Pokemon!
Gotta catch ’em all
A heart so true
Our courage will pull us through
You teach me and I’ll teach you
Pokemon!
Gotta catch ’em all
Gotta catch ’em all
Gotta catch ’em all
A nada que fueseis niños o adolescentes en los años noventa seguro que esta canción no os es para nada desconocida. Por lo tanto, si os acercáis a la última locura en viñetas de Rick & Morty cuyo título es “Hazte con muchos” (aunque en inglés es “Pocket Like You Stole It”) seguro que pilláis la referencia a Pokemon a la primera.
Que el mítico videojuego que debutó en 1996 cambió de manera radical el mundillo es algo incuestionable. De Pikachu y compañía han salido decenas de videojuegos superventas, mangas, películas, series de animación, merchandising como para llenar varios océanos… y por supuesto clones y derivados como Digimon (1997), Yu Gi Oh (1996) o Beyblade (1999). Ya sean bichos, monstruos o peonzas, ya sea con cartas o bien con otro tipo de tokens, la premisa es siempre la misma: hacerte con la mayor parte de la colección.
Esta fiebre, que está lejos de tener su fin, era de esperar que no tardara en verse reflejada en la producción de Adult Swim creada por Dan Harmon y Justin Roiland. Y es que, además de llevar encandilando a millones de personas desde hace unos años es, entre otras muchas cosas, todo un canto de amor a la cultura Pop de los últimos cincuenta años. Y mal que nos pese, Pokemon es parte de esa cultura. De hecho, en el episodio 4 de la cuarta temporada de Rick y Morty, nuestro científico loco preferido se destapa como un friki deslomado al encontrar merchandising de lo más rancio entre el tesoro de un dragón que sirve de mascota a Morty. Ni corto ni perezoso, el dragón define como basura esos artículos de coleccionista que tanto entusiasmo causan a Rick.
Sin buscarle tres pies al gato, Rick & Morty: Hazte Con Muchos es una mofa tremenda, una sátira hiperbolizada de todas estas franquicias. Tampoco se olvida de los juegos para móviles que nos permiten avanzar hasta cierto punto y a partir de ahí si queremos mejorar tenemos que soltar micropagos (como el propio Pocket Morty que existe realmente) o de los populares (hace 20 años) Tamagotchis o incluso hay alguna pullita a los eventos de cómics (uno de los episodios se llama “Crisis de los Padres Infinitos”).
Con muchísimo ingenio, la guionista Tini Howard (que se muestra mucho más mordaz y desatada que en otros productos alimenticios como son Excalibur o Fuerza de Asalto) pone en evidencia todos los tópicos, manías o locuras que pueden desatar este tipo de producciones usando como vehículo para su historia una histriónica persecución de Morty por parte de un Rick que está dispuesto a hacerse con todas las versiones habidas y por haber de su nieto a lo largo y ancho del multiverso. Unas serán visiones más icónicas, otras serán más absurdas, como una versión de Morty que no ve porque tiene hormigas en los ojos o un brazo con el puño cerrado en lugar de cabeza. Esta locura sirve también para “denunciar” una de las principales lacras de este tipo de juegos: el completismo.
Porque amigos. Que levante la mano aquel que nunca haya sucumbido a su lado más friki y oscuro y se haya dejado llevar por un ansia compulsiva que no busca otra cosa que completar lo que sea por muy estúpidas que puedan resultar algunas partes de ese todo.
Lo importante es que tanto autores, como personajes de ficción o, por supuesto, lectores, entramos con gusto en este juego que si bien, como hemos dicho, es una crítica paródica, es a la vez toda una oda y carta de amor a un frikismo que, por lo general, abrazamos de buen gusto con los brazos abiertos.
Tini Howard confecciona una historia que se lee en un santiamén, te engancha y te divierte salpicando cada página un buen número de gags referenciales no exentos de mala leche. Por otra parte el equipo artístico formado por Marc Ellerby (Doctor Who) y Katy Farina garantiza un acabado que provoca la sensación de estar leyendo un capítulo de Rick & Morty. Una narrativa cuidada, un trazo muy ágil y una paleta de colores vivos son las claves del apartado gráfico de Rick & Morty: Hazte Con Muchos.
Con esta limited series de cinco episodios los autores crean un espejo en el que es imposible no verse reflejado de una forma u otra. Puede que lo tuyo no haya sido Pokemon y que en su lugar le hayas dado a las Magic, o a las chapas o bien a los cromos de la liga y en su momento pagases una pasta por el de Gordillo de la edición del año 87. Da igual, todos estamos en el mismo barco. Un navío que tiene un destino marcado y que no es otro que el de disfrutar de lo que nos gusta.
Antes de terminar me gustaría resaltar la bonita edición de Norma en Cartoné y papel de calidad, así como los extras compuestos por diversas cartas que representan a algunos de los principales Mortys que conoceremos en las páginas de Rick & Morty: Hazte Con Muchos.
Para pasarlo bien sin complejos.
