Es la hora de las tortas!!!

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Skyward 3: Arreglar el mundo

Skyward 3: Arreglar el mundo
Guion
Joe Henderson
Dibujo
Lee Garbett
Color
Antonio Fabela
Formato
Rústica, 136 páginas
Precio
17.50 €
Editorial
Norma Editorial. 2021
Edición original
Skyward 11-15 USA

¡Termina el viaje de Willa en baja gravedad!

Después de habernos dejado con la boca abierta en 2020 con los dos primeros volúmenes de Skyward, Joe Henderson y Lee Garbett nos presentan el tercer y último acto de una de las series más sorprendentes del año pasado. Vamos a ver cómo consiguen arreglar la gravedad Willa y compañía…

skyward 3 pg1

La idea de “arreglar la gravedad” planteaba incluso más interrogantes que los que aparecieron cuando se estropeó. Algo había que hacer con el mundo, desde luego. Entre un cielo que resultaba un peligro de muerte, catástrofes atmosféricas, insectos asesinos gigantes y revueltas sociales, el mundo de Skyward no es precisamente paradisiaco. Y descubrir que el mundo no tiene arreglo plantea un nuevo paso en el camino: ¿qué se puede hacer para que la vida en él no sea tan peligrosa? Bueno, si el problema está en la falta de gravedad y la posibilidad de caerse hacia arriba, quizás una solucion pudiera ser algo tan simple como un techo. ¿Y no lo habrá pensado alguien antes, quizás?

Este tercer volumen cierra por completo la historia planteada en los dos anteriores, y la cierra de forma razonablemente satisfactoria, y quizás ese sea el principal problema que tiene: que sólo es satisfactoria. Mientras que el primer tomo vuela la cabeza del lector y el segundo plantea ideas loquísimas cuando ya pensábamos que tenía una dirección definida, este Arreglar el mundo se limita a dar una conclusión, perdiendo una buena parte del sense of wonder que tenían los dos primeros y cayendo en algún que otro deus ex machina al que se le ven un tanto las costuras. No es un mal final, cierra la historia y la cierra bien, pero después de dos tomos que están entre lo mejor que se editó en 2020, un final correcto, sin más, deja una cierta sensación de decepción, quizás injustificada, pero innegable.

skyward 3 pg2

Con el dibujo de Lee Garbett estamos poco más o menos en las mismas. Con la brillante representación de la baja gravedad que nos trajo en el primer volumen y con la reinvención visual que vimos del mundo alejándonos de las ciudades en el segundo, nos había conquistado por completo y nos había malacostumbrado a esperar un más difícil todavía. Y en este tercer tomo mantiene todas las virtudes con las que nos maravilló en los dos primeros… pero no hay cartas nuevas en la mesa a estas alturas. Sí, es cierto, no baja el nivel, pero ha frenado el crecimiento, y quizás alguna sorpresa visual adicional habría sido de agradecer.

Lo que sí está a la altura de los tomos anteriores es la edición de Norma. No es necesario insistir una vez más en la altísima calidad física de los tomos de esta editorial -buena encuadernación, buen papel, buena impresión, buena traducción de Ana Navalón, buena rotulación…-, pero es que además tiene una cuidadísima sección de extras  que redondean el acabado del producto. Además de los cinco últimos números de Skyward con sus portadas originales (¡en su sitio!), tenemos veinte páginas, con textos de despedida de Lee Garbett y Joe Henderson, así como el guion de varias páginas del número 14 de la serie y los lápices y tintas acabados. Se puede apreciar a la perfección en este caso que, aunque el guion de Henderson entra a una descripción razonablemente detallada de lo que ocurre viñeta a viñeta, el trabajo narrativo del dibujante es fundamental para la consecución del dinamismo y el tono adrenalínico de la historia. Con otro dibujante, estaríamos hablando de una serie totalmente diferente.

skyward 3 pg3

La sensación final que nos deja este último tomo de Skyward es que estamos ante un buen final de una buena serie, pero que quizás habiéndole dado alguna vuelta más podríamos haber estado ante una de las series de la década. Que sí, que Arreglar el mundo es un tomo de notable holgado, pero después de los dos sobresalientes de los dos anteriores nos deja un cierto regusto amargo.