Hace algunos meses compartía con ustedes la reseña del primer tomo de Ironheart, la serie regular protagonizada por Riri Williams… Lo único que resultaba salvable del bodrio de etapa que se marcó Brian Michael Bendis en Iron Man, que curiosamente fue uno de sus últimos trabajos en la editorial antes de pegar el salto a DC, donde tampoco es que esté rodando a un gran nivel, pero eso es historia para otro día.
Lamentablemente el mercado editorial americano es voraz e implacable, siendo pocas las series que sobreviven pasados unos cuantos meses. Por eso amigos, este segundo tomo del que hablamos hoy (que recoge del número seis al doce americanos) es el último de la colección de Riri. La cabecera escrita por Eve L. Ewing se une así a otras como X-Force, Los Invasores, Mr. & Ms. X o Shuri siendo cortada antes de lo que nos gustaría a todos.
Es quizás por este hecho por el que nos encontramos con un segundo volumen que deja una sensación muy distinta a la de su predecesor, un regusto agridulce que casi te lleva a pensar que estamos ante otra colección realizada por un equipo creativo totalmente diferente. No obstante, hay que decir que Ironheart sigue siendo una colección entretenida, dinámica y muy agradable de leer.
En Diez Anillos sigue la historia de esta organización criminal (que nada tiene que ver con la presentada en la película Iron Man) en su búsqueda de la llamada Fuente de poder. Ewing sigue sirviéndose de personajes que le gustan. como el villano de la función Fuego de Medianoche, trayendo para la ocasión a su hermana Silueta (¡los Nuevos Guerreros están vivos en esta cabecera!), así como un team-up con otra heroína de reciente creación como es La imbatible Avispa. Si bien es cierto que la historia protagonizada por Riri y Nadie es la mejor de este segundo recopilatorio, dos heroínas contra una horda de zombis en pleno Chicago. Muy divertida.
No serán los únicos personajes de Marvel en aparecer. puesto que otros como Doctor Extraño (personaje invitado muy agradecido que brilla más que en su propia serie como vimos hace poco en Gata Negra), o las wakandesas Shuri y Okoye también se dejarán ver por aquí. Un sobre exceso de estrellas invitadas que impide o ralentiza el desarrollo de los personajes de nuevo cuño, que es posible que venga impuesto por la editorial como medida desesperada para tratar de aumentar las ventas de la colección. Sea cual sea la causa, esto ha ido en detrimento de la serie, que ha venido a convertirse en una especie de road movie con cambio continúo de localizaciones.
No paran aquí los “errores” en la conclusión de Ironheart, pues Ewing, queriendo dar algo de melodrama barato a la historia, se carga por completo uno de los pilares que forjan el carácter de la protagonista y su firme compromiso de defender siempre a los demás trayendo de regreso a alguien de su pasado. La escena en la que uno de los secundarios de la serie lo identifica es de juzgado de guardia. Surrealista, facilona y totalmente inverosímil. Y ojo que estamos hablando de una colección de superhéroes donde es de esperar que cualquier cosa pudiera pasar, pero así no… Recurriendo al recurso fácil, a la sorpresa a la desesperada.
En el aspecto positivo si que podemos añadir que la serie ha gozado de una estabilidad artística que ya quisiera cualquier título de la editorial. Luciano Vecchio (con layouts de Geoffo) se ha encargado de ilustrar todos los números de este volumen de Ironheart. Su estilo fresco, vibrante, así como su capacidad para narrar escenas de acción trepidantes son sin duda lo mejor que nos deja este cierre.
Lamentablemente la cancelación de Ironheart en su número doce provocó que hayan quedado unos cuantos cabos sueltos que difícilmente veremos concluir (aunque siempre puede llegar el Kurt Busiek de turno y arreglarlo dentro de diez años), lo que sí es seguro que Ironheart regresará pronto dentro de la nueva hornada de títulos protagonizados por chavales que planea la editorial, además de participar en el evento de Iron Man 2020 capitaneado por Dan Slott.
Estaremos atentos, el personaje lo merece.