Es la hora de las tortas!!!

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Cómo salvar la industria del cómic sin tener ni puta idea

Cómo salvar la industria del cómic sin tener ni puta idea
Guion
Javier Marquina.
Dibujo
Rosa Codina.
Formato
Cartoné, 104 págs, B/N. 21x29 cm.
Precio
19,95€.
Editorial
ECC Ediciones. 2023.

¿Quién no ha entrado algún día en cualquier red social y ha visto un enorme post de cabreo de este o aquel autor cabreado por lo difícil que están las cosas para poder vivir de la industria que aman y de lo que además saben hacer? ¿Quién no ha leído ese post y ha pensado que tiene más razón que un santo o, todo lo contrario, que menudo llorón que no hace más que quejarse de que las cosas no son como deberían? ¿Quién no ha presenciado también a otros autores opinando sobre este o aquel post del compañero y, según su educación e incluso de posibles efectos secundarios, de una manera más propia de corral de vecindario chungo? Pues bien, todo esto y mucho más lo han hecho de una manera muy elegante Javier Marquina y Rosa Codina en Cómo salvar la industria del cómic sin tener ni puta idea, un cómic editado por ECC Ediciones que invita a reflexionar sobre el punto en el que se encuentra nuestra industria.


Lo más atractivo de esta obra es la manera en la que está planteado: un metacómic en el que los autores le hablan directamente al lector, y en la que el propio cómic que estamos leyendo aparece en numerosas ocasiones. No solo eso, incluso siendo la referencia más clara de esta obra el Us de Sara Soler, se traen a la propia autora para que hable de cómo pasó su inicial fanzine (igual que fue Cómo hacer un cómic sin tener ni puta idea) a la novela gráfica (igual que esta). A lo largo de 96 páginas los autores hablan de la situación real de la industria, de cómo ven ellos el presente y el futuro tanto de la industria como de los propios lectores, y nos plantean opciones para poder mantenerla.

Ojo, algo que cualquier lector inteligente percibe desde la primera viñeta es que estamos ante una obra hecha por dos autores hablando en nombre de ellos dos. Y como personas autónomas que expresan su opinión, probablemente yerren en algunas de sus informaciones. Es más, yo estoy en desacuerdo con algunas de las cosas que plantean… igual que estoy absolutamente de acuerdo con otras. Pero claro, para que esta obra no sea un post de Facebook con ilustraciones, los autores recurren al sarcasmo, y eso puede sentar mal a según quién, y que encuentre en el tono de Marquina y Codina un ataque velado a aquellos que le dan de comer o incluso a otros compañeros. Insisto, la palabra inteligencia viene de «leer entre líneas», y este es el ejemplo más claro de que, para adivinar la verdadera intencionalidad de la obra, uno no puede ver maldad o rencor en las palabras que se pueden leer en ella, sino una reflexión adornada con ironía para hacerla más legible.


En todo caso, lo mejor de una obra como Cómo salvar la industria del cómic sin tener ni puta idea es el diálogo y la reflexión a las que invita. Es indiscutible que el cómic en España es una parcela reservada para un pequeño nicho que nos hemos hecho mayores, y que los nuevos lectores de hoy se interesan por temas radicalmente diferentes a los de los lectores veteranos, habiéndose generado un vacío intergeneracional al respecto que en industrias sanas como la francesa, americana o japonesa no es tan marcado, debido a las masas de ventas que se generan y de la cantidad de lectores que tienen. Hacer la reflexión que hacen sobre cómo se podría intentar crear una industria que diversificara más y que estuviera siempre buscando dar el salto a otro tipo de mercados (videojuegos, series de TV, animación, películas…) es algo difícil, pero que ciertamente se ha explorado poco. Luego hay temas que ellos mismos reconocen que son difíciles de acotar, como la necesidad de publicar mucho para lucrarse con muchos beneficios exiguos frente a vender menos obras, de mayor calidad y convirtiendo nuestra industria en algo de lo que se puede vivir. Temas en los que seguro que muchos os inclinaréis a un bando y otros tantos al otro.

Para hacer que esta obra no sea ese mero post reivindicativo de red social, cuenta con el dibujo de Rosa Codina. Qué bien le sienta un dibujo que no puede evitar su acercamiento al underground que tanto ha frecuentado (Rompepistas, Grano de pus) sin ocultar las capacidades artísticas que tiene cuando parodia escenas de acción u homenajea a otras obras. Codina tiene un trazo muy limpio y con una facilidad pasmosa para la caricatura, captando la esencia de las personas reales que aparecen en ella, sin necesidad de que expliciten quiénes son los cameos.


En definitiva, Cómo salvar la industria del cómic sin tener ni puta idea es una obra para leer y recapacitar. Tal vez el lector sea quien menos poder tenga de cambiarla, y que incluso la propia industria esté suficientemente restringida en sus posibilidades para intentar un cambio brusco que tenga repercusión a corto-medio plazo, pero en todo caso el que existan obras como estas que invite a la reflexión por todas las partes es algo interesante, y más teniendo en cuenta que está editada por una de esas grandes que acaparan e inundan el mercado mes a mes como ECC Ediciones, lo cual hace pensar que algo de razón verán en los planteamientos de los autores.

Lo mejor: La reflexión a la que invita. La información que da sobre la distribución real de los beneficios de una obra, que generalmente es algo que el lector de a pie no tiene ni idea.

Lo peor: En el fondo, es un grito al vacío, con la opinión de dos autores y que, lamentablemente, tendrá demasiada poca repercusión en la industria.

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