Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

San Antonio en Lyon

San Antonio en Lyon
Guion
Michaël Sanlaville
Dibujo
Michaël Sanlaville
Formato
Cartoné. 19 x 27 cm. 96 páginas. Color
Precio
20€
Editorial
Nuevo Nueve . 2023
Edición original
San-Antonio chez les Gones (Casterman)

El hecho de que salga en España San Antonio en Lyon supone una apuesta por parte de Nuevo Nueve por reivindicar a Michaël Sanlaville como algo más que «el dibujante de Last Man que no es Bastien Vivés».

Y es que hasta que la editorial que encabeza Ricardo Esteban comenzó a apostar por las obras de este autor de Lyon, con Banana Sioule, la única obra de Sanlaville en solitario que habíamos visto en España era La Plaga Verde, que publicó hace ya una década Ninth Ediciones y que pasó bastante desapercibida. Pero, por si fuera poco, atreverse con San Antonio en Lyon es todavía más arriesgado, dada la peculiar naturaleza del personaje.

San Antonio en Lyon

Aunque nos han llegado algunas de sus novelas e incluso e incluso películas, las aventuras del comisario San Antonio son bastante desconocidas por nuestros lares, pese a que en su Francia natal son un auténtico fenómeno popular. El mujeriego y chulesco Antoine San Antonio nació en 1949 de la mano de Frédéric Dard, una auténtica leyenda en su país, que escribió, entre otras, nada menos que 175 novelas de la serie del comisario a lo largo de poco más de 50 años. San Antonio ha tenido además 4 adaptaciones cinematográficas, una obra teatral y por supuesto, cómics. Su propia tira cómica discurrió entre 1963 y 1975 en el diario France-Soir gracias a Robert Mallat y Henry Blanc. Patrice Dard, hijo de su creador, y Henri Desclez tendrían su propia serie de álbumes en los años 70 y tenemos finalmente que esta versión de Michaël Sanlaville es entonces la tercera — y esperamos que la vencida — encarnación en viñetas.

¿Pero cómo es posible que la publicación de las historias de una figura pop de este calado pueda suponer algún tipo de riesgo? La respuesta es que San Antonio es un fenómeno en Francia y sólo en Francia porque fue creado específicamente así. San Antonio es una especie de James Bond con la escala rebajada al tono y los lugares comunes de novela negra popular, pero además un género negro profundamente enraizado en la cultura popular francesa, casi regionalista, lleno de modismos, juegos con el idioma y neologismos intraducibles.

Aun con todo esto, nos llega San Antonio en Lyon, que adapta la novela San-Antonio chez les «gones», de 1962, y nos lleva a un pequeño pueblo vitícola del distrito de Lyon donde recientemente ha sido asesinado un maestro de escuela y han desaparecido dos niños. Hasta allí se desplazarán de incógnito el casanova comisario y su compañero Alexandre-Benoît Bérurier, también conocido como Béru, una especie de Torrente alcohólico,desastrado y semianalfabeto, que pondrá la nota cómica de la historia. Pronto se destapará una intriga que implica a varios personajes de las altas esferas del pueblo y, cómo no, comenzará a morir más gente.

San Antonio en Lyon

Tras una introducción un poco más sosegada, se destapará la caja de los truenos y los acontecimientos comenzarán a sucederse a velocidad de vértigo y sin tregua, entrando en ese terreno que tan bien se le da a Sanlaville que es la acción trepidante, aunque no por ello pierda el tono noir ni lo intrincado de la trama. Quien conozca al autor de Lyon por Last Man o Banana Sioule, ya sabe cómo se las gasta con su trazo suelto, desnudo, elástico y de un dinamismo como solo tiene rival en su colega Bastién Vivés. Pese a no jerarquizar grosores de línea, impacta la energía y fluidez con la que se mueven sus dibujos, que complementa en ocasiones con tiros de cámara y angulaciones un tanto extremas para que todo suceda a toda mecha y en nuestras caras.

Otro de los rasgos que comparte con su Vivés es cierto gusto por la incorrección política. En San Antonio en Lyon vemos niños fumando y bebiendo alcohol, sexo y violencia a cascoporro, actitudes machistas e incluso maltrato infantil usados como elementos cómicos. Pero que nadie se eche las manos a la cabeza, porque es importante tener en cuenta que hablamos de la adaptación de una novela del 62. El tipo de humor brochagordero y los modos un tanto cavernícolas que vemos en este tebeo estaban al orden del día y Sanlaville se aprovecha de ello de un modo nada exento de ironía y mala leche, sin tratar de suavizar nada para los tiempos que vivimos.

San Antonio en Lyon

Mención aparte merece el mimo que se percibe en la traducción de Dan Calvo Santa Olalla a la hora de adaptar las toneladas de jerga y palabras inventadas, que desgraciadamente no elimina la sensación de estar intentando acomodar algo ajeno e incompatible con el idioma castellano y ya no solo eso, sino que las canciones populares y otras referencias profundamente francesas siguen sin decirnos nada por más empeño que se le pueda poner a la adaptación.

Ignoro si con este primer tomo de esta serie, que en Francia ya ha publicado el segundo, se terminará de asentar el personaje en España, pero tan solo espero que la apuesta de Nuevo Nueve por la obra de Michaël Sanlaville consiga el favor popular que sin duda merece este autor.