El pasado viernes se estrenó en todo el mundo Shazam!, la séptima película del Universo Extendido de DC Comics. Lo primero que hay que decir, alto y claro es que Shazam! es una gran película de superhéroes, muy divertida, familiar (pero sin caer en la ñoñería) y muy disfrutable, dejando una gran sensación de bienestar tras visionarla y logrando que quieras saber más de unos personajes que, a priori, son bastante desconocidos para el público general fueran del fandom.
Shazam! evidencia el cambio de paradigma que se observa desde el fracaso de crítica y taquilla de Justice League (fracaso del que buena culpa tuvieron los «arreglos» de Joss Whedon). Así, Aquaman fue el primer paso de «Marvelizar» las, antaño oscuras, películas de DC. Pero si en la cinta del Rey de los mares la mezcla de géneros empastaba fatal o el humor y los chascarrillos lograban sacarte de la cinta, en un personaje como Shazam! quedan mucho más naturales.
Bajo la acertada (pese a funcional) dirección de David F. Sandberg (realizador habitualmente relacionado con el género del horror), Shazam! nos ofrece dos horas y cuarto de entretenimiento y como película de origen funciona muchísimo mejor que la mayoría de sus congeneres. El gran acierto es el guion de Henry Gayden, que le da un gran tempo a todas las partes de la cinta. Un origen muy bien presentado del villano y del héroe, así como el viaje de descubrimiento que lleva al protagonista a ir aprendiendo sobre quién es y sus poderes, y todo al mismo tiempo que nos van soltando gotas de melodrama aquí y allá relativas a como acabó Billy de hogar de adopción en hogar de adopción (subtrama que queda cerrada y que sirve para reforzar el carácter del alter ego del gran queso rojo de DC).
Si bien este viaje puede recordar en tono y forma al personaje de Spider-Man tal y como lo vimos en Homecoming o sobre todo en Into The Spiderverse, lo cierto es que los homenajes y las influencias van mucho más allá. Shazam! es una versión de Big de Penny Marshall con superpoderes (de hecho hay un claro guiño a la mítica película), pero más allá de eso, hay mucho del cine de John Hughes a la hora de presentarnos la relación de Billy Batson y de Freddy, sin olvidarnos del resto de sus hermanos o de la familia Marvel (jijiji), los abusones del colegio, aventuras dignas de los Goonies o una excelente banda sonora original de Benjamin Wallfisch (It o Dunkirk entre otras) y que por momentos recordaba al trabajo realizado por Steven Spielberg en títulos como E.T el extraterrestre. Este ha sido su primer trabajo como compositor principal de una adaptación de un cómic y en breve volveremos a disfrutar de su arte en la nueva andadura de Hellboy.
La química de los personajes durante la película está muy lograda y personalemente creo que tanto el chico Disney Asher Angel como Zachary Levi hacen un gran trabajo en sus respectivos papeles de Billy Batson y Shazam. En especial Levi, que le da mucha naturalidad al hecho de ser un adolescente encerrado en el cuerpo de un hombre. De hecho, la mencionada parte de la película en la que a modo de ensayo y error van descubriendo cuales son los poderes hará sacar más de una carcajada. No menos desdeñable es el trabajo del siempre solvente Djimon Hounsou como el mago Shazam y verle en su salsa dentro de la Roca de la Eternidad ha sido todo un gusto. La cinta, que bebe mucho del reciente trabajo de Geoff Johns y Gary Frank con el personaje, ha mostrado un origen efectivo.
Nuevamente la parte más floja es la relativa al antagonista. Mark Strong da vida de manera correcta al Doctor Sivana, y repite como villano de DC tras su «interpretación» de Siniestro en Green Lantern, si bien, y afortudamente, el sobrio actor no repite los errores de esa película y aunque no logra cautivar, tampoco molesta. Este es un mal endemico en las cintas de superhéroes que muchas veces cuentan con actores de renombre para estos papeles y quedan totalmente desaprovechados y desdibujados. Ah y no, ni rastro de referencias o de menciones a Black Adam o a Dwayne Johnson.
Visualmente, Shazam! es impecable, pero es lo menos que se puede exigir hoy en día de una producción de este tipo. El diseño del mítico uniforme es obra de Leah Butler, habitual colaboradorador del director y que ha conseguido trasladar a la gran pantalla el colorido traje del Capitán Marvel sin que resulte excesivamente llamativo.
Otro punto a favor que le pongo a Shazam! es la realización de los FX, la fotografía y la coreografía de la batalla final, preparada por Kyle Gardiner, el mismo que se encargó de las escenas de acción de Aquaman. Lejos de movimientos de cámara inentiligibles o del efecto borrón, la pelea entre el Capitán Marvel (que pena que no hayan colado alguna coña al respecto) y Sivana es algo larga, pero disfrutable, no te pierdes nada y también contiene un buen par de chistes y una sorpresa mayúscula.
La Warner/DC se ha esmerado con la película. La más pequeña de todas las que han hecho hasta ahora, pero posiblemente una de las que más alegrías le van a dar. De momento la crítica es bastante positiva y ya veremos como va la taquilla, aunque también ha sido la producción más barata de todas hasta el momento, pues ha costado entre 80 y 100 millones de dólares según las fuentes.
Shazam! tiene dos escenas post créditos. Una protagonizada directamente por un personaje muy ligado al héroe y otra bastante simpática sin trascendencia alguna. Pero merece la pena quedarse a verlas aunque solo sea por disfrutar de los títulos de crédito finales a ritmo de «I don’t wanna grow up» de Los Ramones.
Quiero más películas de Shazam! y quiero verlo interactuar con otros héroes de DC… Y si es en la Liga de la Justicia, mejor que mejor.