Por si alguno tuviera prisa y no quisiera seguir leyendo, vamos con un aviso rápido y sin preámbulos. Por mucho que esto se llame Simbionte Spiderman 2099 y lo escriba Peter David, no tiene absolutamente nada que ver con Spiderman Simbionte, aunque sí, y mucho, con Spiderman 2099, concretamente con la Spiderman 2099 clásica de los años noventa. De hecho, si no leiste dicha cabecera, casi es mejor que ni empieces con esta.
Y sentadas estas bases, ahora sí, podríamos meternos en algunos asuntos previos para poner en contexto Simbionte Spiderman 2099. Es bastante conocido que, en los últimos años, Marvel ha cedido a Peter David un rinconcito tal vez algo apartado de la línea principal, pero con libertad para que siga manejando sus personajes e ideas fetiche. Así, por lo general se ha dejado margen en series ambientadas en el pasado como la citada Spiderman Simbionte, Hulk: Joe Arréglalo o Maestro, si bien esta última es el pasado del futuro, cosas del tiempo en Marvel, ya se sabe.
Simbionte Spiderman 2099 podría venir a ser un movimiento similar, pero yendo aún más allá, ya que, desde el fin del volumen uno de Spiderman 2099 en 1996, hemos podido ver al bueno de Miguel O’Hara en no pocas ocasiones e incluso ha tenido un segundo volumen a cargo del mismo Peter David. Es más, incluso más recientemente se estrenó una nueva serie, si bien ya se establece que el Spiderman que vemos ahí en es de Tierra-2099 y no el de Tierra-928, que es el que volvemos a tener aquí.
Nos ponemos así en el triple tirabuzón del concepto de esta serie y es que Peter David retoma la trama exactamente donde la dejó en el número 44 del volumen uno, hace casi treinta años. No se trata tanto de desdecir todo lo sucedido posteriormente, sino más bien de seguir aquí con su propia línea separada, casi de un modo similar al que nos daría Chris Claremont hace más de una década con X-Men Forever. En Simbionte Spiderman 2099, Peter David y Roge Antonio nos cuentan con total libertad y sin cortapisas de continuidad, cómo habría continuado la historia si el guionista de Fort Meade nunca hubiese dejado la serie.
Esto debería dejarnos claro que Simbionte Spiderman 2099 está dedicado casi de manera exclusiva a los seguidores de la serie anterior. De otro modo, probablemente se puedan perder al comenzar a leer.
Para cuando comienza Simbionte Spiderman 2099, el simbionte de Veneno está fusionado con Roman, el hijo de Namor del futuro, tenemos a Miguel O’Hara presidiendo Alchemax y a Kron Stone, anfitrión original del simbionte 2099, lamiéndose las heridas tras una monumental paliza. Por supuesto que no tardaremos en el tener de vuelta la versión de Venom que se presentaba originalmente en Spider-Man 2099 #35 — que deberías volver a tener en tiendas en la tercera entrega de Spiderman 2099: la colección completa en septiembre — e incluso veremos algún simbionte más. A ver si adivináis quién será el anfitrión. Una pista: es parte mexicano, parte irlandés y parte araña.
No hay más que abrir las primeras páginas de Simbionte Spiderman 2099 para ver que hay una declaración de intenciones. El tomo abre con un evidente homenaje al número de apertura de la serie inicial. Sin embargo aquí PAD está libre de ataduras por continuidad y se puede permitir giros que ni en broma le dejarían hacer en otro proyecto. Por lo demás, si bien ya sabemos que el último Peter David tal vez no llega a las cotas de brillantez de su momento álgido, mantienen las claves que hicieron de Spiderman 2099 un lugar al que volver. Retoma cabos sueltos, recupera viejos personajes, vuelve a abrazar el culebrón y rescata los códigos y modos a los que nos tenía acostumbrados en las viejas aventuras de Miguel O’Hara. Hay incluso en más de un momento algún ejemplo de aquello de que el que tuvo retuvo y veremos chispas de su pasada mordacidad en esos diálogos, que tal vez hoy día se puedan ver algo efectistas, pero siguen llenos de ingenio.
Aprovecha además la coyuntura para explorar un tema que parece obsesionar a PAD: la fina y voluble línea divisoria entre el héroe y el villano. Ya la exploraba en Hulk: Futuro imperfecto, ahondaba en su última etapa en el Capitán Marvel y la matizaba con especial vehemencia más recientemente en su serie de Ben Reilly: Araña Escarlata.
Para poder llevar todo esto a buen puerto, Peter David no cuenta con ese memorabilísimo Rick Leonardi que puso todo en marcha ni con el siempre correcto Ron Lim o el quizá no tanto Andrew Widman, que terminaron el volumen uno. Afortunadamente tampoco repite el infame Will Sliney que malograrse el volumen dos de la serie. Para esta labor contamos con el brasileño Roge Antonio, que tal vez no es un fuera de serie como Leonardi, pero no tiene lo más mínimo que envidiar a ninguno de los otros. Antonio realiza una labor de lo más solvente, con todo en su sitio y una cierta voluntad de incluir dejes Leonardi en su estilo, que no le habíamos visto en otros trabajos recientes como Matanza, Masacre o Hulka.
Si acaso, la única pega que podría ponerle es que en alguna ocasión se aprecian algunos desarrollos narrativos un tanto abruptos, como si tuviera que incluir en página más acciones de las que le admite, pero, por lo general, nos da todo los necesario para que este regreso a casa sea todo lo satisfactorio que podemos esperar.
Y es que, esta vez sí, Simbionte Spiderman 2099 es un cómic completamente enfocado a los nostálgicos, aunque con la ventaja de no tener limitaciones… bueno, salvo quizás una y es que sabemos que a Peter David le gusta cocinar a fuego lento y en 5 números tiene el espacio que tiene. Nos dejará, no obstante, un final abierto, tal vez con la esperanza de poder volver, pero también a sabiendas de que este experimento bien podría concluir aquí.
Simbionte Spiderman 2099 deja ganas de más, pero en el buen sentido. Sabe a poco pero no por lo que nos da, sino porque vemos que PAD y Roge Antonio podrían tener cuerda de sobra para continuar si se les da la oportunidad. En fin, quién sabe qué le brindará el futuro a nuestro futuro Marvel favorito.