Es la hora de las tortas!!!

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Sherlock Holmes contra Nosferatu

Me encanta el rock. Ya lo he dejado claro en más de una ocasión. Si tuviera una pistola en la frente que me obligara a matizar más, diría que me tocan la fibra un poco más de lo normal el hard rock y el rock progresivo de los 70 y los 80. También tengo especial debilidad por los vampiros. Son mi monstruo clásico predilecto, Drácula fue el primer libro de terror que leí, el Nosferatu de Murnau es una de mis películas preferidas de todos los tiempos y durante muchos años estuve jugando a Vampiro: La Mascarada. Un estereotipo con el que me gustaba mucho jugar era, precisamente, un Toreador cantante de Hard Rock con cinco puntos en el trasfondo Fama. Y no soy especialmente seguidor de Sherlock Holmes, pero convivo con una fan radical del personaje. Todo ello mezclado en una batidora hacía que yo pudiera ser algo bastante parecido al público objetivo de este libro.

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Sherlock Holmes es un personaje con una amplia tradición de pastiches. Desde el imprescindible Sherlock Holmes de Baker Street de W.S. Baring-Gould hasta el Novísimas Aventuras de Sherlock Holmes de Enrique Jardiel Poncela, se cuentan por miles las novelas protagonizadas por el detective inglés no escritas por Conan Doyle. Y también es habitual enfrentar a Holmes contra otros personajes icónicos, como los videojuegos Sherlock Holmes vs Jack el Destripador o Sherlock Holmes y el Rey de los Ladrones (en el que se enfrenta a Arsenio Lupin), los cómics de Dynamite Sherlock Holmes vs. Harry Houdini, los de DC Victorian Undead (dos series, en las que se enfrenta a Sherlock contra zombies en la primera y contra Drácula en la segunda) o el memorable Estudio en Esmeralda de Neil Gaiman. En este fanfic que hoy nos ocupa, se enfrenta al personaje contra el vampiro de Murnau en un contexto no habitual para ninguno de los dos personajes: la escena del rock a finales de los 60/principios de los 70.

El libro empieza con dos tramas paralelas. Por un lado, un personaje misterioso cuya identidad se acabará desvelando, se encuentra con Nosferatu en las trincheras de la Primera Guerra Mundial e iremos viendo sus encuentros con él a lo largo de la historia. Por otro lado, un conocido guitarrista llamado aquí Pete Valentine recibe la visita del Vampiro en su residencia a finales de los 60. ¿Conocido? A ver, es el guitarrista heroinómano de una superbanda inglesa llamada Leaden Cloud a la que el mercado inglés se le queda pequeño y vive en una mansión que perteneció a un ocultista del S. XIX llamado Alexander Mosley, conocido como The Great Wild Beast, que ha acuñado la expresión Do What Thou Wilt. A nadie se le escapa que es Jimmy Page, el guitarrista de Led Zeppelin, que fue el propietario de Boleskine House, la mansión que perteneció a Aleister Crowley, conocido como To Mega Therion, el fundador de Thelema, cuya máxima fundamental es Do what thou wilt shall be the whole of the Law. ¿Homenaje o demasiada inspiración? Sólo el autor lo sabe, supongo. Cuando te das cuenta de que este libro es, poco más o menos, Jimmy Page conoce a Sherlock Holmes y a Nosferatu, el nivel de bizarrez se dispara.

La novela de Toni Bascoy es un entretenimiento ágil, eso hay que reconocérselo. Se lee rápido y no se hace pesada en ningún momento, y la constante presencia de lugares, temáticas y personajes ya conocidos hace que tenga una sensación de familiaridad que se lee con una sonrisa. Quizás pretenda ser rompedor en el retrato de Valentine, pero quien ha leído a, no sé, Apollinaire o Burroughs, es difícil de escandalizar. Una lectura ligera y amena, pero que no pasa el corte de la biblioteca*.

*En mi casa tenemos un criterio que llamamos “el corte de la biblioteca”, y consiste en que en ella ya no caben más volúmenes, de modo que cada  vez que entra un libro físico hay que elegir si después de leerlo vuelve a salir o si se queda y hay que elegir otro en su lugar para que salga. Esto sirve, por un lado, para tener una biblioteca cada vez más depurada, y por otro, para no acabar apareciendo en el piso de la cotilla del tercero en una nube de polvo y libros. Este ejemplar, aun siendo un divertimento curioso, no pasará el CDLB.