más y la he visto más interesante para comprender su obra que la propia El final del verano que editó La Cúpula hace unos meses. Si te gusta Tillie Walden, este libro te va a encantar.

Lo mejor: Ver el proceso evolutivo en cuanto a la carrera de Tillie Walden. Algunos relatos tienen la misma fuerza de Piruetas o En un rayo de sol, a pesar de ser mucho más cortos.

Lo peor: Si no te gustan las antologías y no conoces demasiado a la autora, recomendaría empezar por alguna otra de sus obras.