Os lo dijimos una y otra vez: “Runways es la mejor serie Marvel a la que no estás prestando atención” y seguisteis sin prestársela, así que después de 4 años, Runaways 6. Ven conmigo pone punto y final a esta etapa.
Afortunadamente Rainbow Rowell termina de forma tan impecable como ha estado a lo largo de los 38 números USA que ha durado esta andadura, recopilada en 6 tomos por Panini, y puede que Andrés Genolet no estuviera ahí al principio, pero ha sabido recoger el testigo de Kris Anka y hacer suya la serie.
Al empezar Runaways 6. Ven conmigo llegamos en plena resaca superheroica. Los sucesos del tomo anterior nos dejaron bien claro que por mucho que habiten el Universo Marvel y muchos de ellos tengan poderes, los Runaways no son superhéroes y ese nunca fue su mundo. Con sus egos heridos y las relaciones entre muchos de ellos tocadas, tendrán que seguir adelante porque es al fin y al cabo de lo que ha ido siempre esta etapa, de seguir adelante.
Por más que Rowell se las arregle para darnos un cierre que es prácticamente circular, el gran acierto de los Runaways de Rowell, Anka y Genolet fue tomar el concepto de Brian K. Vaugan y Adrian Alphona de “Niños contra el mundo adulto”, que los distanciaba de otros grupos juveniles al uso, y llevarlo al siguiente paso. Debería ser imposible hacer evolucionar algo tan local y circunscrito a un momento específico y mantener aún así el espíritu, pero en un acto de ese ingenio discreto de Rowell, logra dar con el enfoque.
Desde la primera saga se reunirían y darían ese paso tan importante que es empezara a afrontar el mundo adulto en lugar de confrontarlo. Hablarían después de las responsabilidades, porque a su manera, son una familia formada por adolescentes. Tendrían que afrontar también su legado y su pasado en la tercera saga. Tampoco se olvidaría de que uno de los pilares principales de Runaways siempre han sido las personalidades individuales de quienes forman el grupo y cada uno tendría su historia y momento de gloria. Finalmente, los terminarían metiendo a su manera en el mundo de los superhéroes, solo para que quede bien claro que nunca lo han sido.
Rowell, Anka y Genolet han redefinido por completo a los Runaways mediante una completa deconstrucción de todo lo que ya estaba ahí y han salido aún mejores y con la respuesta a cómo se puede continuar una historia de niños contra el mundo adulto cuando dejan de ser niños. Y la respuesta es que la vida sigue y que, por paradójico que parezca, los cambios no nos convierten en otras personas.
Vais a disculparme, amigos lectores, si me he puesto un tanto intenso, pero es culpa de la emoción ante el final de esta obra. Por supuesto que Runaways 6. Ven conmigo tiene momentos sobrecogedores, pero también momentos divertidísimos (el muertebot se sale en cada aparición), desengaños, reencuentros, viajes en el tiempo, mutantes krakoanos y hasta algo de acción — cosa que no abunda en Runaways.
Sin embargo, Runaways 6. Ven conmigo va de continuar con la vida, de tratar de recuperar la normalidad algunos, de afrontar el futuro, de aceptar el pasado y de que los lectores encaremos la posibilidad de que cada Runaway pueda tener su propia vida, en ocasiones lejos de los otros.
A Rainbow Rowell la veremos pronto en Hulka, con lo que espero que no nos dé tiempo a echar de menos su ingenio discreto, la solidez con la que maneja a los personajes — tanto como conceptos como en calidad de personas. Tal vez no destaque por la originalidad de sus tramas ni por el enganche con cliffhangers trampa, pero me está haciendo echar de menos a Molly, Gert, Chase, Nico y todos lo demás mucho más de lo que lo hice cuando terminó Vaughan.
Lo mismo sucede con Andrés Genolet. Encontraremos a este dibujante de origen uruguayo en Ms. Marvel y esperamos poder ver allí su estilo minimalista, sin florituras, pero siempre en el clavo con el acting de los personajes, la piedra angular de Runaways.
Y así llega el fin de La mejor serie Marvel a la que no has prestado suficiente atención. Por más que nos dejan cabos sueltos y guiños a una posible continuidad, quién sabe si llegará algún día. Tanto para los Runaways como para sus lectores es el momento de volver a la vida normal y mirar hacia adelante. En fin, la vida sigue.