Es posible que en los últimos tiempos se esté dando un atisbo de algo parecido a un relevo generacional, pero por regla general, los lectores de tebeos nos hacemos mayores y el grueso del público sobrepasa los 30. Cosas de la vida esto nos lleva a que muchos de los lectores de cómics tengan hijos. Queremos entonces que disfruten de esta afición que nos apasiona y llega la pregunta del millón ¿Qué cómics puede leer un niño en este medio en el que la inmensa mayoría de los lectores son adultos? Afortunadamente, en las tortas ya hemos respondido más de una vez a esa pregunta y nos podemos enorgullecer de haber un cubierto un abanico de edades bastante amplio.
No obstante, parece norma no escrita que el cómic infantil/juvenil se encuentra por separado de todo el resto del volumen de publicación. Las editoriales tienen sus propios apartados separados para niños y después todo lo demás, con lo que repetir la sensación que teníamos de niños los que rondamos la cuarentena es bastante complicado. Antaño, lo que existía era toda una línea de cómics para adultos y después todo lo demás, mientras que hoy en día viene a ser lo contrario. Por eso es de agradecer cuando nos encontramos un cómic como ¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal de Jeff Smith.
Jeff Smith es sobre todo conocido por Bone y aunque se ha dejado ver en un puñadito (pequeño) de obras fuera de su serie estrella, es en Bone donde vemos las señas de identidad de su estilo, así como el símbolo de lo que significó el cómic independiente en los 90 y su cruzada por llegar a las bibliotecas y a público de todas las edades y sexos.
Con este curriculum, Smith se dejó caer en DC en 2007 y escogió al que probablemente sea el personaje más adecuado a su estilo cartoon y sus historias divertidas y para todos los públicos. De este modo, ¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal supone una especie de Año uno para el Capitán Marvel, el gran queso rojo, el héroe puro y tontorrón. El espíritu impoluto, ingenuo y hasta bobalicón del personaje, lo hace el candidato ideal para el tono de Jeff Smith. Esta actualización surge de forma natural y se adapta al personaje casi como si hubiera sido creado así en su concepción hace casi 80 años, pero completamente adaptado al siglo XXI. Del mismo modo pondremos al día a sus villanos principales, Mr. Mente y el Dr. Sivana, o esa deliciosa Mary Marvel que en esta historia es una niña física y mentalmente que supone uno de los detalles más simpáticos y adorables del tebeo.
Para la ocasión descubrimos a un Billy Batson casi dickensiano que sobrevive en la calle como buenamente puede, pero que pronto descubrirá todo un nuevo mundo mágico. Toda esta historia bajo los fríos ojos de un adulto quizá pueda resultar un tanto simplona, pero la sensibilidad de Smith para mostrarnos ese sentido de la maravilla de un niño ante el descubrimiento de la fantasía es una absoluta delicia. Casi como un pequeño Nemo en Slumberland, Billy Batson hallará todo ese mundo mágico que se encuentra más allá del espacio y del tiempo, como en la imaginación de un niño.
Más allá de captar este espíritu, la trama de Jeff Smith es sumamente sencilla y se dedica a hacer lo que mejor sabe hacer: desplegar ese dibujo de estilo cartoon y esa narrativa tan líquida que se lee sola. Puede ser que en Shazam! La monstruosa sociedad del mal se aleje un tanto de ese ritmo a tiempo real que desarrollaba en Bone, pero de algún modo sigue haciendo gala de esa pasmosa habilidad que con los elementos más básicos, te da el pistoletazo de salida y antes de pestañear, has devorado el tebeo. Quizá haya otros dibujantes que superen a Smith a la hora de aportar significado con su técnica de narración o más innovadores, pero hoy día sigue teniendo pocos rivales en cuanto a fluidez.
Puede que en 2007, con un personaje como Capitán Marvel y en DC el impacto de esta obra diste mucho del que tuvo Jeff Smith en Bone, pero sin duda nos da un entretenimiento confeccionado con esa discreta maestría de este autor de Pensilvania y que despierta ese lado mágico que con los años se nos ha ido durmiendo. Terminad este tebeo y decidme qué niño no querría tener un tigre parlante.
