Antes de pararnos hacer un pequeño recorrido por la obra y milagros de Jeff Lemire, quería comentar que ésta será la última estrella emergente que tendremos con nosotros. Con el número redondo de 10 entregas de esta sección la dejamos en suspenso, al considerar que ya hemos repasado a los más importantes de estos Rising Stars.
Y para terminar hablaremos de Jeff Lemire, que nos viene como anillo al dedo para hacer una conclusión ya que es la estrella emergente más atípica del todo y podemos verlo comparándolos con otros. Para empezar es dibujante demás de guionista. También, por ejemplo Jonathan Hickman lo era, pero a diferencia del segundo, Lemire sigue dibujando. En la otra cara de la moneda podríamos compararlo con autores de los que no hemos hablado, como los hermanos Gabriel Ba y Fabio Moon, pero estos dos sólo funcionan como autores completos o dibujantes, pero no como guionistas (que es de lo que habla esta sección). Pese a ni haber abandonado su faceta de autor completo, Jeff Lemire, explota en mayor medida su tarea de escritor con dibujos de otros artistas.
Aunque hay otros casos, como Scott Snyder, que se han centrado en DC contraviniendo la regla general impuesta por la caza de talentos en Marvel, Lemire es el único de todo que jamás ha escrito nada para la Casa de las ideas.
Pero no terminan ahi las diferencias y es que donde, por ejemplo, Matt Fraction es trepidante, Lemire es contemplativo. Donde los personajes de Jason Aaron son aturdidoramente intensos, los de Lemire son de una sosegada profundidad. Donde la fantasía de Rick Remender era delirante, la de Lemire es introspectiva. ¿Y cómo demonios un guionista así, más tendente al comic independiente e intimista, ha acabado escribiendo superhéroes?? Lo mejor será hacer un repaso a la carrera de este canadiense.
Nació hace 34 en el condado de Essex (Ontario), que dará nombre a su obra más importante hasta la fecha. Comenzó autoeditando bajo el sello Ashtraypress su Lost Dogs, lo que le valdría varios premios y la atención de Top Self, donde publicaría entre 2007 y 2009, la trilogía Essex County que fue nominada nada menos que a los Eisner y los Harvey.
El salto al gran público lo daría a través de The Nobody para Vertigo, una particular versión del Hombre Invisible de HG Wells. A partir de entonces llegarían Sweet Tooth, una curiosa fantasía postapocalítica que desarrolla también en Vertigo como autor completo, y su incipiente carrera en los superhéroes con los backups de Atom en Adventure Comics, el especial Brightest Day: Atom y, sobre todo, la nueva serie de Superboy, con el dibujante Pier Gallo. Además colabora con tiras cómicas en varias revistas y ha llegado a coquetear con Dark Horse e Image en un par de antologías.
Como decíamos a Lemire podríamos llamarlo El Rising Star sereno. Sus historias incluso las de superhéroes inciden en los personajes y pese a que no están exentas de acción, terminan exhalando un vapor contemplativo e introspectivo. Curiosamente, en lugar de dar como resultado el peñazo que muchos estaréis suponiendo por mi descripción, el fruto está dando lugar, por ejemplo a un Superboy mucho más centrado en el lado humano y las relaciones interpersonales suponiendo un soplo de aire fresco en el actual genero de superhéroes. Resultaría gracioso que hable de buscar la ‘Resonancia emocional’ (como el mismo dice) en personajes como Doomsday si no fuera porque lo consigue y sin resultar aburrido ni pretencioso.
Y con esta atípica estrella emergente, damos por cerrada la sección. Puede ser que haya algún otro nombre al que merezca la pena seguir. Aunque es algo pronto para hablar, suenan nombres como el Victor Gischler o los británicos Paul Cornell, Rob Williams o Al Ewing, pero podría decirse que los más destacados ya han pasado por aquí.
Espero que estas diez entregas os hayan servido para realizar algún que otro descubrimiento, darle una oportunidad a los nuevos valores y de vez en cuando picar con algo nuevo. Y recordad que, pese a la indudable calidad de todos estos jóvenes escritores, tal como decía en la primera entrega, las guioneraciones anteriores aun tienen guerra que dar. Por fortuna parece que nos quedan toneladas de buena lectura.