En la corta andadura de esta sección se ha tomado como costumbre hacer un repaso en cada edición de los escritores de los que se ha hablado antes con el fin de tener una referencia de partida. Así tenemos tres guionistas que a pesar de la brevedad de su carrera ya son estrellas absolutas (Jonathan Hickman, Jason Aaron y Matt Fraction), dos que tienen ahora su momento como estrellas emergentes (Kieron Gillen y Scott Snyder) y un artesano que pareció brillar como estrella para permanecer de nuevo en segundo plano (Christos Gage). Cuando hablamos de Rick Remender deberíamos abrir una nueva categoría, el eterno aspirante.
Aunque comenzó algo antes que los citados anteriormente, ha sido en la segunda mitad de la pasada década, algo semejante al caso de Christos Gage. De hecho, el de Gage sería el caso que más se le acerca. Al fin y al cabo, ambos comparten sus orígenes cinematográficos. Sin embargo hay dos diferencias claras entre ambos. la primera es que Remender abarca un ámbito mucho más multidisciplinar que Gage. Al fin y al cabo, para empezar aunque empezó en cine con títulos como El Gigante de Hierro, Anastasia, Titan A.E o Las Aventuras de Rocky y Bullwinkle fue como animador y no como guionista. Se ha dedicado también a la ilustración de portadas de CDs para distintos grupos com o No use for a name, Pitch Black o NOFX y por supuesto ha dibujado comics además de escribirlos. Como escritor además de comics ha participado en videojuegos como Deadspace y Bulletstorm.
la segunda diferencia es que si bien Gage ha parecido con un estatus en segundo plano, Remender parece estar prometiendo ser la próxima gran estrella durante toda su carrera. Es normal que en sus primeros pasos en pequeñas independientes no cosechara el éxito automático. Pese que obras como Captain Dingleberry (Slave Labor Graphics), LCD (Fogelcomix/LCD) o Black Heart Billy (IDW Publishing) no estaban exentas de calidad, aun le quedaba mucho camino por delante.
La primera vez que se empezó a oír en el boca a boca del fandom el nombre de Rick Remender fue con su entrada en Image y Dark Horse, ambas en en 2005 simultánea. Para Image realizaría Doll and Creature , que le serviría como puerta de entrada para su primer éxito, Sea of Red, una historia de piratas y vampiros junto a Kieron Dwyer (uno de sus dibujantes fetiche), Strange Girl, Last Christmas, Sorrow o la gamberra XXXombies, también con Dwyer y Tony Moore (otro de sus compinches habituales). En Dark Horse desembarcaría con la adaptación de Man with the Screaming Brain de Bruce Campbell y se quedaría para producir sus dos series más longevas y exitosas fuera de las dos grandes: Fear Agent (con Tony Moore y Jerome Opeña, el tercero de sus dibujantes recurrentes) y The End League con Matt Broome. Tanto la primera, historia de una especie camionero cowboy espacial, como la segunda una especie de cruce entre Watchmen o Kingdom Come con el Señor de los anillos, darían que hablar (sobre todo en Internet) y se veía venir que era cuestión de tiempo que Marvel o DC se hiciera con los servicios de Remender y convertirlo en su próxima estrella.
Fue Marvel la que se llevó el gato al agua y, aunque hizo sus pinitos en DC en las series de Atom o Booster Gold, es la Casa de las Ideas la que le ha proporcionado los encargos más memorables. Comenzaría todo con esa extraña no-saga que es Dark Reign y que vista con un poco de distancia da la sensación de ser una argucia de Marvel para dar a conocer nuevos talentos. Así llegaría su Punisher que desembocaría en la macarrada de Franken-castle y parecería consagrarlo a convertirse en la próxima estrella emergente. Seguiría con la miniserie Doctor Voodoo para terminar en encargos algo más sonados como Uncanny X-Force o la nueva serie de Venom, de la que se está oyendo hablar bastante.
Sin embargo, pese a estar en boca de cada vez más fans, casi parece como si pasado un rato nos olvidáramos de él negándole de nuevo el estatus de otros escritores como Jason Aaron o Matt Fraction. Remender es une escritor muy imaginativo y se atreve con todo, hasta tal punto que es capaz de darnos vueltas de tuerca como Franken-castle. Le gusta jugar con varios conceptos y mezclarlos entre sí, experimentar e intentar dar siempre un resultado original. Si sumamos esa energía creativa con cierta irreverencia y el uso del humor como elemento recurrente, no sorprende que se le haya comparado en ocasiones con Garth Ennis o Grant Morrison, aunque parece que está por llegar al nivel de este par de genios. Precisamente todas estas cualidades parecen adivinársele, pero hasta ahora nunca han terminado de eclosionar y su producción se ha antojado un tanto irregular, lo que sigue dejándolo en un lugar de eterno aspirante.
No obstante y como decía, pese a quedarle aún algún que otro mérito que hacer, un vistazo a lo que parece capaz de hacer nos hace augurar que aún está por dar su mejor obra, aquella que lo terminará consagrando como uno de los grandes de este periodo. Si queréis estar al tanto sobre sus últimas noticias o su bibliografía completa, os recomiendo un repaso a su completísima web.
