Vamos a hacer un poco de historia. En el año 2000 dentro del seno de Image Comics surgió el sello Gorilla Comics formado por autores como: Karl Kesel, Kurt Busiek, Mark Waid, Stuart Immonen, Mike Wieringo, o George Perez. El espíritu era el de crear sus propias obras, gestionarlas como les diese la gana, tener control creativo total y sobre todo ganar más pasta. En el fondo era lo que habían hecho Jim Lee y compañía en los noventa o un par de años antes Humberto Ramos, Joe Madureira y Jeff Scott Campbell.
Lo cierto es que la gestión fue un puñetero desastre. Los propios implicados se dieron cuenta de que prescindir de la figura de un editor, sin que hubiera un mínimo de control, no funcionó. De todas las obras iniciales solo terminó de publicarse la miniserie de seis números de Shock Rockets de Busiek e Immonen. ¿El resto? Pues hubo un poco de todo. Empire de Waid y Kitson terminó de publicarse en DC, Tellos de DeZago y Wieringo que había salido de Image Central volvió, de Crimson Plague de George Pérez que comenzó en Event Comics solo salieron un par de números más. Así llegamos a Section Zero de Karl Kesel y Tom Grummett,de la que solo vieron la luz tres números.
Sus autores se olvidaron por completo del proyecto y continuaron con sus respectivas carreras. Sin embargo volverían a encontrarse con el paso de los años. Por ejemplo, coincidieron en una corta etapa en Los 4 Fantásticos que estuvo llena de injerencias editoriales. De esta forma llegamos al año 2017: Kesel y Grummett deciden retomar el proyecto, lo lanzan como webcómic y finalmente crean una propuesta para la plataforma kickstarter, que es completado con éxito. En España coincide que Dolmen está celebrando su 25 aniversario, además la editorial Balear fue la editora del sello en nuestro país y decide publicar un voluminoso tomo en tapa dura de un tamaño algo mayor que el de comic book.
Pues una vez leído, tengo que decir que la espera ha merecido totalmente la pena. Sección Cero es uno de los tebeos de aventuras y ciencia ficción más refrescantes que he leído en mucho tiempo. Sus autores destilan amor puro y duro por el medio. Es una historia épica, llena de acción, viajes y personajes imposibles que parece que ha cogido lo mejor de Los 4 Fantásticos de Jack Kirby, una pizca de Los luchadores de lo desconocido de DC, algo de Ray Bradbury, pinceladas de algunos episodios de La dimensión desconocida, pero sobre todo me ha recordado a la clásica serie de animación de Johnny Quest. A Karl Kesel, le bastan un par de páginas para presentarnos a unos personajes humanos, fantásticos y perfectamente definidos.
La Sección Cero está formada por: El profesor Sam Wildman (el líder), Titania Challenger (la más lista de todas y parte de un linaje de aventureros), Tesla (un niño alien que pilota la nave donde viajan y que además tiene poderes telepáticos), Thom Talesi (un adolescente asiático con un tatuaje que cuando lo frota se convierte en una mosca humana), Sargazo (un hombre lagarto que con gran capacidad regenerativa) y finalmente A.J. Keeler (líder de campo, portador de una espada de energía y ex marido de Titania Challenger). Como podéis ver, se trata de una colección de personajes de lo más variopinta y atractiva. Lo mejor de la serie, más allá de investigar dinosaurios, brujas o trolls causantes de conflictos en los Balcanes, es ver como Karl Kesel relaciona a los personajes entre sí. El drama y el romance están presentes en cada plancha.
Se nota que cuando Sección Cero fue lanzada a principios de siglo había un plan a largo plazo. En este volumen se presenta a los soldados fantasma, una organización que busca derrocar a la Sección Cero y traer el apocalipsis al mundo. Hay también saltos temporales, flashbacks que nos enseñan a otras encarnaciones del grupo protagonista… En definitiva, una muy medida hoja de ruta que a juzgar por lo que enseñan en la última plancha, tendrá su continuación en algún momento del futuro. Y más vale que así sea, porque las posibilidades con este tipo de personajes en este género son directamente infinitas. De cada personaje secundario, de cada mención a una aventura pasada, en fin… de todo, se puede sacar oro. Yo desde luego quiero más.
¿Y qué decir de Tom Grummett? Aquí realiza el trabajo de su vida. Su sinergia con el guionista es total, hasta el punto que no podría imaginarme a estos personajes en manos de otro dibujante. Puede que Grummett no sea un hot artist, o que nunca figurase en las listas de la revista Wizard, pero es cumplidor, un impecable narrador y sus acabados son muy atractivos. La verdad es que no se me ocurre ninguna pega que pueda ponerle a sus páginas. Sus diseños son toda una oda al género que homenajea Seccion Cero. El volumen cuenta con numerosos extras entre artículos, pin-ups de otros autores, galería de bocetos, de páginas no utilizadas.
Para terminar debo decir algo que se me ha pasado por la cabeza mientras leía esta obra: Sección Cero es un cómic para enamorar, para crear afición por el medio, es perfecto para regalar y desde luego gustará a un público de cualquier edad.
Repito: Quiero más.