Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Rogue Sun Volumen 2: Hellbent, de Ryan Parrott y Abel

Rogue Sun Volumen 2: Hellbent, de Ryan Parrott y Abel
Guion
Ryan Parrott
Dibujo
Zé Carlos, Abel, Marco Renna
Color
Natalia Marques, Raúl Angulo
Formato
Rústica, a color, 160 páginas
Precio
23 €
Editorial
Norma Editorial. Enero 2024
Edición original
Rogue Sun 7 a 12

Cuando Robert Kirkman decidió finalizar su obra Invencible hace algunos años, los lectores de superhéroes nos quedamos huérfanos al no tener una alternativa de calidad a los universos de Marvel y DC. Vale, teníamos los tebeos de Valiant, pero estos no tardaron en entrar en una etapa de transición que parece que no terminará nunca. Entonces llegó un tipo llamado Kyle Higgins y se sacó de la manga su Massive Unvierse”, conRadiant Black como punta de lanza. El experimento publicado por Image Comics no tardó en reproducirse con “Rogue Sun” como principal spin-off.

Rogue Sun. El alumno aventajado

Aunque comparte universo, “Rogue Sun” es una cabecera que puede leerse de manera totalmente independiente al resto de series del “Massive Universe”. Todos damos por hecho que en algún momento llegará el crossover que lo hará colisionar todo (coño, hasta Mark Millar se ha sacado 20 años después su “Big Game” de la manga). Mientras tanto, podemos disfrutar de una de las propuestas más refrescantes y estimulantes del cómic de superhéroes actual.

Esto es gracias al buen hacer del guionista Ryan Parrott, cuyo nombre no significaba nada para el que esto firma hace cosa de un año, pero que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en sinónimo de calidad gracias a su buen hacer en “Rogue Sun” y en los tebeos dePower Rangers.

Con Cataclismo (el volumen anterior), los autores nos presentaron a Dylan Siegel, el portador de la piedra solar que le confiere a sus protagonistas el alter ego del protagonista de la obra. Lo primero que quedó claro es que se trataba de un portador totalmente inadecuado por culpa de su narcisista y egoísta personalidad. No dudé en afirmar que esta serie es una variante de un hipotético What If, que respondería a la cuestión de qué habría pasado si la araña radiactiva hubiera mordido a Flash Thompson en lugar de a Peter Parker. Pues bien, la evolución de la serie en este segundo tomo sigue yendo por esa línea, pero añadiendo nuevos secundarios y enriqueciendo el lore hasta el punto de terminarse el tebeo y desear que no tarde mucho en llegar una nueva entrega.

No tengo pruebas, pero tampoco dudas, de que una de las razones de que me lo pase tan bien leyendo “Rogue Sun” es porque los autores sienten lo mismo dando forma a esta pequeña porción del “Massive Universe”. Para empezar tenemos un capítulo de apertura que imita a los librojuegos tipo “Elige tu propia aventura (fórmula que vimos no hace mucho en una historia del Juez Dredd), en el que podemos decidir, hasta cierto punto, el orden y el ritmo de lectura, aunque solo hay un final posible.

Luego ya nos encontramos con el segundo arco argumental de “Rogue Sun” en el que Parrott asimila sin ningún pudor elementos más propios de una historia de fantasía épica con espléndidos resultados. Me gusta especialmente la manera en la que se desarrollan los acontecimientos gracias a un ritmo de lo más tramposo. Por un lado da la sensación de que no paran de pasar cosas, pero por otro lado queda más que claro que el autor va presentando a los diferentes personajes con calma y cuidado.

Y es que si quieres que algo salga bien, más vale poner empeño y mimo en ese cometido, elementos que están notablemente presentes en cada una de las páginas de la serie. Otro detalle interesante del guion es la manera en la que Parrott escapa del inevitable maniqueísmo de buenos muy buenos y malos muy malos propio del cómic de superhéroes. Establece así paralelismos entre el héroe y el principal villano de este puñado de episodios, dando una lección sobre responsabilidad y el peso del legado que me ha parecido una pasada.

Por el momento, Parrott ha emulado la magia que tenía la mencionada “Invencible” de Kirkman, consiguiendo que encaremos cada número con la total convicción de que cualquier cosa puede pasar y de que nada es imposible en “Rogue Sun”. Desde luego, no es un mal espejo en el que mirarse, para nada.

A nivel artístico, la serie sigue rodando a un gran nivel. El capítulo siete (el del librojuego) está firmado por Zé Carlos, dibujante que brilla sobre todo en el diseño de unos monstruos de lo más pintorescos. Luego tenemos a Marco Renna, que realiza otro par de números con algún que otro altibajo. Finalmente, nos reencontramos con el gran Abel en los tres últimos episodios, en los que brilla como solo él sabe con unas escenas de acción que quitan en aliento gracias a su completo dominio de la narrativa y a una composición de página en algunos segmentos realmente original. Estamos ante un artista destinado a cosas grandes como Dan Mora o Daniel Warren Johnson.

La edición de Norma Editorial incluye una galería de cubiertas como único contenido extra.

Lo dicho, mientras el “Massive Universe” ruede a este nivel pueden contar conmigo.