Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Royal City 2. Sonic youth

Royal City 2. Sonic youth
Guion
Jeff Lemire.
Dibujo
Jeff Lemire.
Formato
Cartoné, 136 págs, color.
Precio
18€.
Editorial
Astiberri. 2019.
Edición original
Royal City #6-10 (Image).

Continúa la brillantez de Jeff Lemire en una nueva historia costumbrista como Royal City 2. Sonic youth, editado por Astiberri y que reúne los números 6 a 10 de la serie original de Image. En este segundo arco argumental, retrocedemos en el tiempo para saber un poco más de la vida de Tommy, el hermano fallecido al que la familia Pike tanto echa en falta en más de un sentido. Lemire nos muestra un período de tiempo concreto y analiza uno a uno a los miembros de la familia, aportando información sobre cada uno de ellos.


Y es que si en el primer tomo vimos a una familia consumida por la soledad, en este segundo arco argumental vemos cómo empezó a gestarse esa involución familiar años antes. Sabíamos que estaban afectados por la muerte de Tommy, pero nadie hablaba abiertamente de ello, solo sabíamos que había sido un hecho determinante en la vida de todos ellos, pero carecíamos de más datos. Aquí Lemire lo que hace es apuntarnos cómo Tommy empieza a padecer una serie de síntomas y cómo lo vive él en primera persona. Es interesante porque en determinados momentos, Lemire le da voz directa contando la historia a través de una serie de extractos de su diario personal. Es un recurso inteligente porque, aparenta estar contando cómo está empezando a vivir su enfermedad, pero realmente lo que está contando es cómo ve a su familia y cómo se da cuenta de que todo se desgasta y se empiezan a adoptar mecánicas negativas.

Lo más interesante del trabajo de Lemire es ver cómo no hay ningún detonante concreto que haya podido llevar a la desestructuración familiar. Como en la vida misma, muchas veces el vaso desborda por la acumulación de pequeñas gotas, y esta visión parcial de dos momentos concretos en la vida de los Pike nos aporta la perspectiva para entender cómo, por ejemplo, el matrimonio entre Patti y Peter estaba roto desde su comienzo. Fue una relación comenzada por la inercia donde jamás hubo una llama. En cuanto a los hijos, Patrick está trabajando en la fábrica de la cual Peter es responsable, sin ninguna motivación; Tara está terminando sus estudios y mantiene una relación que no la acaba de convencer; y Richard, el bala perdida de la familia en el primer arco, aquí todavía es un joven alegre y alocado que empieza a coquetear con las drogas.


Tommy parece ser el único miembro de la familia sin un conflicto importante… hasta que aparecen unos extraños dolores de cabeza cada vez mayores. El más joven de los Pike es ese elemento que, sin pretenderlo ni saberlo, sirve de nexo común a toda la familia, con el que todos se relacionan. Con esta visión del pasado es más fácil de entender que en un futuro, la relación entre el resto de miembros de la familia haya ido alejándose cada vez más.

Para contar esta historia, nada mejor que ese dibujo que destila tristeza y encaja a la perfección con el tono de la historia. Con una narrativa estática, juega con ese ritmo pausado y deliberadamente ralentizado que no aburre sino ambienta. Todo está contado a través de planos medios y primeros planos, sin ningún tipo de angulación y sin un solo indicio de movimiento. Se apoya en diálogos entre la familia y las expresiones faciales, que en muchas ocasiones proporcionan mucho más dinamismo que la escena con más acción que podamos pensar. Los silencios, los microcambios de expresión… son el motor de esta historia de tono tan triste, pero que engancha como la droga. Y para muestra, solo hay que ver la última página del tomo y ese cambio en la expresión de Peter que dice tantísimo. Ese ritmo lento y estático se apoya en un color apagado, con tonos muy tenues y deslucidos para ambientar.


En definitiva, Royal City 2 es una obra que aporta na nueva perspectiva a la historia de los Pike. A falta de un tomo con cuatro números para completar la historia, estamos ante una de las obras más potentes del autor canadiense en la que, como suele ser costumbre en sus trabajos, el gran fuerte son las relaciones interpersonales y el contar desde un punto de vista diferente historias que cualquiera de nosotros podríamos vivir: coloca la cámara en un punto donde detalles aparentemente sin importancia del día a día pueden tener consecuencias en un futuro cuando la bola de nieve ha ido creciendo con el tiempo. En una palabra, imprescindible.

Lo mejor: El ritmo de la historia. La maestría de Lemire ambientando este tipo de historias a través de dibujo y color.

Lo peor: Si no te gustan las historias costumbristas, este cómic no es para ti.