Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Salón del Manga de Barcelona 2012: una mirada crítica

Este año, el Salón del Manga de Barcelona no se ha celebrado en la Farga de L’Hospitalet, donde anteriormente, sino en uno de los pabellones de la Fira BCN. Un espacio más amplio, y mejor comunicado, donde los otakus de toda España se han dado cita para compartir sus aficiones, como el anime, el cosplay, el ramen… ah, sí, y el manga.

Visitar el Salón del Manga un viernes o un sábado es una aventura para todo aquél no versado en la subcultura japonesa: jóvenes (y no tan jóvenes) disfrazados de sus personajes de anime favoritos, gente comiendo fideos en los pasillos, chocolatinas con sabor a té verde (verídico), exposiciones de disfraces, adolescentes faltos de cariño con carteles de “abrazos gratis”, niñas gritando “¡kawaii!” ante los stands de merchandising… y mucho olor a sudor.

El domingo es otra cosa. La mayoría de asistentes de fuera de Barcelona están durmiendo la mona, de resaca, o aprovechando para hacer turismo por la ciudad, y el Salón queda, aunque lejos de estar vacío, más transitable. Es entonces cuando el visitante puede recorrer las exposiciones: interesante la de mangas gastronómicos, trabajada la dedicada al 20º aniversario de Dragonball, y suspenso sin posibilidad de recuperación en septiembre para la exposición dedicada a Porco Rosso: unos pantallazos del anime sobre paneles de corcho no hacen justicia a la calidad de la obra original; habíamos esperado algo más.

El domingo uno puede aprovechar también para saludar a los autores que están dedicando sus tebeos. Pude charlar un rato con Henar Torinos, ganadora del Premio al Mejor Manga Español de este año, y con Laura Bartolomé, editora manga de Ediciones Babylon, una de las editoriales que más está apostando por el talento nacional. Impresionante su stand, mucho mayor que el del año pasado, e impresionantes también los libros de ilustraciones de autores españoles que tenían expuestos y a la venta.

También se pudo conseguir, sin hacer demasiada cola, una firma del director Toshiyuki Kubooka. Concretamente, un servidor se llevó firmado el DVD de Batman: Gotham Knight, del que dirigió uno de los episodios. Creo que no se esperaba que ninguno de los asistentes le llevara esta película para dedicar.

Los que hicieron el negocio del siglo fueron los stands de comida: bols de ramen, que en cualquier supermercado chino cuestan menos de 1 euro, allí se vendían por 3 y 4 euros. Eso sí, añadiéndoles agua caliente y par de palillos para comerlos. Miles de asistentes hicieron larguísimas colas para degustar un plato de fideos que podían haber comido exactamente igual en sus casas. Cosas veredes, Sancho. Otros stands tenían pasteles, helados, productos de más difícil acceso, a precios claramente inflados, para aprovechar las tragaderas de los otakus y los agujeros de sus bolsillos. Nada que objetar: los empresarios ponen a sus productos el precio que quieren, y es el público quien decide si comprarlos o no. Pero no deja de ser curioso.

El cambio de ubicación del Salón parece haberle sentado bien. Al haber zonas geográficamente separadas para los distintos espacios (editoriales y tiendas, gastronomía y actuaciones) dentro de un mismo recinto se ha ganado en agilidad y los asistentes han podido aprovechar más la visita. Aparte de poder visitar las exposiciones sin soportar el estruendo de los conciertos y el karaoke.

El único “pero” que se le puede encontrar a este Salón es el mismo de cada año: cada vez, el manga, en cuanto a medio, tiene cada vez menos presencia. Se ha convertido en un mero nexo entre varias aficiones que comparten público objetivo. Pero ¿qué será lo próximo? Ahora resulta que todos los que les gusta el manga también les gusta la pizza. ¿Veremos el año que viene un stand de Casa Tarradellas? Si la función del Salón es la de servir como escaparate del manga ante el público español, no la está cumpliendo. Ahora bien, si su objetivo es el de crear un punto de encuentro para los fans del anime, el cosplay, la cultura japonesa y las gothic lolitas, podemos decir que su éxito es rotundo. Eso sí, sería cuestión de cambiarle el nombre al Salón. Nosotros proponemos Salón Otaku de Barcelona. Llamemos a las cosas por su nombre.

Todas las fotos que ilustran este post han sido obtenidas de la web de FICOMIC y son (c) de sus respectivos autores. Podéis ver más fotos del evento y las actividades que se llevaron a cabo en dicha web.