Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Sana, sanita. Diario de un enfermero de pediatría

Sana, sanita. Diario de un enfermero de pediatría
Guion
Armando Bastida.
Dibujo
Raquel Gu.
Tinta
Raquel Gu.
Color
Raquel Gu.
Formato
Rústica con solapas, 120 páginas, color. 24x17 cm.
Precio
15,90€.
Editorial
Grijalbo. 2019.

Enfrentarte a una lectura en la que a las pocas páginas se critica/parodia aquello a lo que te dedicas siempre tiene el inevitable riesgo de la transferencia negativa. Llevo más de tres años dedicado a la Pediatría en Atención Primaria y reconozco que las primeras páginas de esta obra me escocieron, me puse rápidamente a la defensiva. Pero como llevo muchos años leyendo todo tipo de cómics, y además la propia Raquel Gu me había hablado de esta obra cuando todavía se estaba gestando, decidí tragarme mi «orgullo herido» y seguir leyendo. Y tengo que reconocer que me ha gustado mucho el resultado final. Sí, hay cosas discutibles que ahora analizaré, pero en conjunto, Sana, sanita. Diario de un enfermero de pediatría me ha parecido una obra muy entretenida y con un mensaje claro e importante que al principio, mea culpa, me costaba un poco ver.


La obra gira en torno a Salva, un enfermero de pediatría que, tras un tiempo trabajando en Atención Hospitalaria, comienza a cubrir una prejubilación en un centro de salud. Las diferencias entre ambos medios son muchas, y le van a producir ciertos conflictos, llegando a hacerle dudar de si va a poder acostumbrarse a su nuevo puesto. Médicos endiosados, madres histéricas, padres con una tranquilidad excesiva… demasiados escalones que subir en muy corto espacio de tiempo.

Como decía antes, leer esta historia donde tenemos a un pediatra «a la antigua usanza», que antepone los beneficios obtenidos de la industria farmacéutica a la propia salud de sus pacientes duele. Ver a una pediatra que oculta su inseguridad con malas formas y poca empatía con las madres… también. Pero aunque me duela, tengo que reconocer que me he cruzado con figuras similares a lo largo de mi carrera. El quid de la cuestión es que aquí todo se concentra, y todos absolutamente (médicos, padres, directores…) parecen ser malos… salvo los dos enfermeros del centro de salud. El mecanismo de autodefensa estaba encendido al momento, jajaja.


Pero luego intenté abstraerme, apagar dicho mecanismo y analizar la historia como tal. Comprendo que son recursos narrativos, que sirven para ilustrar ese proceso de adaptación al nuevo puesto de trabajo y para mostrar el camino del protagonista salvaguardando siempre su integridad y la búsqueda de lo mejor para el paciente. Salva intenta encontrar su hueco, mantener su propio criterio, y llegar a un equilibrio de respeto con sus compañeros, a pesar de la disparidad de criterios. En ese aspecto, la obra es muy acertada, y creo que es el principal mensaje que se debe sacar como conclusión. Es normal que se use la exageración para que resulte más evidente el mensaje, y que también es cierto que los temas que se tocan son reales (intrusión de la industria farmacéutica, aferrarse a recomendaciones no actualizadas, rechazo a los cambios, importantes diferencias entre la Atención Hospitalaria y la Primaria…).

En cuanto al trabajo de Raquel Gu, he apreciado un salto de calidad con respecto a trabajos anteriores. Mantiene su estilo de línea clara, limpio y con un tipo de dibujo cercano al cartoon, pero al ser una novela gráfica ya vamos a poder apreciar una narrativa desarrollada, más allá de las tiras humorísticas que nos mostraba en ¡Estoy estupenda! Y lo hace francamente bien: Son viñetas con diseños llamativos, dentro de una sobriedad mínima que nos permite no perder la conexión con ella, y recurre muy bien al cambio de tamaño o número de viñetas para acelerar o ralentizar el ritmo de la escena, bien sea por un momento de tensión o por una escena de urgencias. El color está utilizado de manera muy discreta, con colores planos, que sirven para sombrear y con una paleta de colores suaves pastel, que dan un aspecto muy agradable.


En definitiva, Sana, sanita. Diario de un enfermero de pediatría.

Una obra que cuenta el viaje de adaptación de un enfermero tras el paso de un medio hospitalario al de consulta de Atención Primaria, que también sirve de crítica de algunos aspectos de la sanidad, como la influencia de la industria farmacéutica, la falta de actualización de algunos profesionales sanitarios y de esa máxima tan difícil de superar de «si funciona, no lo toques…». Una obra que puede hacer darse por aludidos a profesionales sanitarios y padres protectores, pero que está contada con suficiente amabilidad como para saber diferenciar el verdadero mensaje de la historia.

Lo mejor: El mensaje final de la obra. Ver a Raquel Gu haciendo una obra larga en la que puede desarrollar una narrativa gráfica diferente a la de las tiras cómicas.

Lo peor: Si eres médico o usuario de consultas de pediatría, y también algo susceptible, tal vez te puedas dar por aludido.