Grafito Editorial sigue apostando por el cómic patrio de producción propia, y tocando multitud de géneros diferentes. Si ya había sorprendido con cómic biográficos como Mies, cómic infantil como Vampi, o históricos como Por un puñado de dracmas, ahora apuestan por el cómic de terror sobrenatural con Satanela. Una obra que nos retrotrae al Madrid de principios del siglo XX y nos mete en la piel de un músico mujeriego que se ve arrastrado por una magnética bailarina que le hace perder la cabeza… y casi su alma.
Cuenta el guionista en el epílogo que la historia arranca de un viejo cartel de jazz que se cruza en su camino en una visita a la Biblioteca Nacional. La curiosidad por un anuncio de una función musical donde la vedette principal se llamaba Satanela le llevó a investigar sobre la bailarina y sobre los músicos que la acompañaban en la revista. Fueron muchos los vacíos que aparecieron en su investigación e hicieron disparar su imaginación pensando en que, por qué no, podía haber un misterio sobrenatural detrás de toda esa falta de información. Así, recurrió al dibujante argentino Diego Simone, con el que había trabajado en alguna historia para la revista Cthulhu, y que ya sabía lo que era dibujar toda una novela gráfica gracias a su Guro.
A pesar de estar ambientada en Madrid, la obra bebe mucho de historias de cabarets más alemanes como los que estamos acostumbrados a ver en Cabaret o El ángel azul, con un aspecto mucho más elegante y misterioso de lo que ha sido en España, donde siempre ha habido una tradición más de revista musical, especialmente a raíz de la Guerra Civil. El Molino en Barcelona o el Plata en Zaragoza siguen aún siendo buena muestra de las posibilidades del género.
Bueno aprovecha ese aspecto misterioso del «Cabaret de la Nada» madrileño para presentar a la bailarina Satanela, mujer fatal con el magnetismo de la Dietrich, y con la que el mujeriego Diego no puede evitar dejarse arrastrar. Comienza a partir del primer encuentro entre ellos una lucha por recuperar el alma perdida del músico y de conocer todo un trasfondo desconocido de Madrid, repleto de fantasmas y pactos demoníacos. Su compañero músico Rigoberto será su ancla en el mundo físico, e intentará descubrir qué le pasa a su amigo tras su encuentro con la misteriosa mujer.
El guionista explora paralelamente ambos mundos, y plantea una historia simultánea entre ambas realidades, saltando de una a otra hasta que por fin vuelvan a confluir. Todo ese halo de misterio está bien apoyado por el dibujo de Simone, con un dibujo muy detallado, con un acabado muy de cine de animación, y una predilección por la parrilla de 2×3 viñetas verticales. Tal vez lo que más destaca es el uso del color, con paletas muy desaturadas salvo efectos puntuales, con un predominio de paletas rojizas y verdosas sobre una base muy gris.
En definitiva, Satanela es una obra interesante, que está perfectamente ambientada, y que explota con habilidad esa atmósfera de sitios prohibidos para contarnos una historia de fantasmas y de búsqueda del alma. Puede ser interpretada metafóricamente, otorgando un sentido radicalmente distinto a la historia, aunque si no quieres explorar ese doble sentido, siempre puedes quedarte con una historia contada correctamente y con un dibujo que encaja a la perfección con el tono de la obra.
Lo mejor: La ambientación. El halo de misterio que deja el epílogo contando que está basado en personajes reales.
Lo peor: Te quedas con ganas de saber más de Satanela, de su historia y de su naturaleza.