Vamos con la primera sesión doble de la temporada y arrancamos con dos cómics completamente diferentes por procedencia, época, planteamiento y prácticamente lo que se os ocurra.
Abrimos fuego (a tope) con El Cuervo, la obra de James O’Barr de 1989, que supuso uno de los puntales del cómic independiente de su época y que ganaría una inmensa popularidad a nivel mundial gracias a la adaptación al cine de Alex Proyas en 1994.
Por otro lado, tenemos Yo, asesino, de Antonio Altarriba y Keko, de 2014, una malsana autoficción en tono de thriller, perturbadora por un lado, pero con cierta ironía por otro, que se convertiría en la primer parte de la llamada trilogía del yo.
Dos tebeos profundamente desiguales que nos han gustado de manera desigual. Os esperamos a un click.